Muchas veces he hablado de la importancia de tener metas como una forma de dar un norte al pensamiento para que en base a ello se pueda canalizar los esfuerzos y lograr un nivel de éxito en la vida. El problema es que muchas de las metas que nos trazamos son irrealistas haciendo que se canalicen mal nuestros esfuerzos y de lo cual lo único que queda es el cansancio.

En el artículo de hoy veremos cómo desarrollar metas realistas.

Nuestro principal enemigo es el automatismo inconsciente

Nosotros los seres humanos somos mayormente autómatas, es muy poco el grado de consciencia que manejamos, y eso tiene el beneficio de ser rápidos en la ejecución de procesos. Imagínese montando bicicleta, si fuera consciente de cómo pedalea y al mismo tiempo de tráfico y conversar con un amigo, no podría hacer las tres cosas al mismo tiempo, y por tanto varias de esas debe hacerse mecánicamente.

El problema es la mayoría de nuestras acciones mecánicas no tiene un propósito, no están construyendo algo más grande, un futuro en el que queramos estar. Vamos al trabajo, vemos el noticiero, entramos al computador, etc. Todas son acciones que nos acostumbramos a hacer, pero que poco somos conscientes en qué medida construye o destruye día a día el futuro que queremos.

El tener metas es nuestro principal aliado en la superación

Es importante que antes de pensar en un proceso de superación personal, deberá reconocer el estado actual de su vida, qué cosas están mal, qué cosas le están perjudicando, qué cosas desea cambiar, que debe de abandonar. Todo proceso de superación empieza con sentarse, reflexionar y reconocer estos puntos. A partir de ello establecerá con claridad las metas.

La mente necesita un norte para poder actuar, un punto “B” al cual llegar. El tener una meta hace que empecemos a definir las acciones que se deberán hacer a lo largo del día para poder acercarnos a esa meta, a ese punto “B”. Una vez logremos esa meta, entonces llegaremos a un nuevo nivel de vida, a un nuevo grado de bienestar, tendremos más fuerzas y desde allí podremos dirigirnos a una nueva meta de manera más fácil.

Los tipos de fuerzas contras las que debemos luchar mientras logramos las metas personales

Cuando quieres lograr una meta, aparecen otros factores en el terreno que evitarán que puedas lograr con éxito esas metas, y que por lo regular hace que las metas no pasen de un entusiasmo prolongado de una semana. Estas cosas con las que vas a tener que luchar consumen mucha energía y son las siguientes.

  1. La fuerza de las atracciones y distracciones

El lograr las metas requiere enormes dosis de esfuerzo y sacrificio prolongado de años, hacer algo que nos da pereza diariamente. Lo cual no es algo que nos guste escuchar ni mucho menos hacer. El cerebro de manera natural busca el placer y bienestar inmediato, y es difícil que cambie las cosas placenteras del día por el sacrificio sin recompensa inmediata que conlleva las metas. La pregunta es cuánto sacrificio estamos dispuesta a hacer al día, en que medida estaremos dispuestos a renunciar a una labor placentera para hacer algo que no nos gusta.

  1. La fuerza de la costumbre te aleja de las metas

Nuestra vida está llena de rutinas aprendidas desde niño, aprendidas de la cultura, que no aportan nada a nuestra vida, pero como son costumbre, entonces hacemos mecánicamente sin cuestionar. Entonces la otra pregunta sincera es que esfuerzo estamos dispuesto a hacer para abandonar esas costumbres. Las cuales primero debemos identificar y luego dejar de hacer, intentándolo una y otra vez hasta lograrlo.

  1. La fuerza del error

La superación personal es un estilo de vida, que incluye una forma de pensar, una forma de actuar, una forma de ser. Cambia por dentro y todo a tu alrededor cambiará. Dice la frase. La cual aparte de sonar bonita, quizás utópica, es real. La superación personal va de cambiar una serie de ideas erradas, una serie de prejuicios, de doble moral, de vacíos, de prevenciones. Es un trabajo de autoconocimiento, cosa que por lo regular no nos gusta sacar un espacio para reflexionar, descubrir errores y aceptar realidades.

La fuerza de voluntad para vencer tus enemigos internos y lograr metas

En medio de todo esto aparece la fuerza de voluntad como factor diferenciador, ese que será capaz de hacer el esfuerzo prolongado de años para lograr la meta, y que al mismo tiempo luchará por vencer esos saboteadores internos mencionados. Esa fuerza de voluntad está detrás de las acciones que haces por lograr algo.

La voluntad no es infinita, todos los seres humanos tenemos cierto grado de voluntad, la cual se deteriora o se aumenta de acuerdo con nuestras acciones. La voluntad simplemente se cultiva intentándolo. El problema es que cuando de tus acciones no lograr nada, no logras recompensa, disminuye tu motivación y también tu voluntad. La voluntad es una suma de muchas cosas, de motivación, de energía, de serenidad, de poder.

Imagínate que eres un francotirador. Te han dado la misión de acabar con unos villanos que se encuentran reunidos en un lugar, pero solo tienes 4 tiros y 20 villanos, así que deberás usar sabiamente las balas para acabar principalmente a los cabecillas y que la operación sea un éxito. Pues así mismo es la voluntad, la voluntad son como esos proyectiles que van dirigidos a unas metas, y si tienes muchas metas, y si intentas lograr muchas cosas, entonces se te acabarán los tiros, te quedarán sin ganas de hacer las cosas.

Cómo elegir metas realistas

Siendo la voluntad como escasos proyectiles que tenemos para atinar a unas metas, entonces debemos saber hacia que dirigir nuestros esfuerzos con el propósito que cuando nos esforcemos realmente logremos algo, y si no, esa derrota aminorará mucho nuestras fuerzas y las ganas de seguir luchando. Con el tiempo, después de tantos fracasos, “maduramos”, perdemos el entusiasmo y las ganas de luchar.

Así que es importante elegir sabiamente las cosas por las cuales nos vamos a esforzar. La vida es demasiado corta y la voluntad poca como para estar fallando. He aquí unas recomendaciones para crear metas realistas.

  1. Evite los entusiasmos pasajeros son el peor enemigo de las metas

Los seres humanos nos entusiasmamos con mucha facilidad. Eso es natural, imaginar es fácil, y cuando vienen con proyectos a nosotros, nos hablan de las cosas positivas, pero no de las negativas. Nadie te vende una idea desde el realismo, sino desde el idealismo. En la mente es difícil determinar unos posibles peligros y obstáculos que puedan representar unas acciones. Percibimos la recompensa, pero no el daño. Así que nos entusiasmamos y queremos hacer eso de inmediato.

Las mejores decisiones vienen de pensar bien en los pros y los contras, en dejar pasar el entusiasmo pasajero. Cuando alguien venga a usted con un proyecto, cuando usted esté pensando en un proyecto, tómese su tiempo para ver la otra cara de la moneda, lea opiniones contrarias, no se concentre en cosas que reafirman lo que usted cree, sino en aquello que lo derrumba, con esto podrá medir los pros y contras y tomar una decisión más ajustada a la realidad.

  1. Antes de lanzarse por una meta, mida sus fuerzas

Otro de los peligros de ser apresurados en nuestras acciones, es de no saber si contamos con la talla, con las fuerzas, con la voluntad para lograrlo. Es por este medio que las personas hacen sus propósitos de año nuevo, pero no lo logran.

Antes de lanzarse a un proyecto mida si tiene el suficiente dinero que eso implica, el tiempo necesario, si será capaz de cumplir. Mire su historial, recuerde cómo actuó en circunstancias similares. Con estas correctas evaluaciones es más probable que defina si es algo que va a lograr o va a quedar a medias.

  1. Es mejor terminar una meta que empezar una nueva

No empiece algo si no está seguro si lo va a terminar. Lo decía Salomón, es mejor terminar que empezar. Si usted ha empezado con una meta, haga lo posible por todos los medios de terminarlo, así sea que le cueste tiempo y dinero, esto le ayudará a forjar conducta, coraje. Lucha por todos los medios por no dejar en dicho su palabra, evite dejar una imagen de persona irresponsable o que no sabe lo que hace o quiere. Evite dejar la puerta abierta a través de la cual puede huir cuando las cosas salen mal.

Cuando usted se acostumbra a terminar lo que empieza, será un hombre que logra todo lo que se propone, porque una vez inicia en ello, no habrá nada que lo detenga. Esto solo se logra, cuando adquieres la costumbre de no abandonar. Es el único camino.

  1. Esfuércese por cosas que le darán gran recompensa

Todos los sueños de las personas se reducen a lo mismo, tener el último celular, tener carro, viajar, etc. La pregunta es si eso es realmente importante, si lo necesita, si va a cambiar su vida drásticamente para bien. Hay cosas más importantes en la vida que tener un celular de última generación. Quizás ese dinero debería ser ahorrado para invertir en un negocio que correctamente llevado le puede dar la libertad financiera. Muchas veces en la vida luchamos por cosas que no nos regresa una retribución a cambio, que no nos multiplica nuestros bienes, nuestro prestigio, nuestro poder. Debemos encontrarlas e ir por ellas.

No invierta su dinero y su tiempo en cosas efímeras, a menos que lo tenga de sobra. Invierta en aquello que perdura en el tiempo y que representa para usted una mayor utilidad. Una de esas cosas que vale la pena invertir es en descubrir nuestros errores internos.

  1. Elija las cosas que está dispuesto a sacrificar

Estamos llenos de deseos y cosas que queremos conservar en nuestra vida, pero cada una de ellas requiere un esfuerzo, nos roba voluntad que podemos dedicar a las verdaderas metas. Es importante definir que cosas en nuestra vida no son necesarias y deberán ser abandonadas. No solo eso, sino que, de las cosas pendientes, de todos nuestros deseos, a cuáles de ellos deberemos renunciar en pro de lograr una meta principal.

Uno de los grandes tropiezos del logro, es que queremos muchas cosas en nuestra vida al mismo tiempo, y te lanzas al mismo tiempo por todas las metas, lo cual lleva a que no logres ninguna porque te quedas sin gasolina, sin voluntad para lograrlas todas.

  1. Siempre ten un plan b, c, d

Nunca andes por la vida con una sola opción, no entregues tu vida a una sola persona, que tus ingresos económicos no dependan de una sola fuente de trabajo. No es bueno andar con una sola opción porque en algún momento esta puede faltar y se puede derrumbar tu vida que construiste alrededor de esa única opción.

Cómo vencer nuestra naturaleza a no hace nada

Hasta el momento, a través de los razonamientos anteriores mejor termina uno haciendo nada, que arriesgarse a perder. Aquí unas recomendaciones para vencer esa actitud y empezar a actuar.

  1. Por todos los medios evite un estilo de vida en zona de confort

Somos animales de costumbres, no somos más que el resultado de cosas a las que nos acostumbramos a hacer por años. Mire usted por ejemplo de los niños mimados, de esos que de niños la mamá les hacía todo, que se acostumbraron a vivir echados, dependiendo de otros, que no hicieron esfuerzos para lograr algo. Esos son los vagos del futuro, que no les gusta hacer nada, y que deben intentarlo para sobrevivir, pero que no son capaces.

Pues así sucede, si usted se acostumbra a quedarse en la parte cómoda, a no arriesgar, a no probar cosas, corre el riesgo de que se forme en un estilo de vida, y el día que usted requiera por obligación hacer un esfuerzo prolongado para lograr algo, le será muy difícil, al igual que el niño mimado. Haga el esfuerzo a pesar del bienestar, de estar activo, de estar luchando por lograr cosas, de tal manera que su cuerpo esté acostumbrado, y que cuando llegue el momento del verdadero esfuerzo, entonces responda de manera natural.

  1. Siempre busque crecer y ser más fuerte

La vida es una cosa impredecible, usted no sabe en qué momento la vida le puede cambiar. Un terremoto y se le destruye todo lo que tenía en la casa, pero que le costó años lograr. Tienes que empezar de cero, pero que no sabes cómo hacerlo, no sabes reconstruirte, así que lo que te hacía fuerte eran tus cosas y sin ellas eres débil. El hombre verdaderamente fuerte es aquel que no depende de las cosas para demostrar su valor, el fuerte es fuerte por si mismo, y si en algún momento pierde las cosas que le dan apariencia de fortaleza, entonces gracias a su fuerza interna podrá recuperarse.

No huya de algo porque es difícil, no se acostumbre a ser un cobarde, no es bueno para la salud. Acepte los retos de la vida. Enfrente y luche por vencer.

  1. Muévete, estás vivo

La vida es movimiento, es acción, es cambio. La muerte es quietud, es falta de cambio. El estar vivo implica estarte moviendo a altas velocidades. El estar vivo requiere salir de la rutina, de hacer lo mismo una y otra vez para experimentar nuevas situaciones. Así que, si lo único que haces en tu vida, en recostarte en un sillón, y ver las noticias, estas muriendo día a día, tus músculos se están atrofiando, tus ideas se están atrofiando.

Busca el movimiento, invierte en negocios, haz deporte, evita toda acción rutinaria, y lucha por cambiar hacia nuevas cosas.

  1. Evoluciona

Todas las cosas deben progresar, lo que no evoluciona tiende a involucionar. Si tú te quedas sin mejorar, te vuelves obsoleto, y las cosas obsoletas son desechadas. Utiliza tu energía de vida, para progresar, para ser mejor, no te conformes, el querer más y mejor es un impulso natural que mejora nuestra vida y nuestra sociedad, sin eso, todavía estaríamos en las épocas agrícolas, cultivando en los campos el maíz.

Siempre de lo mejor de sí, busque como mejorar el estado en el que esta, no se conforme. Busque cómo llegar a mayores cuotas de calidad, de fuerza, de prosperidad. De esta manera será cada día más fuerte. Quizás no llegues a ser el más rápido, pero no serás tan lento, quizás no llegues a ser el hombre más rico del mundo, pero no serás pobre. Hay que aspirar a ser rey para al menos alcanzar a ser ministro. Siempre ten aspiraciones altas, estas te darán impulso para moverte, no te conformes con poco, no cultives en tu mente pensamientos de excusa, no dejes que se infiltren los temores, mantén tus pies en la tierra, pero tu mirada a lo lejos. Por este medio abandonarás la mediocridad, y si bien no seas el más de este mundo, tampoco serás el menos.