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Somos seres sociales, dependemos tanto de los demás, como también los demás dependen de nosotros.  El éxito en nuestras relaciones y la manera asertiva para relacionarnos con los demás, será la base de nuestros logros.  En un ambiente donde todos tenemos personalidades tan diversas e intereses personales, es muy normal que tarde o temprano surjan conflictos. Veamos porque surgen dichos conflictos y como enfrentarlos.

Porque dentro de un grupo de personas se forman conflictos.

Existe una gran distancia entre lo que nosotros creemos que somos y la forma en que los demás nos perciben. Esas falsas interpretaciones, generan una espiral de conflictos interpersonales del que es difícil escapar. Estas son las causas.

1. Los problemas de interpretación en las que todos estamos.

La mayoría de las veces cuando los demás interpretan nuestras acciones lo hacen de manera equivocada.  Alguien puede sentirse ofendido, porque nos gusta mucho participar en las actividades que se hacen en la empresa y piense que nos gusta llamar la atención.  Si nos gusta vestir bien, alguien puede pensar que nos gusta humillar, etc.

Respecto a cómo percibimos los demás también puede haber errores. Podemos percibir a alguien como controlador, o que le gusta llamar la atención y resulta que detrás de eso lo que hay es una persona con actitudes de liderazgo.  Esa mala interpretación puede hacernos sentir ofendidos y por tanto reaccionar mal ante esa persona. Por supuesto nadie piensa que su forma de pensar es equivocada y esto hace que los conflictos interpersonales no se puedan mejorar.

2. El dialogo mental.

Todas esas interpretaciones que asumimos de los demás, crean un dialogo mental, ese dialogo mental empieza a generar actitudes inconscientes en contra de esa persona.  Si percibimos a alguien como orgulloso inconscientemente estaremos hablando mal a otras personas, le evitaremos el saludo, buscaremos situaciones en las que se pueda sentir humillado, le haremos esperar cuando nos pida un favor.

Como digo, todo esto es inconsciente, y simplemente tenemos una percepción de  que alguien nos cae mal o nos cae bien.  En base a ello somos agradables o somos agresivos.

3. La formación de grupos dentro de un entorno laboral.

Toda la forma en que percibimos a los demás es transmitida a otras personas y esas personas quedan prevenidas, reaccionando de manera errada frente a los demás.  De aquí se forman muchos cotilleos y se arman unas historias que no tienen que ver mucho con la realidad.

Cuando alguien nos cuenta una historia de otra persona, automáticamente asumimos que todo lo que nos dicen es cierto y en base a ellos basamos la manera de tratar. En base a esas interpretaciones nos acercamos a unos y nos alejamos de otros.

Herramientas para solucionar problemas interpersonales.

1. Detenga las olas de pensamientos.

Todo lo que usted tenga que opinar respecto a los demás, no lo lleve a un plano emocional, no trate mal, no hable mal de otros, si le piden un favor hágalo bien sin importar quien sea.  De esta manera su forma de actuar no estará condicionada por sus falsas interpretaciones, y no formará conflictos sin necesidad.  La ventaja es que no se llenará de cargas emocionales negativas que suelen enfermar la salud.

2. Generar Empatía:

Supongamos que somos de la cultura occidental y de un momento a otro vamos a vivir a la cultura oriental, a menos que queramos resultar como enemigos del pueblo, debemos adaptarnos a su cultura y no al contrario. Del mismo modo, al llegar un ambiente debemos crear empatía conectarnos con las demás personas a partir de los puntos en común.  No se trata de engañar a nadie, solo es encontrar en que nos parecemos con los demás, y a partir de ahí generar los diálogos y las actividades.

3. Equilibrio entre el carácter fuerte y el débil:

En esto hay que ser muy equilibrados. Si tratamos mucho de adaptarnos a los demás iremos perdiendo nuestra identidad, pero si vamos muy al contrario, generamos enemistades.  Un carácter muy fuerte crea enemigos, y un carácter muy débil crea sumisión. La cuestión es de saber aplicar la fuerza adecuada en el momento adecuado.  Es decir ser afable, en las situaciones que lo requieren, y ser fuerte cuando la situación lo exige.

Ser siempre de un solo porte nos trae conflictos, sabernos adaptar conscientemente nos trae el triunfo.  Una persona muy prevenida se gana enemistad, una persona muy amable termina siendo manipulada por todos.  El uso de estas fuerzas en el momento adecuado es el éxito.

4. Dar para recibir:

Según lo que demos, eso recibimos.  Miremos cuando alguien viene a nosotros  y gana nuestra amistad, nos da aprecio y motivación, entonces nos es difícil criticarle o ponerle tropiezos. Del mismo modo el saber motivar sinceramente, dar cosas de valor, genera cierto compromiso en los demás, que necesariamente nos deben retribuir de la misma manera.  Si damos cosas buenas recibimos cosas buenas.

Es mejor que nos deban, que no quedar debiendo.  No podemos esperar que los demás nos traten de la mejor manera si nunca hemos cosas valiosas. El aprecio, el respecto, la admiración, la amistad de los demás es algo que se gana, por todas la empatía, virtudes y compañerismo que ofrezcamos a los demás.

5. El miedo no puede ser algo en lo que base sus decisiones.

Normalmente por tratar de evitar conflictos, nos dejamos manipular de los demás, nos callamos las injusticias.  También sucede que a veces estamos tan acostumbrados a ciertas personas o a cierto ambiente que nos da miedo probar otras relaciones  u otros lugares, pensamos que no nos vamos a adaptar, y preferimos aguantarnos ciertas circunstancias.

Si no tomamos acción, el tiempo pasara, quedaremos atrapado en la situación, nos seguirá perjudicando, y perderemos muchas oportunidades. Sencillamente si algo nos afecta, abandonémosle o enfrentémosle, pero que el miedo no sea una excusa para tolerar algo que nos está perjudicando.

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