En nuestro artículo anterior habíamos hablado sobre la importancia de ser un libre pensador, desarrollar nuestras propias ideas de las cosas, y en esta ocasión veremos como a veces nos puede llevar esto a una arrogancia inconsciente. Estos tipos de orgullo son muy fáciles de desarrollar, sobre todo con esto de internet, por eso es orgullo 2.0. De cómo surge, como lo alimentamos, y como nos aparte de ciertas realidades, es de lo que hablaremos hoy.
El orgullo como representación de una baja autoestima.
Empecemos por decir que a mayor vacío, más grande debe de ser lo que nos llena. En caso de una baja autoestima debe de ser muy grande la sensación de orgullo que lo compense, cabe destacar que la mayoría de las personas tenemos problemas de autoestima, son muy pocos las personas que tiene una personalidad llena de una natural y sana confianza en sí mismos. Ante esto debemos sumar el deseo de ser reconocidos, lo cual puede desbordar en abrir la boca más de lo debido. El orgullo de por si no es malo, ya que bien medido hace estimular el compartir y ayudar a otros.
Todos tenemos carencias emocionales, nadie ha nacido en un estado de plenitud donde nada le falta. Estos vacíos nos motivan a llenarlos, nos esforzamos por lograr cosas que nos hagan sentir plenos, y estas emociones nos mueven a lo largo de la vida. Esos sentimientos de fragilidades e inseguridades que se viven de niños, nos impulsan a buscar algo que nos haga sentir fuertes e importantes. Y lo más fácil está en el mundo de las ideas.
Lo fácil que es desarrollar orgullo intelectual.
Se entiende que alguien se puede sentir orgulloso por el logro de muchos años de esfuerzo. Por ejemplo montar una empresa y volverse rico después de ser muy pobre. Pero respecto al orgullo intelectual, este es muy fácil, usted se lee un libro con un par de ideas que le parecen interesantes y ya se cree más sabio que los demás, usted se ve 3 o 4 programa en el Discovery Channel que otro no se vio, y ya cree saber todos los secretos de la ciencia, usted se ve alguna liga de fútbol europeo y ya cree que sabe de fútbol. Digo esto porque es nuestra tendencia actual en Internet, solemos comentar en blogs, en YouTube, y en cualquier lugar, sobre cualquier tema, sobre cosas que no tenemos constancia, ni hemos hecho en la vida.
El orgullo intelectual va acompañado de una paradoja, la falta de practicidad respecto a aquello que le hace sentir orgullo. Por ejemplo muchos que se creen científicos, no han hecho un experimento en su vida, muchos que se creen los sabios del fútbol no han jugado a nivel profesional. No hay ningún problema en comentar, el problema realmente esta cuando la persona que no lo ha practicado nunca se cree más listo, que la propia persona de la profesión, ya que el orgullo está sustentado sobre cosas que no ha tenido la oportunidad de vivir.
Y es que para muchos no hay sentimiento más grande de superioridad, que cerrarle la boca a alguien con sus argumentos, el hacer quedar al otro como tonto, o mostrar más vastedad intelectual, por cosas que otros no hayan tenido oportunidad de conocer, porque no les da tiempo, o les interesa otras cosas. Esto se ve mucho en foros, comentarios en Youtube, programas de entrevistas, y cualquier espacio donde alguien pueda mostrar lo que sabe.
El orgullo espiritual.
Una de las mayores necesidades del hombre es explicar lo desconocido para de este modo establecer una relación con aquello que le supera. De ahí que han surgido una cantidad de corrientes esotéricas, místicas, religiosas, en la antigüedad y el mundo actual, que proponen una explicación de todo ello. De ese modo apareció la metafísica, el esoterismo, las creencias extraterrestres, las religiones, y también el ateísmo. La ciencia ofrece explicaciones; pero como es tan limitada no puede hacer más que teorizar en cosas que superan sus limitaciones. Hay muchas preguntas acerca del origen del hombre, la verdad sobre la vida y la muerte, de donde surgió el universo, y en general cientos de preguntas de las cuales muchos ya tienen la respuesta, y la han conseguido más rápido de lo que se pueden entender a sí mismos. Es curioso porque una persona no se entiende a sí mismo, ahora para darle la explicación a todos los misterios del universo. Muchos dan cientos de explicaciones tejidas en su mente, llenas de fantasía y conspiraciones intergalácticas, mientras que por otro lado, hay quienes dan explicaciones en extremo simplistas y lo reducen a simple accidente que dio origen a todo. El no aceptar que hay cosas que superan nuestro entendimiento y dar por hecho que lo que uno piensa es cierto, es orgullo espiritual.
Un año luz es el tiempo que se demora la luz en llegar a cierta distancia en un año, un año luz equivale a miles de millones de kilómetros. Las estrellas más cercanas se encuentran a millones de años luz en el espacio infinito, moviéndose a lo largo de un tiempo infinito. Si alguien quisiera viajar al monte Everest y conocer la nieve y las alturas, puede que incluso no lo logre, y eso que está al lado. Ahora bien, respecto a este universo infinito, misterioso, respecto al origen de la vida, lo que hay después de la muerte, muchos hablan con cierto aire de seguridad que esto y lo otro, como si de verdad creyeran que tuvieran la razón, y esto definitivamente es arrogancia.
El ser humano es emocional en su propia naturaleza, no puede evitar sentir odio, rabia, pasión, hacia ciertas cosas. De este modo nadie puede tener una razón libre de los matices que le pueden dar el ser una persona emocional. Por otra parte el cerebro respecto a la interpretación del mundo que le rodea es muy limitado, ya que solo lo hace en base a los preconceptos heredados de la cultura y de las pocas experiencias particulares. Todo lo que sabe es en base a fuentes de otras personas que también tienen sus limitaciones de interpretar lo que les rodea. Y aun así hay cientos de gurús espirituales, ateos, científicos, que hablan con cierto aire de seguridad, como si las cosas fueran como dijeran. Estas personas solo han leído libros escritos por otras personas, los cuales pudieron haber inventaron una historia, la matizaron con sus puntos de vista, las sesgaron con sus naturales limitaciones de conocimiento.
Cuando se difama o se afirma algo como simple opinión.
Los seres humanos somos arrogantes a límites insospechados, nos gusta hablar a la ligera, nos gusta emitir juicios apresurados. Decimos, aquella persona es un cobarde, este otro es malo, el de allá es bueno. Nos gusta calificar a las personas y a las hechos, sin conocerlos de fondo, sin sabes las motivaciones. Si ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos, mucho menos a los demás. Cuán fácil es para algunos decir que alguien es un tonto, burlarse de sus creencias, de sus capacidades, que fácil es dar una opinión sobre cualquier tema que no tenemos conocimiento de fondo. Y es que no hay mayor poder que en descalificar a otro, ya que se ubica a sí mismo como superior. No hay mayor poder que hablar como autoridad, así sea que nunca allá tenido contacto con los hechos.
Algunos fanáticos espirituales, descalifica las demás creencias, y tratan de imponer la suya. Determinan quien es bueno, quien es malo, quien se salva, como se debe de comportar alguien. Por otra parte algunos escépticos, que se burlan de aquello que no le pareces, retan a fuerzas que no conoce, sin tener la certeza desde las limitaciones de cualquier ser humano si algo es verdad o mentira. Es bastante arriesgado burlarse, difamar, cosas con las cuales se ha hecho solo una imagen mental, un juicio en base a preconceptos. Muchos desconocen la historia, y solo aceptan lo que ellos piensan, desmeritan la capacidad de razonamiento de otros, su libertad a pensar en lo que quieran. Por otra parte, sin haber hecho un logro destacable para la historia, se califican de más listos, cuando tienen los mismos problemas de aquellos a los que califica de ignorantes.
Las sociedades y las culturas crecen, todo su saber es el conjunto de personas que con sus aportes ayudaron a construirla. Pero hay personas que no reconocen que puede haber cosas que no saben, y se burlan de ciertas culturas y creencias. ¿Qué necesidad hay de burlarse?, ¿Qué necesidad hay de desmeritar las creencias que alguien pueda tener?, ¿Acaso es la sensación de falso poder y superioridad que necesita sentir, porque con los hechos reales no lo obtiene?. A la hora de opinar todos opinan lo que quiera, y es aquí donde todo el mundo estamos. Se puede cuestionar las cosas sin entrar a desafiar y a burlarse de otros, y mucho menos cuando tienen que ver con creencias y fe.
La importancia de las creencias, la necesidad de explicar lo desconocido.
Quedamos claros, que el universo es infinito y desconocido, más allá del alcance del entendimiento humano. La única manera que podemos relacionarnos con lo que está fuera de nuestra alcance es a través de las creencias, y respecto a ello todo es posible, incluso cosas que no somos capaces de imaginar. Porque nadie puede imaginar algo a partir de lo que no conoce, de este modo cientos de cosas pueden existir sin tener idea de ellas. Del mismo modo que animal no imagina ni entiende a hombre, así mismo hombre no puede entender con exactitud lo que está por encima de él.
No sabemos si por encima del ser humano, hay otros niveles de evolución, tal vez existan seres a una escala más arriba de nosotros. No sabemos si existen universos paralelos, ni otros planos de existencia, no sabemos si existes otras líneas de evolución aparte de la animal, no sabemos si existen otros universos con otras leyes, no sabemos si existen seres de otros planetas, no sabemos de nuestro verdadero potencial. El hombre no sabe muchas cosas, y aun con todas sus limitaciones el hombre debe de relacionarse con ello, a través de las creencias. Porque hay algo con los que todos entramos en contacto y es con el pensamiento, según lo que sabemos de la física cuántica.
El negar la existencia de todo esto de raíz, es cortar todo progreso hacia su exploración y sobre todo hacia sus beneficios. Decir que esto es falso corta el pensamiento científico, que siempre avanza hacia adelante para dar explicación clara a todo, que si no puede ahora por sus limitaciones, lo debería de poder hacer dentro de algunos miles de años. Muchos dicen vaya timo a cuanto cosa no le consta, a toda una cantidad de costumbres de culturas antiguas que desaparecieron por las colonizaciones, que no se ha dado la oportunidad de hacer un estudio científico paciente y serio, para poder aprovechar sus bondades en caso de que los tuviera.
La autoridad moral
Es cuando alguien se siente en todo el derecho de criticar, de juzgar los actos de los demás con cierto grado de confianza acerca de su integridad. Piensa para sí mismo, este mundo está perdido, esta gente tan vulgar, esa música tan estúpida, esos trabajos tan mediocres, y así sucesivamente en su imaginación se ubica a sí mismo como alguien superior. Si bien hay cosas realmente deplorables, vergonzosas y crueles, la sociedad a nivel de leyes ha avanzado lo suficiente como para poner un orden a ciertos asuntos extremos, y debería ser obligación denunciar ante dichas autoridades tales asuntos.
Es muy fácil encontrar a alguien que se siente moralmente superior por que no usa una falda arriba de la rodilla, porque no ha dicho una palabra vulgar, porque no bota la basura a la calle, porque no se salta en la fila; pero dentro de su pensamiento está lleno de soberbia y juzgamiento a los demás, de toda clase de pasiones inconfesables, y traumas no resueltos. Todos a nivel moral estamos casi al mismo nivel, hay unos que no botan basura a las calles, pero pega a sus niños, hay quienes no roban, pero son mentirosos que causan mucho daño, hay unos que no escuchan la música vulgar, pero son morbosos a nivel dañino. Todos los seres humanos somos parecidos a nivel general, igual que los leones, que podemos decir que todos se parecen, cuando hablamos de seres humanos, casi todo es lo mismo, con algunas diferencias, ya sea porque está loco debido a un buen golpe en la cabeza, o es un genio fruto de años de esfuerzo y dedicación.
Cabe destacar que no ha habido el primer libro escrito por ser humano, o deidad alguna, donde den toda la guía acerca de cómo debe ser el comportamiento de todas las personas en todas las circunstancias. Si eso fuera así, no habría un sentido de la vida. Quien se atrevería a decir: “es que esto es así y solo así”. El sentido de la vida está en que todos pueden experimentar de manera particular su entorno y llegar a encontrar muchas soluciones para cada cosa, las cuales unidas a otras soluciones a través de siglos, mejoran la experiencia humana en todos los aspectos. Luego todo este saber es recopilando en libros, los cuales son estudiados por personas que se dedican específicamente a un área, ya sea a nivel científico, tecnológico o social, con el propósito de propones soluciones, los cuales pueden ser buenas o malas, pero al fin y al cabo, siempre mejorables. Esto es lo que muchos no entienden, y creen que con un par de artículos de internet ya saben más que estas personas, y en el caso de que si fuera así, no importa, ya que lo deberían demostrar por autoridad y talento.
Imponer autoridad por talento y poder.
A la larga todos no somos más que un grupo de personas con los mismos problemas, con toda clase de ideas locas, lo cuales tienen mayor auge en estos días debido a tanta literatura a la que se accede por internet. Algunos se llenan tanto la mente de ciertas ideas, se aferran tanto a ellas, que necesariamente se vuelven fanáticos, en los que quieren imponen su saber y atacan a los que no piensen como ellos.
Un perdedor no puede aconsejar e imponerse como autoridad frente a otros perdedores. El conocimiento teórico y todo lo que podamos pensar acerca de la moral, es algo que cualquier fracasado puede pensar en un momento libre, pero que el tomar ese conocimiento, convertirlo en acción y en resultados, es ahí donde está la diferencia. ¿De qué sirve el conocimiento si no sirve a nuestro favor para darnos éxito? ¿Qué autoridad moral puede tener una persona que está en las mismas condiciones que cualquier otra?
Solo el éxito en un ramo, califica a esa persona como autoridad en el ramo, y solo el poder que consigue una persona a través de ese conocimiento es lo que le permite hacer valer lo que dice. Cuando una persona crea que está en lo correcto y debe ser oído, entonces dicha persona por sus propias fuerzas debe llegar a un nivel de poder e influencia que puede ser escuchado y seguido, de resto es otra persona más con una opinión más, tan respetable como la de cualquier otro. Por supuesto en esta época de libertad de opinión, cualquiera puede opinar, y de hecho esto es positivo porque nos ayuda a tener un concepto más amplio de las cosas. Es arrogante creerse realmente intelectual y moralmente superior, lo natural es aceptar que la opinión y el sentir particular es tan válido como cualquier otro, y sobre si algo debe ser o no ser, eso solo los dictan los que tienen el poder, tanto para bien como para mal.
La importancia de sentirse seguro de lo que pensamos.
Antes que nada, voy a hacer una parodia, una exageración, en el caso de que dos personas se pusieran a discutir de una manera amable y sincera sobre quien tiene la razón.
– ¿Quién eres?
– ¿Porque lo preguntas?
– Porque hablas con un aire de confianza como si estuvieras convencido de que lo que tú piensas realmente fuera la única verdad, y como si tuvieras autoridad moral.
– Pues la verdad soy un tipo como tú: Tengo deudas, tengo problemas de seguridad, me irrito con facilidad, y me duele que me digan la verdad; pero me diferencio porque tengo algo que nadie tiene.
– ¿Qué es?
– La verdad sobre los principales misterios de la vida y del universo. Es decir: “Si existe un creador del universo o no, si hay vida después de la muerte o no, si hay vida en otros planetas o no, cual es el origen de la vida, y se cómo se debe de comportar todo el mundo respecto a su parte moral”.
– Para uno decir que conoce los misterios del universo que es infinito y eterno debería de haber vivido cientos de años y haber viajado siquiera a otras partes del universo. Uno no puede hablar con seguridad de lo que no ha vivido, una cosa es lo que uno imagina y otra lo que puede ser. Yo incluso me puedo llevar una opinión equivocada de ti, y eso que te tengo en frente.
– No seas idiota, uno necesita todo eso para conocer la respuesta a los principales misterios del universo, y saber cómo es que realmente se debe de actuar.
– Y entonces como sabes todo eso; ya que ni yo me conozco a mí mismo, y ahora tú me dices conocer la respuesta verdadera a los misterios que siempre han inquietado al ser humano.
– Lo sé por unas lecturas que hice en internet de unas personas que jamás he visto en mi vida hablando sobre cosas que no han vivido.
– Y crees que eso es suficiente para saber esas cosas.
– Claro que sí, lo sé por mi intelecto superior.
– ¿En serio?, ¿eres alguna especie de genio, haz hecho el súper invento del milenio, haz hecho alguna propuesta que nos de la solución a algún problema en el mundo?. Lo digo porque si nos has sido capaz de solucionar tu vida, ¿cómo podrían tus razonamientos ser mejores que los demás?
– No seas idiota, soy un tipo como tú, pero mi capacidad de razonamiento es superior a la tuya.
Por supuesto una conversación así, no sería tan amable ni tan sincera si llegará a suceder, y aunque parezca exagerado decirlo, esto aplica a cualquiera de nosotros. Por naturaleza los seres humanos nos aferramos a un conjunto de ideas y creemos firmemente en ellas, porque necesitamos una seguridad para poder tomar decisiones. Si no creyéramos que lo que pensamos es cierto, entonces no seríamos capaces de tomar decisiones, la inseguridad no nos dejaría.
Creo que lo sensato en estos casos es tener una seguridad acerca de lo que puedo hacer en mi propia vida, y respetar que hay otros que tienen otra forma de vivir y que quizás a ellos no aplique la misma regla que a mi. Además, como lo dije en otro artículo: “El cerebro no busca laverdad, si no sobrevivir, y deberíamos hacer lo mismo”.