Nuestro cerebro tiene por función protegernos del dolor, eso lleva muchas veces a protegernos de una realidad, en la cual estamos llenos de errores, de malas decisiones, y de “maldad”. Adicionalmente, el cerebro nos oculta la percepción de la realidad en la vida diaria, en la que nos hacemos creer de que todo está bien o es normal. El problema es que esta visión equivocada de nosotros mismos y de la vida, nos lleva a tomar malas decisiones que terminan convirtiéndose en malas vivencias.
Para ser asertivos debemos aprender a identificar cuáles son esas realidades que nos oculta la mente, y de cuáles son esas realidades y cómo solucionar, es de lo que hablaremos hoy.
Un mundo donde los únicos malos y equivocados son los demás
En nuestra mente pensamos que vivimos en una sociedad llena de caos, todos los gobiernos durante todos los tiempos son corruptos y roban, hay mucha seguridad en la calle, las tasas de violencia aumentan, la gente es muy chismosa, y muchas cosas mas, no como uno, que es decente, que no roba, y que es una buena persona. Bueno, eso es lo que le dice la mente a cada cual, porque la realidad es bien diferente.
La realidad es que esa gente chismosa y corrupta, son gente como usted o como yo, al fin y al cabo son seres humanos. Si de lejos miramos a un grupo de leones, esos leones son básicamente iguales, y si miramos a los seres humanos desde lejos, todos son iguales. A menos que usted haya nacido como un sujeto que representa la siguiente escala de evolución, tiene tantos errores como cualquier otro. Hasta donde se sabe, quienes ocupan el gobierno y ese vecino chismoso, es un ser humano cualquiera.
Lo que sucede, es que todos esos calificativos negativos que otorgamos a los demás, los vemos claramente en otros, porque afectan nuestros intereses personales, pero que en iguales condiciones, muy probablemente estaríamos haciendo cosas parecidas. Por supuesto influye la educación, la experiencia y los prejuicios, pero en general, todos tenemos los mismos instintos, y los cerebros funcionan muy similar en un ser humano, como en el otro.
Sometidos a las mismas situaciones de otros, seríamos similares
Todo detrás del televisor y una ventana se ve fácil. Pero otra cosa es estar allí. Estamos de acuerdo, que todos tenemos instintos iguales, no hay nadie que no haya nacido igual a otro. Es así que si somos lanzados a unas situaciones similares, con unos conocimientos similares, es probable que actuemos de la misma manera. No nos gusta escucharlo, pero en el fondo somos así, y de todas esas cosas malas que vemos en el mundo somos capaces y peor.
Hay que hacer una aclaración, nadie se vuelve hitler o stalin, de un día para otro. Ese simpático chicuelo que montaba bicicleta de niño, poco a poco fue armando su personalidad a esta quedar envuelto en situaciones completamente contrarias a las que nació. Salvo los que se dan golpes en la cabeza, la mayoría de las personas nacen en general con las mismas inclinaciones y sentimientos, y de acuerdo a las situaciones se pueden convertir en ciertos tipos de personas.
Vivimos en un mundo que para bendición de muchos, nos quita todo nuestro tiempo libre. En medio de tanto trabajo no da tiempo para cultivar vicios y malas mañas, usted solo hace lo que le dicen, llega cansado prende la televisión, se escandaliza con las noticias del mundo y luego a dormir. Pero si dicho sujeto no estuviera tan ocupado, entonces tendría tiempo para cultivar vicios, y si no tuviera lo básico, entonces tendría que preocuparse por hacer otro tipo de cosas para sobrevivir. Si estuviera en posiciones de poder, en donde todo lo que hace es bueno para unos y malo para otros, entonces actuaría de manera diferente. Todo se ve fácil frente al televisor.
Las malas decisiones están dominada por los intereses personales
Todo el mundo reprocha la infidelidad hasta que siente una loca pasión incontrolable por alguien. Luego pasa de ser una persona que reprocha la infidelidad, a ser una persona que le parece que la gente arma un escándalo por ese tema de la infidelidad. El campesino mira las leyes que favorecen a las exportaciones como malas, y el que hace exportaciones mira como malas las leyes que solo favorecen al sector local. Y así sucesivamente, todo lo bueno y lo malo en el mundo lo miramos desde nuestra óptica particular y desde nuestro beneficio.
El problema es que cada cual piensa que su óptica es buena, y la óptica contraria es mala. Lo que afecta a nuestros intereses es bueno, y lo que lo ataca es malo. De ese modo cada cual arma su propio sistema de creencias y todo lo que aprende lo acomoda a eso. Entonces si ingresa a una religión, a un partido político, entonces acomoda todo lo que dice a sus intereses. A veces las filosofías no son malas, los que son malos son los sujetos, y toman un conocimiento para excusar su egoísmo. Entonces muchos se vuelven cristianos y usan ese conocimiento para saciar sus ganas de sangre y su maldad en nombre de dios, y lo hacen convencidos de que es así.
Por supuesto no todos se vuelven sanguinarios, pero en cada circunstancias de la vida diaria, todo lo manejamos según esos intereses personales. Entonces si hay una serie de turnos para atender a alguien, entonces le soluciono primero a la persona que me gusta, y de último a quien me cae mal, poco son los que dejan para último el que le gusta, y de primero a quien le cae bien mal, solo porque su caso está en el primer puesto para gestionar. De esos pequeños detalles está formado nuestro día a día, y nadie le gusta aceptar.
Un mundo donde todo está mal, pero nuestra vida marcha bien gracias
Además de que somos humildes y buenos, todo en nuestra vida marcha bien, el problema es de los demás, el problema de la relación es culpa de esa infiel, irresponsable y desordenada que tengo por pareja. El problema en el trabajo es culpa de ese orgulloso y tirano que tengo por empleador. El problema de empleo es culpa de este gobierno corrupto que no hace nada por su pueblo. El problema de la vida es de dios, que deja sufrir a todos. Todo está mal, menos uno.
Listo esta bien, tengo el vicio del alcoholismo, pero ese vicio no me matara, no como esos marihuaneros de la esquina. Listo, le dije mentiras a ese cliente para poder cerrar el negocio, pero al menos no soy corrupto como esos del gobierno, miserables que roban el dinero del pueblo. Listo, no entregue ese trabajo a tiempo, pero soy una buena persona no soy chismoso y envidioso como ese que trabaja conmigo… Oye juan, no entregaste ese trabajo a tiempo, eres un irresponsable… ¿irresponsable yo?… como se atreve… yo no soy irresponsable.
Así sucede, todos los problemas están en los demás, pero nunca en nosotros mismos. La gente no le gusta que le califiquen de perezosa, irresponsable, desordenada, egoísta, envidioso, ladrón, ególatra, y nadie se atrevería a decir a sí mismo o aceptar que le digan que es tonto. No nos gusta aceptar nada en contra de nuestra personalidad.
El problema de negar la realidad
La verdad es que no hay que armar tanto escandalo, todos cometemos errores, estamos llenos de vicios y dificultades. El problema es que si bien no hay que armar escándalo, si hay que buscarle soluciones a todos esos problemas.
Por que si usted no acepta los problemas en su trabajo tiene su origen en usted, entonces no importa que cambie de trabajo, siempre presentará los mismos problemas, y lo mismo en sus relaciones de pareja, siempre presentará los mismos problemas. Y si este mundo es corrupto y malvado, no importa que se cambie de planeta, si todo el mundo vive en paz, usted llegaría a poner problemas.
El no aceptar las cosas como son, generan una falsa percepción de la realidad, y en base a ello no se pueden tomar buenas decisiones para solucionar problemas. La decisiones se toman en base a las circunstancias que están sucediendo, pero si no veo claramente lo que sucede, entonces las decisiones no pueden ser correctas.
Aprender a tomar decisiones apartir de aceptar la realidad
Aprender a ver las cosas como son, más allá de nuestros intereses personales, más allá de la vergüenza que nos da admitir que somos débiles, egoístas, y maliciosos. Debe llegar un momento que se diga a sí mismo. Vaya como soy de irresponsable, yo si soy mediocre, yo sí que soy chismoso y por eso tanto lio. Solo a partir de identificar y aceptar su propia realidad, es que puede buscar soluciones. Si usted no se encuentra ningún defecto, entonces los niveles de autoengaño en los que se encuentra sumido son demasiado profundos.
Para aceptar nuestra realidad, debemos mirar que cosa esta mal, y para mirar que cosa esta mal, debemos tener un norte de lo que está bien. Ese norte está relacionado con el bienestar, prosperidad, armonía en su vida, en lo que hace y le rodea. Si usted no ha llegado a esos niveles deseados, empiece a mirar qué acciones impiden llegar esos niveles, y luego pregúntese qué decisiones generan esas acciones. Detrás de esas decisiones, se esconden unos sentimientos que afectan su vida. Le dicen que es un irresponsable, que entrega las cosas mal, entonces se revisa que fue que lo dejo para última hora, y que lo dejo para última hora porque en el fondo usted no es más que un perezoso, y sólo hace algo porque lo están presionando.
Una vez usted reconoce que es un perezoso que no le gusta hacer nada, entonces podrá plantearse la otra pregunta acerca de qué hacer al respecto. Sin usted aceptar esta característica de su personalidad, entonces no podrá evitar ser víctima de los efectos que le ocasiona ser así. Una vez identifica que sucede en el fondo, entonces dedica esfuerzos a corregirlo, con claves que solemos dar en nuestros artículos, y en la medida que cambia esa parte de su personalidad, en esa medida los irá corrigiendo.