En los últimos años hemos visto como la genética, la neurología y hasta la misma nutrición, nos han dado explicaciones a muchos de nuestros comportamientos, sin embargo hay un factor muy importante que influye determinantemente en nuestra forma de ser y actuar; y es el entorno en que nacimos o tradicionalmente nos movemos.
El descubrimiento de Darwin sobre la influencia del entorno.
La adaptación de las especies fue un concepto manejado por Charles Darwin, autor del libro “el origen de las especies”, y que muchas de sus conclusiones fueron sacadas de sus viajes alrededor del mundo. En cierta ocasión llego a las islas Galápagos, la cual es un conjunto de pequeñas islas en las que habitaban animales diferentes en cada isla. Lo más curioso que pudo observar fueron 2 especies de aves exactamente iguales; pero con el pico diferente. De esta manera pudo descubrir que la forma del pico de un ave era una adaptación mejorada para el consumo de ciertas clases de insectos propios de dicha isla, y que en la otra isla no habían dichos insectos y por tanto no era necesario dicha adaptación del pico.
Si hablamos de nosotros los seres humanos, adaptaciones similares se presentan también en el cuerpo. Vemos por ejemplo que día a día tienden a desaparecer las muelas del juicio porque ya no las necesitamos, y lo mismo respecto a los colmillos que no son tan filudos porque no los usamos para desgarrar carne. Pero estos efectos no solo son a nivel físico sino también a nivel psíquico. Nosotros conservamos instintos naturales que nos obligan a desarrollar comportamientos para adaptarnos a un entorno, y también vamos abandonando comportamientos que no necesitamos.
La influencia en nuestro comportamiento de ambientes estresantes y llenos de carencias.
Nosotros por naturaleza actuamos por reacción, más que por consciencia. Esto es algo en lo que normalmente no caemos en cuenta y por ello en la mayoría de los casos no somos capaces de contralar nuestras formas de reaccionar y actuar.
A la larga nuestra personalidad se ha formado debido a las reacciones que nos ha provocado el entorno y no a una decisión consciente. Son muchos los mecanismo subconscientes que nos hacen reaccionar, para entender cómo funcionan miremos un ejemplo muy sencillo. Si alguien viene ante usted le reconoce sus méritos y le brinda su apoyo, hay más tendencia a sentir simpatía hacia esa persona que si hubiera venido con la actitud de burlarse de usted y de desmeritar su labor. Así como en este caso hay muchos otros mecanismos que nos hacen reaccionar.
Si usted vive en un entorno en donde a todo momento, lo están maltratando, entonces por el instinto de protección usted empieza a reaccionar a tal maltrato y también se vuelve agresivo, o sumiso; según las circunstancias. Las reacciones no siempre son malas, ya que nos hacen formar ciertas conductas benéficas, por ejemplo: el tener la oportunidad de estar en un ambiente de disciplina puede hacer que aprendamos a ser responsables.
En contra posición la ausencia de ciertas circunstancias, nos hace crecer sin ciertas habilidades. Por ejemplo; el crecer en un ambiente donde no se acostumbró a esforzarse por ganar algo, entonces seguro que de grande tendrá problemas de voluntad para terminar un proyecto.
Las habilidades y toda clase de talentos no surgen de la nada; y cada circunstancia requiere ciertas habilidades que hay que desarrollar. Es como cuando viajas al extranjero, dichas circunstancias requieren que para poder sobrevivir desarrolles la habilidad de hablar el mismo idioma. De este modo nosotros aprendemos muchas conductas y otras no están en nosotros, las cuales podemos estar necesitando para enfrentar ciertas circunstancias. Cuando no somos capaces con una situación es porque no tenemos la habilidad que se requiere para solucionarla.
Como ciertos ambientes nos hacen perder ciertas capacidades.
Al no contar con ciertas circunstancias, necesariamente se van perdiendo las actitudes que surgen de estas. Una persona completamente dedicada a la vida violenta, en donde todo es agresividad, en donde todo lo consigue a las malas, en donde no puede tener una normal adaptación a la vida social, ira perdiendo todo sentido de la decencia, del respeto, ya que su cerebro va desconectando dichas capacidades porque ya no las utiliza. Si usted le hablara de respeto a una persona violenta; lo más seguro es que se ría en su cara, pensara que estará usted drogado o que pertenece a algún culto raro.
La naturaleza se va deshaciendo de cosas que ya no usa o no necesita; también nuestro cerebro va obviando aquellas formas de pensar y habilidades que no volvemos a usar. Por eso es que puede ser tan difícil hacer la paz con tantos grupos violentos.
Durante la segunda guerra mundial, Hitler mando a cercar a Leningrado una de las ciudades claves de la antigua unión soviética. Por alrededor de 3 años, los habitantes de dicha ciudad estuvieron encerrados por las tropas nazis, sin poder salir de este lugar, el objetivo era matarlos de hambre. En condiciones tan extremas, como es la presión, el hambre y la violencia; lo más común es que la gente se degrade, y pueden presentarse situaciones de canibalismo. Los habitantes de dicha ciudad al ver el peligro de caer en esta condición optaron conscientemente por no degradarse; y a pesar del hambre y las condiciones, se dedicaron al arte, a la lectura y a la música como un medio de conservar el sentido de lo que es ser humano.
Desafortunadamente eso no sucede en muchos lugares, en donde lo más común es que en circunstancias extremas se creen verdaderos monstruos.
Circunstancias que evita que veamos otro tipo de soluciones o formas de vivir.
Todo tiene ciclos, y todo se gesta dentro de un entorno. Durante nueve meses él bebe se desarrolla dentro de las condiciones que le brinda el útero. Lo mismo sucede en otros niveles cuando se trata del desarrollo de la personalidad, ya que necesitamos movernos dentro de cierto entorno el cual alimenta nuestra conducta.
Es muy difícil que nosotros mismos nos pongamos a reflexionar acerca del entorno en que nos movemos y como este está desarrollando nuestra personalidad o como nos está atrofiando ciertas capacidades. Esto hace que andemos por la vida con actitudes problemáticas, o sin las habilidades para enfrentar ciertas circunstancias y no nos demos de cuenta de la causa de muchos problemas. Con el tiempo ese ambiente en que nos movemos con todas sus ventajas y desventajas se convierten en nuestra realidad y forma de ver la vida.
Es muy difícil ser capaz de concebir otras cosas porque sencillamente no se tienen conocimientos de estas. Nadie puede llegar a imaginar algo con lo que no ha tenido contacto, y si lo imaginara sería irreal dicha concepción.
Las personas que crecen en ambientes con muchas carencias ya sean económicas o emocionales y que no haya tenido la oportunidad de vivir en ambientes más cómodos, es probable que tenga una visión incompleta de muchas cosas. Lo mismo sucede con el que ha crecido en ambientes completamente cómodos y que no le ha tocado que vivir las amargas situaciones, entonces es poco probable que entienda lo que es vivir con carencias. En el primer caso es probable que se desarrolle algún tipo de resentimiento social, y en el segundo desarrollara algún tipo de despreocupación por las circunstancias de otros.
Cuando una persona no ha tenido una experiencia completa de la vida, es decir que le falta experimentar muchas cosas tanto buenas como malas, entonces no ve las cosas con claridad. Por ejemplo si le ha faltado experimentar el profundo afecto de unos padres amorosos, o si no ha sido premiado por sus esfuerzos, o si no le ha tocado que aguantar muchas privaciones, o si ha crecido en medio del miedo. Todo el conjunto de experiencias de la vida, dan una visión más completa de esta, aunque también la pueden distorsionar más. La falta de vivir muchas circunstancias y la falta de consciencia de estas, hace que no seamos capaces de entender muchas cosas, y las imaginemos erradamente desde nuestras limitaciones.
La falta de compresión de las conductas de otros y la falta de tolerancia ante la fragilidad humana denota una escaza experiencia de vida. Es más probable recibir el apoyo de alguien que está pasando por una circunstancia parecida a la nuestra, que de aquel que no la haya vivido.
La importancia de identificar nuestras conductas, y de una mente abierta y progresista.
Una de las grandes virtudes del ser humano es la darse de cuenta de sí mismo, esto es muy importante ya que gracias a esto hemos pasado de actuar por puro instinto, a actuar por decisión propia. El darnos de cuenta de cómo reaccionamos y que nos hace reaccionar lo que nos rodea es algo que debemos agudizar, ya que esto hace que nuestras decisiones sean basadas en un análisis de las circunstancias y no en una reacción subconsciente a estas.
Si no tenemos ni la menor idea de porque actuamos ni como actuamos; es poco probable de que identifiquemos esas conductas que se formaron y que pueden estar perjudicándonos. Total que la vieja pregunta de cuanto alguien vive una situación dura y que dice ¿Porque a mí?, seguirá sin respuesta, en tanto usted no detecte porque actúa como actúa. Solo a partir de identificar ciertas conductas podremos modificarlas.
Una mente abierta a otras vivencias, a otras formas de ver la vida, nos hace vivir nuevas experiencias y salir de la rutina, y así vera la vida de una forma más completa, y su percepción de las cosas será más acertada. Una actitud de progreso, de querer mejorar la propias condicionas hace que abandonemos la influencias de ciertos ambientes.