En la imaginación todo parece viable.
Leer mucho de un tema, no garantiza que nuestras conclusiones al respecto sean acertadas; porque son cosas que solo están en la imaginación. Y a veces solo nos quedamos con esas ideas sin contrastarlas con los hechos, opinando de uno y otro tema, que es mucho más cómodo que ponerse a hacerlas. Nos sentimos más cómodos imaginando soluciones que aplicando.
El problema con las cosas que se imaginan es que la imaginación puede con todo,
La imaginación no puede ir más allá de lo que ya sabe, y lo que no sabe lo rellena con cosas que se imagina usando lo aprendido, y es ahí donde está el problema.
Por ejemplo, hay algo a lo que nosotros nos dedicamos, y cuando está involucrado con una profesión, es increíble la cantidad de cosas que se aprenden al aplicar, y la cantidad de eventos que suceden en el día a día, la cantidad de problemas que se presentan y lo difícil que es sacar algo adelante. Una cosa es como se ve de afuera, lo que uno imagina de cómo sería, y otra cosa lo que es cuando estás adentro viviéndolo. Somos muy simplistas al interpretar algo. Espero hacerme entender con esto de que las cosas que imaginamos distan mucho de la realidad, por más que creamos saber de algo.
Otro problema con la imaginación es que es idealista, ya que la realidad es cruda, y nadie consume información en internet para escuchar cosas crudas y dolorosas, cosas que sean impopulares. Por tanto, las ideas que más pegan en internet son las que suenan bonitas en la imaginación. La gente opina no a partir de cosas reales, sino a partir de cosas que, en su imaginación, suenan bien. Con el tiempo estas ideas llegan a parecer que son las más viables.
¿Qué problema hay con esto? Pues que internet está lleno de realidades que suenan bien, pero son poco prácticas. Se vuelven populares modelos económicos que suenan bien, filosofías de vida que suenan bien, modelos de negocios que suenan bien, y la gente la consume con pasión, pero luego no les sirve para nada.
El otro problema es que con tanta información nos creemos sabios, y por tanto opinamos de lo uno y de lo otro, pensamos acerca de cómo sería un mundo mejor, y de lo que deberían hacer las otras personas. Esto nos genera una sensación de sabiduría, con ideas tejidas en la imaginación.
La realidad es que, para saber realmente de un tema, es importante tener una base de experiencia que te puede ayudar a aterrizar las ideas. Ya que las ideas en nuestra imaginación no van a resolver nada.
Debemos hacer un esfuerzo por dejar ese cómodo sofá, dejar de imaginar tantas cosas y luchar por aplicar la mayor cantidad de ideas, para así a partir de la experiencia tener un conocimiento más acertado respecto a la realidad.
En la medida que vivimos, experimentamos y ponemos en práctica nuestro conocimiento, con más claridad podremos ver las cosas, nos volvemos menos idealistas y más realistas, y de esta manera se generan soluciones más acertadas en nuestra vida.