La frecuencia con que solo pensamos en nosotros mismos es demasiado alta, los gestos desinteresados en su mayoría no son mas que autoengaños, el altruismo es una cuestión de beneficio a largo plazo.  Si bien los científicos han detectado comportamientos altruistas entre ciertos animales, la verdad es que no se ha determinado con claridad si esto es una estrategia para ganar favores dentro de un grupo. Podría decirme usted que se conmueve con la gente que aguanta hambre y que incluso ha hecho muchos actos de caridad; pero esto como lo veremos; tiene su explicación dentro nuestra mente egoísta.

Pensamiento egoísta relacionados con nuestros vacíos.

Una de los instintos mas fuertes dentro de nuestra conducta es la de sobrevivir.  Sencillamente no estamos programados para sacrificar nuestras vidas en pro del bienestar de otros, a no ser que esto implique un beneficio a largo plazo. La mente suele concentrar grandes cantidades de pensamientos en buscar satisfacer sus deseos y otro tanto en como solucionar sus incomodidades. En la medida de que alguien no satisfaga sus necesidades básicas de afecto, de seguridad, de sentirse a salvo y protegido, etc, entonces será más egoísta.

La medida de nuestras carencias esta directamente relacionado con nuestro egoísmo.  Sencillamente es muy difícil pensar en como se siente la otra persona, cuando a nosotros nos sentimos solos, abandonados, desprotegidos. Igual a como sucede cuando usted se quiebra una extremidad, en el que la mente no deja de pensar en el dolor, así mismo en la medida de nuestra insatisfacción frente a la vida seremos egoístas. Un asesino y un ladrón es la máxima expresión del egoísmo, porque ha puesto su interés particular sobre cualquier sentimiento ajeno.  Los motivos  que llevan a una persona a tales extremos, siempre esta relacionado con profundos choques emocionales. Nadie puede dar a partir de algo de lo que carece.  Es difícil dar amor cuando se tiene poca autoestima y en su infancia haya carecido de muchos afectos. Lo que usted hará mayormente es buscarlo.  Donde hay necesidad difícilmente hay generosidad. Es una especie de suicidio dar lo poco que se tiene para quedarse sin nada.

Consciencia y Sacrificio; los requisitos para ser generosos.

El subconsciente maneja la mayoría de todos nuestros procesos, es decir que nuestros actos obedecen a mecanicidades y reacciones emocionales del cerebro. Así como el cerebro de manera subconsciente se encarga de enviar ordenes para procesar los alimentos, para entrar en pánico frente a una situación de peligro, para sentir alegría ante una buena noticia, entonces del mismo modo los actos de bondad y de altruismo están relacionados con mecanismos del cerebro.

El cerebro siempre tendrá como prioridad nuestra supervivencia y la de la especie, porque él es un producto de la evolución. Por eso es que actos tan altruistas como tener un hijo y velar por el, es algo que sentimos un fuerte impulso, porque es un beneficio para la especie. Para ser altruistas y generosos tenemos que ser conscientes del dolor ajeno, para ser conscientes de las vivencias de los demás, debemos de alguna forma comprender a los demás, y esa comprensión en su mayoría nace de tener experiencias similares.

Es difícil que surja comprensión a  partir de algo que no ha experimentado. Es entonces la consciencia uno de los requisitos fundamentales para ser generosos. Luego de usted ser consciente de que otro esta sufriendo, viene la parte más difícil; actuar. Ya sabemos que nuestros actos nacen de motivaciones.  Así que si usted hace algo por otro debe de estar motivado. Esa motivación nace de esa profunda comprensión del sentimiento del otro.  Luego viene la hora de abandonar su zona de comodidad, sacrificar algunas cosas que tiene y dedicar un esfuerzo para que otro se sienta bien.  Y es aquí donde fallamos.

¿Porque la gente que tiene mucho es egoísta?

Todo acto desinteresado implica gran cantidad de esfuerzo. Sencillamente es difícil de que alguien deje de pagar un arriendo por darle esa plata a alguien que esta aguantando hambre, es difícil que usted abandone una tarde de relajo en su casa después del arduo trabajo, para ir a ver las necesidades de otros y como puede colaborar. Y más difícil aun es que usted fruto del esfuerzo de un arduo trabajo, dedique ese dinero a comprar ropa nueva para dar a los necesitados y usted se quede con la ropa vieja.  La conclusión es sencilla, damos lo que ya no necesitamos. A propósito de un grupo muy famoso en Facebook: “cambio tesoros del vaticano por comida para los niños en áfrica”, entonces se me viene una pregunta que alguien puede hacer.  El Papa tiene de sobra, ¿porque no lo da a los niños de áfrica?. Aquí debemos comprender los mecanismos de deseo.

El deseo es la fuerza que nos impulsa a movernos, a vivir.  Usted va a trabajar porque tiene deseos de plata, usted visita a una persona porque tiene deseos de verla, usted lee un libro porque tiene deseo de saber lo que dice.  Y usted también desea un auto, viajar por el mundo, montar una empresa, etc. Es decir que el deseo en el ser humano es algo que no se apaga porque sencillamente este nos impulsa a actuar.  Es muy difícil que alguien llegue a un estado de plenitud donde crea que ya no necesita nada, donde crea que no hay nada por conocer, sencillamente se le apagarían las ganas de vivir.  Debemos estar claros en algo, nunca es suficiente. En nuestras épocas de estudiantes no teníamos nada, y ahora podemos tener un hogar muy cómodo, un vehículo, un buen celular, y aun así no es suficiente y no alcanza para dar a los mas necesitados. Ahora bien, en lo poco se ve lo mucho, es decir que si teniendo poco no somos generosos, tampoco seremos en lo mucho.

Altruismo inconsciente.

En la naturaleza nada surge porque si, todo desde que exista, surge por una razón y tiene su función. El egoísmo dentro de los mecanismos del cerebro tiene por función proteger nuestra energía, el garantiza que nuestros esfuerzos no sean desperdiciados, si no invertidos en algo provechoso.  Una secuencia de actos desinteresados puede llevar a una persona a la ruina, y que todo aquello por lo que tanto lucho lo pierda en un instante. Sin ese freno que nos brinda el egoísmo podríamos perder todo nuestro dinero y quedar sin bases, tendríamos que volver a empezar de nuevo.

Dentro de un entorno a veces solo pensar en nosotros mismos, es beneficioso.  Si por ejemplo estamos con mucho trabajo y nos ponemos ayudar a otros, entonces esto disminuye la calidad de nuestro trabajo, y por tanto nos pueden despedir, si usted en su empresa es muy consciente con sus trabajadores, entonces le puede quedar poco dinero para hacer crecer su empresa en un ambiente competitivo y finalmente todos se queden si trabajo. Es por ello que muchas veces el egoísmo es importante y cumple una función de freno frente al derroche de nuestra energía. Hay que aprender a llevar un equilibrio entre altruismo y egoísmo, porque el desequilibrio en ello, afecta muchos aspectos de nuestra vida.

Como el egoísmo perjudica muchos aspectos de nuestra vida de manera inconsciente.

El egoísmo es algo arraigado en nuestra naturaleza humana y por tanto no podemos evitar ser egoístas en cada uno de nuestros actos.  Cosas tan sencillas como colaborar en las labores del hogar, ayudar en el trabajo cuando estamos desocupados a alguien que esta saturado con muchas tareas, ponerse de pie en el transporte publico ante alguien más cansado, etc, es algo que no solemos hacer. Si ni muchas veces somos capaces de organizar nuestro cuarto para que luzca bien, mucho menos vamos a hacer un esfuerzo por otra persona, si ni siquiera somos capaces de abandonar un vicio para invertir ese dinero en algo más productivo para nuestra vida, mucho menos lo haremos para un desconocido.  Es sencillo, todo acto implica un esfuerzo, y la motivación para hacerlo nace de la cantidad de placer que pueda brindarnos.  El problema es que este egoísmo destruye la sociedad y nuestras vidas desde sus propias raíces.

Miremos algo tan sencillo como el colaborar en la casa y dejarle toda la carga a la otra persona hace que esta se aburra y a la larga surjan conflictos con nosotros, en el trabajo dejar sobrecargado de tareas a alguien, hace que este se queme y su labor y todos los errores cometidos tarde que temprano nos toque a nosotros trabajar doble.  En un soporte que exijamos a una compañía por un daño que surgió en nuestro hogar o trabajo, y que a través de mentiras les hagamos hacer cosas que nos son muy costosas y que sencillamente no nos queramos hacer cargo, hace que las empresas dejen de atender otras urgencias, y el servicio se vuelve costoso y lento.

La total despreocupación por el destino de los más desafortunados hacen que dichas personas en medio de tantas carencias crezcan resentidas y sean el ladrón del mañana que me quita lo que hice con tanto esfuerzo. El egoísmo de nuestros padres respecto al medio ambiente, el no ocuparse en lo más mínimo de el, el no reciclar, el abuso de los recursos naturales, hace que hoy tengamos escasez de recursos, alimentos más caros, etc. La cáscara de banano que ayer tiramos al suelo por pereza de llevarla a la basura, es aquella en la que hoy resbalamos y por la que nos llevan a urgencias. Es el egoísmo respecto a lo que nos rodea, es la soga que a futuro nos aprieta el cuello. Si aprendiéramos a tener un pensamiento amplio respecto a las consecuencias a futuro de los actos, sobre cómo afecta a los demás y repercute después en nosotros, entonces el egoísmo no sería tan marcado, y podríamos empezar a hacer las cosas más por conciencia que por pesar. Muy seguramente en nuestra vida no serían tan frecuentes los conflictos que aparecen de la nada.

Foto vía: Koen Cobbaert