Uno de los más marcados errores en nuestra conducta es no saber perder y no saber ganar, en ambos estados nos comportamos como no debe ser, lo cual a la largo nos convierte en perdedores. Por otra parte es el desconocer nuestra propia realidad, el mentirnos a nosotros mismos, el enemigo invisible que nos mantiene en la derrota y no permite que triunfemos.

10 pasos para desarrollar el poder e influencia personal.

Los siguientes pasos nos habla desde aprender a aceptar que perdemos cosas, del enfocar nuestras fuerza en el desarrollo de un poder personal, que finalmente nos hace ganadores.

1. No siempre vas a ganar, es una realidad de la vida, aprende a perder.

“Perdiste”, es una palabra que no nos gusta escuchar, pero quizás la volveremos a escuchar en el futuro. Perdiste tu dinero, perdiste a tu amor, perdiste la discusión, perdiste la aprobación de alguien, perdiste parte de tu orgullo. Día a día perdemos y seguiremos perdiendo, porque nada es estable, las cosas van y vienen, no siempre pueden estar con nosotros, hay cosas en las que somos más fuerte y habrá cosas que nos supera y perderemos. El perder forma parte de la vida. Pierdes la protección de tus padres para hacerte independiente, pierdes un trabajo para conseguir algo mejor.

No podemos ganarlo todo, ni podemos tenerlo todo, habrá cosas que deberemos dejar ir, que debemos soportar por un tiempo. El aceptar esto y asumirlo con naturalidad te hará fuerte. Acéptalo como la lluvia, sabes que el mojarte es incómodo, pero eso no te descontrola. Pero que este pensamiento no te convierte en perdedor, porque a la largo tu siempre ganas, si enfocas la victoria sobre ti mismo.

2. Lo único que no puedes perder es a ti mismo.

Jamás debes dejar que perder algo que crees que es importante, te haga perder la cabeza. Ese tipo de descontrol aminora tus fuerzas, nublan el buen juicio, y por tanto lo único que haces es volverte débil. A la larga al único que tienes es a ti mismo, y si pierdes lo único que realmente es importante, lo perderás todo. Cuando pierdas algo, mantén la calma, muestra serenidad, porque quien se descontrola cuando pierde no es confiable, da la impresión de que le quedaba poco, mientras que el sereno da la impresión de que todavía tiene mucho aire. Igualmente cuando ganes no te muestres tan eufórico, da la impresión de que has ganado pocas cosas en la vida, y por otra parte no falta ese por allá en el fondo qué pensará que le estas restregando tu victoria.

Se dice que cuando perdemos algo, es porque no estamos al nivel. Un boxeador pierde el combate por falta de preparación, y en vez de dedicarse a los vicios, lo que hace es entrenar más fuerte, para en algún momento quedarse con la victoria. Ha perdido una batalla, pero no la guerra, y así mismo no podemos dejar que perder una batalla se convierta en algo que nos derroto por completo.

Tu verdadera victoria está en superar tus debilidades, tus limitaciones, tus temores, porque cuando lo haces serás más fuerte. Quien puede contra aquel que no es débil, que no tiene límites, que no tiene miedo, una persona así está llamada a obtener la victoria. Si perdiste algo, lucha por obtener algo mejor, algo que te llene, no pierdas el tiempo sintiendo lastima de ti, eleva tu nivel hasta superar eso contra lo que perdiste.

3. No actúes como si fueras un perdedor, aparenta fortaleza y serás ganador a pesar de la perdida.

Aparentar ser fuerte y serlo es la misma cosa. Mostrarte como derrotado te hace un perdedor, y nadie gusta de los perdedores, nadie confía algo importante a una persona que pierde cosas, de esa manera va quedando desplazado al último lugar. La gente gusta de las personas fuertes, de los ganadores.

Tampoco dejes que la derrota sea algo común en tu vida. Lo que debe ser común es que tú ganes, para eso no enfrentes batallas que no puedes ganar. Y cuando pierdas, acepta cuando que ese algo no lo puedes superar por ahora, pero siempre debes tener en mente como superar la situación, como salir victorioso. Esto te dará mentalidad de ganador.

No te permitas rogar, tampoco te desesperes por buscar una segunda oportunidad. Porque eso te pone en posición de perdedor, ya que la otra persona está decidiendo que hacer con tu vida, y en ese instante te habrás perdido a ti mismo, porque le has dado tu poder a otro sobre ti. Tienes que ubicarte a ti mismo en la posición de que nadie puede darse el lujo de perderte, dar la impresión de que no estás al alcance, y eso hará que luchen por ti, y no al contrario.  No se regale tan fácilmente, muéstrate valioso, y haz que te traten como tal.

4. Perder para ganar, tú eliges cuando es conveniente perder.

En realidad tú nunca pierdes, porque lo que perdiste son cosas que vienen y van, aun te tienes a ti mismo, y mientras cuentes con eso, siempre habrá una oportunidad. Porque la verdadera victoria es sobre sí mismo, tienes que entender la profundidad de esto. Tú pierdes cosas, pero ganas en resistencia, en sabiduría, en talento. Pierdes cosas materiales, para ganas valores internos. A la larga lo que te hace fuerte para ganar, son esos valores. ¿Quién puede negar la victoria de aquel que se enfrenta a algo siendo más fuete, sabio y resistente?

No debes obsesionarte con la victoria, porque aquello con lo que te obsesionas tiene poder sobre ti. Debes estar dispuesto a perder antes de empezar algo, porque es el miedo a perder lo que debilita a las personas, porque las personas son esclavas de aquello por lo que luchan, mientras que si no te obsesionas con algo, no tienes el miedo, y quien no teme es fuerte. Hay que desarrollar un desprendimiento por las cosas, una carencia de necesidad, que solo viene cuando eres fuerte por ti mismo.

Debes aprender a tener un panorama más amplio de las cosas. A veces las personas se aferran a pequeñas cosas y se niegan a perderlas corriendo el riesgo de perder algo mucho más grande. Hay quienes se aferran al dinero, pero pierden tranquilidad. Hay quienes se aferran a la tranquilidad, pero pierden prestigio y poder. Hay quienes se aferran a ganar una discusión, pero pierden un contrato, hay quienes se aferran a personas; pero pierden la dignidad y control de sí mismo, lo cual le quita poder para conquistar a alguien mejor. Debes ver siempre un panorama más amplio donde tú pierdes pequeñas cosas para obtener cosas más grandes.

5. La Filosofía de ganador te sacara de los huecos, te levantarás.

No se confunda el saber perder con ser perdedor. Perderás ante lo que por el momento es más fuerte que tú, perderás ante cosas que no vale la pena desgastarse. Pero en el fondo tú eres un ganador. Eres ganador cuando la victoria la enfocas sobre ti mismo, cuando careces de necesidad por obtener cosas que no puedes controlar, cuando sabes cuándo alejarte de un escenario para mejorarte a ti y regresar más fuerte. Si estás perdiendo una discusión, aléjate a tiempo antes de quedar en ridículo, mejora tus argumentos, y regresa más fuerte. Si estás perdiendo el amor de alguien, aléjate, mejórate y vuelve como alguien por quien vale la pena luchar.

Un perdedor es quien permite que haya derrotas que le hace perderse a sí mismo, porque le debilitan, le hace perder la tranquilidad, la dignidad, lo cual le quita fuerzas para superar nuevos retos. Perdedor no es el que pierde cosas, sino el que se pierde a sí mismo. Por eso un ganador es orgulloso, siempre se trata de la mejor manera, y permite que los demás le consientan. Por eso lucha por no producir lastima, sino admiración. No permite que alguien le pierda el respeto con algún desplante, sino que sabe ganarse el respeto de quienes le rodean.

Suena pretencioso, pero solo pensar como ganador te sacara de los peores huecos. Cuando estés derrotado y humillado en una esquina, sentirás pavor por ese estado, y luchas con cada átomo de fuerza por no verte así de aplastado. Esa actitud te llevará a levantarte.

6. El desarrollo del poder personal.

Finalmente ganar se trata de cultivar poder. Cuando eres un ganador eres capaz de influenciar tu entorno y las personas suelen tener en cuenta tu opinión, además cuidarán de no hacer algo que te incomode. Mientras que cuando eres perdedor, te falta poder, nadie tendrá en cuenta tus pensamientos y opiniones, ni tampoco cómo te sientes. Y no porque deba importante, sino porque es de inteligentes aprovechar el entorno a favor y no tenerlo en contra. Porque ahí está el otro secreto de la vida, aparte de no ser tu propio enemigo haciendo cosas que te perjudiquen, tampoco debes permitir que el entorno se vuelva un obstáculo. ¿Quién puede derrotar a aquel que es fuerte por sí mismo y tiene a todo el mundo apoyándolo?

Para influenciar tu entorno debes ser fuerte en ti mismo, y para ello debes cultivar fuerza. Cultivas fuerzas cuando te enfocas día a día en lograr pequeños triunfos que edifican tu vida. Esos triunfos tienen que ver con la salud, el dinero y el amor. Esos triunfos que dan poder son los que te edifican a ti mismo y no a otros. Ya que cuando luchas por otros, ellos son fuertes y tú débil. Esas luchas en las te esfuerzas por que otra persona te ponga cuidado, en la que luchas porque alguien dice que te va a hacer rico haciendo lo que no te gusta. Cuando trabajas por ser rico para ti mismo en tus términos, y cuando trabajas para que luchen por ti, es un poder que te edifica a ti mismo. La gente te apoyara cuando tienes algo para aportar, no cuando tienes algo para quitarles. Cuando te esfuerces por algo, que la recompensa sea grande, no te esfuerces por cosas que lo único que dejan son desgastes.

7. Mírate de frente y reconoce quien eres y donde estas.

Nadie puede mejorar a partir del autoengaño. Si te dices a ti mismo mentiras sobre tu realidad, sobre quien eres, lo único que harás es ir en caída libre hacia el abismo. Te has mantenido en el hueco durante muchos años porque no has querido admitir tu realidad. Te mientes al pensar que estás haciendo las cosas bien y que otros son los responsables, te mientes cuando piensas que esa atmosfera de caos en la que vives está bien. ¿A quién tratas de engañar?, el engaño a ti mismo es el peor de los ataques a tu persona. No puedes acumular poder cuando tú mismo te conviertes en el enemigo.

Cuanto aceptas tu realidad sientes vergüenza, te sientes débil, y por eso para evitar ese dolor, es que por años te has mentido. Pero es mejor empezar a aceptar las cosas como son para así mejorar. No por mirar a otro lado las cosas desaparecen, sino que antes se aumentan. Ese engaño es el enemigo invisible que hace aparecer problemas de la nada.

8. Llena tus vacíos desde adentro.

Tenemos tantos vacíos, que nos llenamos de deseos y de cosas por conseguir, pensando que con eso vamos a poder llenar lo solos y vacíos que nos sentimos. No son las cosas externas las que nos van a llenar, porque estas cosas vienen y van. Ese vacío interno lo llenas con tus propias fuerzas, cuando desarrollas poder personal, cuando tus esfuerzos te llenan a ti, y cuando las personas te buscan a ti. Suena pretencioso, pero vuelvo a recordar que las personas con poder no les andan rogando a otros ni luchando por otros.

9. Deja de fantasear y aléjese de la saturación intelectual.

La fantasía y el exceso de intelectualidad son un gran enemigo. No se confunda la imaginación con la fantasía, ni la intelectualidad con la inteligencia, hay cierto abismo entre esas palabras. Fantasear es ubicarse en escenarios imposibles haciendo cosas que no es capaz o que no van a suceder, mientras que la imaginación proyecta y ayuda a crear escenarios, que nos da un norte hacia donde queremos llegar.

Por otra parte la intelectualidad es una saturación de conceptos y opiniones que no hacen nada por sí mismo, entonces por poner un ejemplo cualquiera, la gente ve noticias y se reúnen en salas con los amigos acerca de cómo el gobierno debería de solucionar las cosas, y se ve que hablan bonito, pero a nadie le interesa, ninguna de esas ideas se va aplicar, y nada de eso va a solucionar su vida. Mientras que la inteligencia se ubica en su propia vida y como puede mejorar de la mejor manera su condiciones. El intelectual usa su propio conocimiento para enredar su propia vida, como la hablamos en nuestro artículo: “Filosofías del autoengaño, el uso del conocimiento para engañarse a símismo”.

10. Alivianate, suelta eso que te desgasta.

Son los vacíos los que alimentan nuestros deseos. Queremos lo uno y lo otro, y lo queremos ya. Luego te desesperas en esfuerzos por obtener todas esas cosas, y al no lograrlo eres infeliz, y a la final lo que has hecho es aminorar tu fuerza.

Deja de desesperarte por obtener tantas cosas externas. Que la aprobación de los demás, que el último modelo de celular. Apártate y concéntrate solo en lo básico, mira que es lo que realmente urge en tu vida y dedícate a ello. Una vez lo logres, ahí si piensa en ciertas banalidades que te darán poder e influencia.

Foto vía: John O’Nolan