Dice la sabiduría popular que loro viejo no aprende a hablar, y esto es una gran verdad. La dificultad que tiene un adulto para aprender cosas nuevas es mucha, y lo es mucho más el llevar a cabo cambios en su personalidad o al desarrollar propósitos. Porque es esto así, y cómo podemos mejorar esta situación, es lo que vamos a ver hoy.

El pensamiento pasivo del niño y la forma de pensar cuando adulto.

Estamos todos claros que la mejor época para aprender y desarrollar conductas es la infancia, en esa época somos fácilmente moldeables, por lo que cada cosa que aprendemos va formando automáticamente parte de nuestra conducta. De ahí que una mala infancia, es la fuente del fracaso del adulto. Es igual que un edificio, si las bases son sólidas, entonces el edificio durará mucho tiempo, he incluso puede hacerse cambios y el edificio seguirá firme, mientras que si las bases son débiles, entonces es muy probable que tarde que temprano se derrumbe, por más mejoras que hagamos en el edificio. Un solo trauma de la niñez no superado, es el obstáculo que de manera inconsciente aparece en el futuro. Un simple hecho como tener un padre autoritario, puede hacer que cree en el niño una personalidad complaciente y luego cuando se convierta en adulto no será capaz de decir que no, siendo esta uno de los principales factores por las que alguien puede estar siempre comprometido en conflictos. Y eso que este es un solo minúsculo ejemplo.

El hecho es que esas conductas generadas en la niñez son la base del comportamiento y de las creencias del adulto. Nadie puede sostener un pensamiento a partir de la nada, estos deben de salir de alguna parte, y esa parte está en el cumulo de todo lo aprendido en la época en que nuestro pensamiento era receptivo y moldeable. Todos estos pensamientos están detrás de nuestras decisiones, las cuales son inconscientes, y además se han convertido en hábitos reforzados por años. No tomamos decisiones, simplemente reaccionamos de la misma manera que aprendimos cuando éramos niños. Nuestro subconsciente es una estructura de pensamientos formadas silenciosamente por años.

Que disciplinas desarrollaron las culturas antiguas para educar al adulto.

Llega un momento en que un hombre puede darse de cuenta que debe de cambiar, que hay cosas en el que no están bien, o simplemente tiene ambiciones que quiere lograr. Tal vez quiere terminar un estudio, aprender un instrumento musical, tal vez quiere un mejor empleo, y también puede querer cambiar aspectos de su personalidad; por ejemplo mayor tolerancia, concentración, memoria, disciplina, entre otras. Las cuales se hacen difíciles de lograr porque hay que derribar las duras columnas de malos hábitos alimentados por años. En los antiguos tiempos no había tanta sed por el logro de los bienes materiales. En un mundo donde todos vivían de la naturaleza, no había mucho para ser ambicioso, por eso se concentraba en el desarrollo espiritual, y con ese fin crearon todo tipo de escuelas para el desarrollo de la fortaleza interna, se aferraban mucho a la fe y los templos eran el sustento de sus creencias. Muchos renunciaban a la materia para dedicarse plenamente a la fe en sus distintas formas, como lo eran los templos budistas, los sacerdotes druidas, los sufíes, etc. Después todo el pueblo centraban sus esperanzas en estos hombres de fe. Los antiguos pensaban que antes del logro de la parte material había que lograr el temple interno. Una vez lograda la templanza del espíritu, una persona podría con dicha fuerza encaminarse hacia metas más superiores. Si antes se desarrolló esa parte espiritual, hoy en día se desarrolla la parte material.

Un ejemplo de esa evolución espiritual y luego material a nivel cultural, es el Japón, una cultura con un sentido del honor y otros valores espirituales muy arraigados en su vida. Japón por muchos años estuvo aparte de cualquier avance tecnológico, y luego cuando el destino los puso en ese camino, entonces rápidamente se pusieron en la cima de la tecnología. Entonces estamos claros que la cultura en que nacemos fortalece y alimenta nuestros valores internos para enfrentar la vida. Existen claramente pueblos que no tienen esa fuerza en sus raíces culturales. Sobre todo pueblos que han sido divididos o invadidos, los cuales sus avances como sociedad fueron fragmentados y destruidos. A parte de esto, si un hombre quisiera cambiar sus conductas, la tendía bien difícil, porque el mundo moderno absorbe nuestro tiempo y nuestras energías, dejando muy poco para el desarrollo personal. Además hoy en día son muy pocas las personas con esas fuertes creencias y que se interesan en participar en grupos para el desarrollo de disciplinas (me incluyo), como se hacía antes. Esto es una desventaja por una parte ya que sin la fuerza de las creencias y de los grupos es difícil seguir un propósito. Ya entonces toda la fuerza debe nacer de nuestra convicción e individualidad, lo cual con tanto entretenimiento del mundo moderno es bastante difícil. Vivimos en automático, todas nuestras fuerzas la entregamos en el trabajo, y todo nuestro pensamiento a la televisión y las redes sociales. Por supuesto como cinéfilo e internauta, no estoy en contra de esto, solo que hablo de la realidad, y que debemos conscientemente aprovechar estas nuevas tecnologías y no dejar que nos pueda afectar de manera negativa.

Entropía la fuerza que debilita.

Si hablamos de entropía se refiere a la perdida de energía. La falta de actividad lleva a un sistema a la desaparición. En palabras más populares, órgano, sistema, que no se use tiende a desaparecer o atrofiarse. Eso aplica cualquier actividad, sea el logro de metas, sea tu capacidad de defenderte, y sea hasta tu parte sexual, y también tu cerebro. Ahora bien, algo que utilices mucho se convierte en tu principal característica. Si por ejemplo te acostumbraste a decir mentiras por decirlas, con el tiempo estas serán tan perfectas, que será tu mayor habilidad, si te acostumbraste a ver los defectos en otros, entonces te fijaras en detalles que otros no ven.

Todos los aspectos de tu vida que descuides entran en detrimento, y todos los mecanismos de los que no eres consciente, se convierten en vicio a razón de ser inconsciente de ellos. Simplemente si dentro de tu cultura y de tu educación no recibiste los suficientes valores para desarrollar aspectos de tu personalidad que te puedan servir, entonces muchas capacidades que puedas tener estarán atrofiadas, incluso tu cerebro con tu pensamiento crítico, pensamiento estratégico y sentido común

Las necesidades y vacíos como bases actuales para el desarrollo de la inteligencia y otras facultades mentales, y la consciencia como alternativa para su desarrollo.

Se sabe que ciertas personas se vuelven muy inteligentes en la medida que usan su cerebro para desarrollar ciertas actividades. Un ladrón se puede volver muy inteligente para el crimen, en la medida que piense como va a dar el mejor golpe, alguien puede volverse muy inteligente respecto a ser sarcástico en la medida que esfuerce su cerebro, en decir frases ingeniosas e hirientes. Otros desarrollan inteligencia en la vida diaria en la medida que fuerza su cerebro en pensar cómo salir adelante. El desarrollo de algo viene en la medida de la motivación y el tiempo que te quede para hacerlo. Alguien se puede volver un experto ladrón a causa de sus necesidades, y luego por simple costumbre. Alguien puede volverse sarcástico en la medida de su motivación de desquitarse de otros. Y alguien puede desarrollar motivación para superarse en la medida de sus necesidades y su moral. ¿Qué pasa cuando alguien no tiene situaciones y motivaciones que le exijan a superarse, y que pasa cuando dichas motivaciones son equivocadas?. La verdad, respecto a nuestras motivaciones internas no tenemos ni la menor idea, porque no conocemos que nos mueve, dado el poco tiempo que le dedicamos a ello.

Podemos tener toda clase de motivaciones equivocadas y que debido al autoengaño creer que son correctas, y esas motivaciones estarnos hundiendo sin que nos demos de cuenta. De este modo por mucho que queramos algo, esos errores no nos dejarán surgir. Una forma alternativa para el desarrollo de las facultades mentales, sin esas motivaciones internas de rabia, temor y de necesidad, es la consciencia. Puedes pensar conscientemente que conductas sirven a tu vida, y luego fijarse como meta el desarrollarlas, eso básicamente lo intentamos cuando leemos libros de superación personal. Desafortunadamente las metas y propósitos son muy débiles en comparación con las motivaciones.

Las Metas tienen menos fuerza que las motivaciones.

Hablo del tema de la motivación, porque estas motivaciones son las que nos mueven con fuerza hacia algo, nacen del orgullo, de la rabia, del amor, y de los deseos incontrolables. ¿Qué pasa cuando nuestras motivaciones nacen de conceptos y teorias?, pues que no son fuertes. Y eso es lo que pasa con la mayoría de nuestros propósitos, ya que son metas, algo que conscientemente pensamos que es mejor para nosotros; pero no está ligado a fuertes sentimientos internos. Solo la motivación es capaz de sostenerte años en una misma dirección, mientras que las metas no pasan del impulso del momento.

El problema de la motivación es que es algo que está directamente relacionado con nuestros instintos, es decir que son fuerzas reactivas y no puede ser activado por la consciencia. Por ejemplo; somos capaces de enfurecer a alguien en cualquier momento, pero nosotros nos sería difícil enfurecernos a nosotros mismos en cualquier momento. A falta de motivación el reemplazo que tiene igual fuerza es hacerlo porque alguien nos diga. Por eso es que es mejor tener un jefe que nos diga que hacer, que emprender nosotros mismos las mismas actividades que nos pueda decir un jefe.

El adulto inmaduro.

Durante nuestra infancia nuestro pensamiento fue pasivo y receptor, no nos cuestionábamos, y no nos proponíamos, sino que hacíamos lo que nos decían, íbamos por donde nos decían que era el camino. Esto es normal, un niño está en la etapa que le educan y le sostienen, por lo tanto debe de hacer lo que le digan y por donde le digan. En caso de un adulto, ya no le dicen por dónde debe ir, él debe de elegir por donde va a ir, y esto por una parte causa temor, ya sabemos que no hay nadie que nos cuide y por eso preferimos la pasividad, buscamos esa figura protectora en los lideres, o en cualquier símbolo que represente poder. Inconscientemente andamos buscando algo que nos diga que hacer, que nos diga que nos va a dar la solución definitiva, y que todo va a ser fácil. Buscamos alguien en quien refugiarnos cuando sentimos miedo.

A veces no se supera la infancia y ese niño continúa vigente, ya que por lo regular nos quedamos anclados en la fase de la vida que no fuimos capaces de superar. Entonces todavía andamos buscando juego y pura diversión, buscando que alguien tome las decisiones duras por nosotros, y también por eso no somos capaces a veces de enfrentar el mundo. Si miramos en los animales, una vez que este abandona el nido debe de enfrentar la inhóspita selva por sí mismo, con lo que sabe, mientras que los seres humanos, siempre estamos buscando alguien que nos proteja y nos cuide, esa protección muchas veces viene en forma de líderes políticos y religiosos.

Como el cerebro deja ingresar información no benéfica.

Somos lo que alimenta nuestra mente, pensamos en la misma medida que recibimos información. Nuestra mente a lo largo del día recibe preocupaciones laborales que absorben los pensamientos, la charla de los amigos, la televisión, los libros. Dependiendo de la calidad de este alimento, así será nuestras acciones. Nuestro cerebro la mayoría de las veces está en estado receptivo, copiamos conductas y estilos en nuestro alrededor, no solemos cuestionar lo que vemos y oímos. Si alguien utilizo un término interesante en la televisión, si alguien respetado asume cierta conducta, entonces nuestro cerebro lo asume. Es como cuanto te cuentan un buen chiste, te lo grabas para volver a utilizarlo. Nuestro cerebro por lo regular no cuestiona las conductas de alguien que nos brinde cierto grado de bienestar, o que disponga de cierto grado de autoridad. Así que cualquier cosa que venga de allí, entra directo a nuestro subconsciente. Podemos recibir cientos de programaciones negativas, que no se pueden ver por el simple hecho que alguien nos cae bien. De esto modo muchos hábitos culturales perjudiciales los asumimos de buen gusto, y no cuestionamos de qué manera puede afectar nuestra vida. Puedes tener propósitos todos los que quieras; pero la forma en que llevas tu vida actualmente no te lo permite lograr, y no sabes que te ata.

La corriente de pensamientos activos como solución.

Estamos claros que tenemos códigos errados en nuestra programación mental, y que no tenemos idea de cómo ese código o esa información pueda estar afectando nuestra vida. También sabemos que es muy difícil que alguien consumido por el ritmo de vida moderno se ponga en la disciplina de desarrollar una nueva conducta que requiere esfuerzo y tiempo para lograrlo. También sabemos que las solas metas no tienen fuerza suficiente para movernos en un sentido y cambiar aspectos esenciales en nuestra vida. Y finalmente sabemos que por falta de uso, algunas de nuestras cualidades se pueden perder.

¿Entonces que podemos hacer, para cambiar nuestras conductas y lograr propósitos?. La respuesta está siempre en la mente, porque si de la mente surgen todos los conflictos, de ella surgen las soluciones. La mejor manera es utilizar el pensamiento activo. Es decir que hay que pasar del pensamiento pasivo del niño, en la cual todas las ideas son insertadas, a autogenerar todos los pensamientos y conductas que queremos. Para esto hay varias maneras; la más efectiva de todas es la repetición, ya que el cerebro a partir de esta práctica empieza a fortalecer conexiones neuronales que gradualmente forman nuevas conductas, además estas nuevas conductas irán reemplazando otras, y por entropía irán desapareciendo viejas ideas y conductas dañinas. Normalmente nuestra mente divaga en una cantidad de pensamientos, estos pensamientos son la base de nuestras acciones. Lo que hay que hacer entonces es dejar de generar esos pensamientos y reemplazarlos por unos conscientes. Me explico, usted puede pasar horas pensando en algún evento como un choque de un auto, o peor aún, puede dedicarse horas a pensar en una ofensa; mejor que hacer esto puede dedicar a sugestionar su mente con algún proyecto que tenga.

Por ejemplo, este proyecto lo voy terminar el lunes, la mejor manera es esta, seguro que soy capaz, esta vez organizare mi horario de la siguiente manera. Con esto usted irá insertando nuevas órdenes que se convertirán en conductas y formas de pensamiento. Haga el esfuerzo en tiempos que usted sienta que no necesita concentración, por ejemplo cuando vaya en un transporte público. Esta es una interesante práctica, ya que no exige que usted separe algo de su tiempo para lograrlo. De esta manera las viejas estructuras de pensamientos inconscientes serás reemplazada por nuevas estructuras de pensamiento conscientes, que forman el pensamiento estratégico, y otras habilidades mentales. Con el tiempo estas programaciones mentales irán logrando cambios en la conducta muy provechosos. Por supuesto para que esto tenga efecto deberá hacerlo con alguna meta en específico, y para que no se agote, deberá hacerlo en ciertos tiempo que su mente no necesita concentración.