Es mucha nuestra capacidad de reflexionar acerca de lo que nos rodea, y también la capacidad de autoengaño es bastante. Si la gran mayoría de nuestros actos son gobernados por el subconsciente, entonces también nuestros razonamientos, los cuales vienen a satisfacer todo ese conjunto de vacíos e inseguridades que forma parte de la gran mayoría de nosotros. No solo son esas grandes filosofías las que nos manipulan, son nuestra forma de pensar que tiene capacidad de hacernos creer cosas que no son. De como sucede este proceso de manipulación filosófico y de nuestras creencias, es de lo que hablaremos, y de cómo superarlo.

5 formas de manifestación y gestación de las filosofías del autoengaño.

1. La jerarquía de emociones en la toma de decisiones.

Dentro de nuestra mente existe una jerarquía de pensamientos que nos gobierna. Primero y con más fuerza están los relacionados con nuestros instintos, luego nuestros pensamientos con fuerte carga emocional, y luego los relacionados con la razón y el sentido común. Un pensamiento relacionado con el instinto de supervivencia y el sexual tienen mucha fuerza, y es por eso que filosofías que atenten contra la vida, contra la sexualidad, no tienen mucho éxito, aunque hay excepciones. Todos sabemos historias de sectas que obligaron a sus miembros a suicidarse, de doctrinas que llevan a algunos a coger las armas y matar a otros, de pensamientos filosóficos que obligan a encerrarse en una gran montaña para apartarse de la sociedad, y de otras que califican el sexo de malo o que prohíbe a sus miembros tener sexo. Pero también hay filosofías basadas en otras emociones, como por ejemplo la pereza, de esos tipos de pensamiento en la que el desorden y la falta de esfuerzo son bien vistos, donde no hay que esforzarse por nada, todo viene y toda va, un ser superior proveerá todo, o todo lo haces con tu pensamiento. Y hay otras filosofías basadas en la rabia de alguien, que siempre lleva a sus miembros a atacar a otros, o defender posturas con mucha pasión. Un fuerte patrón de conducta, una emoción fuerte, gobierna nuestros pensamientos y acomoda toda la forma de pensar en torno a ella. De esta manera interpreta el mundo con ese filtro emocional. Alguien moralista con un fuerte temor a equivocarse debido las consecuencias de sus errores pasados, solo puede ver perdición en las personas. Cierta música, forma de vestir y de hablar le puede escandalizar y no dejarle estar tranquilo.

2. La forma en que el pensamiento sesga y agrega cosas a lo que interpreta.

Todos crecimos en medio de una cultura y forma de pensar que moldea gran parte de nuestros pensamientos, en la medida que vamos creciendo y sacando nuestras propias conclusiones del mundo, se van generando también los vacíos y complejos, y al mismo tiempo vamos conociendo otras formas de pensar. Cada uno de nosotros, lee mucho, siente interés, y justifica creencias que satisface esas emociones no resueltas. Todos nos ponemos a pensar en la vida, y tomamos una idea de allí y otra idea de allá, y con eso formamos nuestra forma de ver el mundo. Se podría formar una nueva religión por cada persona que interpreta la biblia, el pensamiento de cada uno sesga y agrega cosas de acuerdo a su propio interés, le asocia nuevos datos de acuerdo al conocimiento con el que haya estado relacionado. Las visiones de alguien relacionado con lecturas satánicas difieren del relacionado con lecturas ocultista, o las de un fanático, leyendo el mismo libro. Todos sesgamos y agregamos cosas de manera subconsciente. Hay algunos que creen que sacan algunas conclusiones interesantes y dicen: “Caray creo que todos son idiotas menos yo”, luego se ponen a hablar a los demás con cierto grado de confianza, como si su particular interpretación fuera más acertada que todo el resto del mundo. Estas personas con ese aire de confianza, las ha habido a lo largo de todos los tiempos. Recordemos que en los antiguos tiempos la gente era supersticiosa e ignorante, ya que no sabían leer. Así que alguien con su propia forma de pensar era elevado a la categoría de profeta, y seguramente aquella persona tenía más vacíos que cualquiera de nosotros, y por eso no le iba a molestar que le alabaran. Hoy en día ya nadie cree en los profetas, con tanta información cada cual saca sus propias conclusiones, y cada cual se cree más listo que los demás. Por lo general todos estamos en igualdad de acceso a la información, con la misma capacidad de raciocinio, así que todas las formas de pensar son parecidas, además son influenciadas por la cultura, y ligeramente matizada por los vacíos.

3. Las religiones y las filosofías relacionadas con el más allá.

Existe un más allá, un mundo astral, donde divagan los muertos, las energías, las formas mentales, otras tipos de creación y formas de evolución diferente. Todas las culturas, religiones y cada uno de nosotros tienen una forma de relacionarse con el más allá invisible. Muchos han tenido relación con este mundo invisible, ya sea con una tabla ouija, sentir la presencia de un fantasma, la visión en un sueño, y otras tipos de contacto. Algunos son manipulados por estas energías, otros tienen alucinaciones astrales con sus propias formas mentales creadas a partir de sus complejos. De este modo surgen cientos de contactados, a millones de personas que dios le da una misión. De entre tantas cosas que se mueven en el astral, están las formas mentales. Como ya había hablado en mi artículo acerca de los egrégoros, nuestros pensamientos y el pensamiento colectivo tiene gran capacidad de crear formas mentales, que se adhieren a las personas influenciando su forma de pensar. Los antiguos hacían uso de estas energías de manera consciente, hay una frase que dice en uno de los textos de Ataúdes egipcio: «He venido a tomar posesión de mi trono, a que se me reconozca mi dignidad, pues todo eso era mío antes de que existierais vosotros, los dioses; así pues, bajad y pasad a ocupar los últimos puestos, porque yo soy un mago”. En muchos casos esas formas mentales manipulan a las personas y pueden hacerle creer que son elegidos, y darles mensajes para adormecer el pensamiento de las personas. Eso ha sucedido muchas veces. El hecho es que a partir de nuestros vacíos, de nuestros prejuicios y condicionamientos, la visión y el contacto que se tenga con ese mundo invisible, siempre va a estar sesgado y distorsionado. A nivel mental podemos establecer conexiones con energías superiores y también con energías retorcidas. Si bien puede suceder que energías de otro nivel superior den mensajes, en la mayoría de los casos nadie se mete en la vida de los demás, y parece ser que algo llamado libre albedrio funciona en todos los niveles. Es decir que incluso energías superiores no le andan diciendo a la gente lo que tienen que hacer, y no suelen intervenir.

4. El conocimiento como autoengaño.

A mayor conocimiento, mayor puede ser el autoengaño. Una persona con mucho conocimiento y con un gran vacío, puede utilizar todo lo que sabe para satisfacer sus deseos y a la vez ocultar sus propias acciones ante sí mismo y los demás. Cuantos genocidas no han tomado el poder de una nación o una religión, y han asesinado a millones de personas para satisfacer su propia necesidad de sangre y se engañan a si mismo pensando que son salvadores, y manipulan la mente de las personas haciéndose ver como reformadores. Todo ese conocimiento ha servido para satisfacer las ansias de sangre de un vulgar asesino. Del mismo modo, a nivel particular, muchos caen victimas de su propio conocimiento para alimentar sus vacíos, sus vicios, sus intereses y por ahí derecho pensar de sí mismo que son más listo y nobles que los demás. Todos los seres humanos somos básicamente lo mismo. Del mismo modo que un conjunto de leones, no difieren mucho de los demás leones, los seres humanos entre sí somos parecidos, con niveles de conocimiento, raciocinio, vacíos, inseguridades, y autoengaños, muy parecidos. No podría uno señalar ni con un dedo a un ser humano que definitivamente este libre de intereses personales y vacíos, que tenga la absoluta verdad libre de autoengaños. No somos unos genios, todos somos los mismos empleados buscando un mejor sueldo, y con los mismos problemas de relaciones interpersonales que los demás. A un a pensar de esto, hay cientos de personas que creen haber alcanzado el otro nivel de la escala evolutiva humana y se burlan de la forma de pensar de otros. De eso ya hable en mi artículo: “Mecanismos inconscientes del orgullo” Nuestros vacíos y prejuicios forman paranoias mentales, y en base a eso formamos una doctrina en la que basamos nuestra vida. Algunos ven una gran conspiración en la que grandes agencias están pendientes de lo que él haga o deje de hacer. Otros crean enemigos y se unen a causas donde él es bueno y los otros son malos. Hay muchos que no superaron las series de policías y ladrones y se dedicaron a la vida delictiva. Otros creen que dios les pide ciertos sacrificios y dedican su vida a la pobreza o al servicio. Todos tenemos nuestras propias manías que operan en nuestra mente con un buen nivel de autoengaño, pensando que se hace lo correcto, y que el mal, que los conflictos, vienen de afuera, y no de nosotros.

5. Manipulación de las personas con poder para satisfacer sus propios intereses.

Es importante tener en cuenta que las personas que llegan al poder, son también personas, y sé que la aclaración es tonta, pero hay que hacerla. Hay muchos que piensan que quienes llegan al poder son una especie de semidioses, que no se equivocan, que no dicen mentiras, que nos les da pereza, que no tienen intereses personales. Este error de percepción hace que muchos fanáticos eleven a la categoría de semidioses a ciertos líderes y que a otros los ubiquen en el nivel del mismo demonio. Nada más equivocado, dichas personas son seres humanos como cualquier otro. No porque alguien sea igual de acomplejado y lleno de intereses personales, de autoengaños igual que nosotros, no quiere decir que no sea peligroso. De hecho es tan peligroso como cualquiera de nosotros con mucho poder. El poder es difícil de manejar porque no tenemos dominio de nuestra personalidad. Si no somos capaces de manejar una cosa tan sencilla como el dinero, para no meternos en deudas, mucho menos manejar un poder que tiene la capacidad de alimentar las más depravadas emociones ocultas e intereses personales. Muchos toman el poder, y manipulan a cientos de personas para cumplir sus propios deseos de fama, y por supuesto tener acceso a las mieles que da el poder. Además como tener a las masas contentas no es fácil, entonces no hay más remedio que manipularlas. Inflando sus deseos, haciendo promesas, mentirles acerca de la realidad. Eso se hace a todo momento en todo lugar, y mucho más en lugares donde se maneja mucho poder.

5 formas de superar las filosofías del autoengaño.

1. Tenga un norte, una referencia superior.

Todo en la vida es evolución, progreso y mejoría. Todo en la naturaleza está hecho para mejorar. Las especies evolucionan hacia un nuevo estado. En la sociedad se crean nuevas tecnologías para lograr mayores niveles de bienestar y velocidad en las cosas. Del mismo modo debería ser nuestra vida. Debemos establecer como norte, lograr mayores niveles de bienestar, de fuerza, de rapidez, de talento, de virtud. No se conforme con lo que es, siempre busque ser mejor. Establezca metas que lo superen en fuerza. Y al lograrlas usted será alguien diferente, alguien mejor.

2. Fortalecer la propia individualidad.

Luche por apartarse de filosofías que te quitan fuerza e individualidad, busque las filosofías que te hacen fuerte a ti mismo. Lea temas que reafirman tu confianza, que te impulsan a ser más fuerte y a encargarte de tu propia vida. No es bueno entregar tu fuerza a instituciones, entidades, personas externas. Cuando asignas el mal a personas y entidades externas, ellas toman fuerza y tú te debilitas. Esos pensamientos que parten de ti hacia ellos les dan poder. Que el poder permanezca a tu lado, y que tus propios pensamientos te alimenten a ti mismo.

3. Mantenga conectado, para no perder sentido de la realidad.

No se aislé dentro de su propia individualidad, no se ponga por encima, ni por debajo de lo que le rodea, simplemente acepte el conjunto, y el conjunto lo aceptará, lo protegerá, y no le hará daño. Cuando una persona afianza mucho su individualidad entonces puede perderse en su propia arrogancia, y lo que le rodea se vuelve el enemigo, la competencia, los inferiores o los superiores. Tampoco se desconecte del universo, de las energías, de Dios. Existe una inteligencia superior, que debemos aceptar que quizás nuestra capacidad de interpretación no pueda entender. Aceptar que hay algo desconocido y superior es aceptar que hay límites, que hay niveles, y estas fuerzas nos puedes ayudar cuando ciertas circunstancias superan nuestros límites humanos.

4. Busque la verdad aunque duela.

No hay nada más doloroso que la verdad y por eso muchas veces el autoengaño. Aceptar que somos débiles, que cometemos errores, que estamos equivocados, es aceptar un punto de partida desde el que se empieza para llegar al otro extremo, donde está la fortaleza, la verdad. Tampoco hay que dar todo por sentado, acepte que tiene límites, que hay cosas que no es capaz de comprender, o para los que no está preparado. Acepte el autoengaño mientras este lo proteja de dolorosas verdades que no es capaz de soportar, y cuando se sienta fuerte, avance.

5. Mida las cosas por sus resultados.

Solo la realidad, los hechos, los resultados, son la verdad. Usted tiene que apartar esa brecha que hay entre lo que usted cree y lo que es, entre las cosas que se imagina y lo que es real. Usted se puede creer muy listo; pero su vida es un desastre, entonces no lo es. Usted se puede creer muy fuerte, pero cualquier cosa lo lastima, lo doblega, lo manipula, entonces no lo es. Mida las filosofías por la capacidad que tengan para usted lograr unos resultados. Mire su vida, mire como se lleva con los demás, mire el nivel de éxito real que ha conseguido, mire hasta donde ha avanzado, mire los problemas reales que tiene en estos momentos en su vida. Compare con ese norte que usted ha establecido. Cuando usted reconoce su realidad, deja de comportarse como un niño y emprende manos a la obra, porque sabe que tiene mucho por trabajar. Foto vía: Kim Seng