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Estamos de acuerdo de que no hay dos hombres en la tierra que piensen o actúen exactamente iguales, todos interpretamos el mundo de forma diferente, pensamos de forma diferente. Estas formas de pensar, estas decisiones que tomamos, no son más que mecanismos internos, en las que actuamos automáticamente según ese contenido ya aprendido.

De acuerdo a las últimas investigaciones científicas, se ha demostrado que nuestro cerebro toma decisiones 200 milisegundos antes de que lo sepamos, esto es mientras se activa todo ese mecanismo que llevan finalmente a una decisión de la que somos conscientes.

En este artículo veremos las bases para la formación del pensamiento y los factores que llevan a tomar una decisión

  1. Los instintos.

Lo que más pesa en nuestra forma de pensar son los instintos, es decir la satisfacción de todos esos deseos básicos que garantizan la supervivencia, y que en la medida de que estos no sean satisfechos van volviendo al ser humano más agresivo, más irracional, mas instintivo. Bajo la influencia de los instintos somos menos racionales y esto afecta todas nuestras decisiones.

Estamos de acuerdo que nadie con mucha hambre, sed y sueño, puede pensar de manera coherente, y la satisfacción de estas necesidades se colocaran a la cima de sus prioridades así sea que tenga que violar otros de sus patrones de conducta relacionados con el respeto y la moral.

Una buena forma de hacernos a la idea es darle un vistazo a la jerarquía de necesidades  Maslow, en las que nos coloca en forma jerárquica cuales es el orden en que satisfacemos esas necesidades.  Vemos que en primer lugar están los instintos más animales, para culminar con los sentimientos más elevados del ser humano.  Mientras que un ser humano no satisfaga las necesidades primarias, le será difícil pasar a unos estados superiores.

2.  Los paradigmas.

Una vez pasamos de todas esas fuerzas internas que nos obligan a actuar en un sentido u otro, empezamos a tomar como referencias las cosas que hemos aprendido, principalmente de nuestros padres. Luego aprendemos de la cultura en la que nacimos  y finalmente de figuras a quienes admiremos  y cuyos conceptos se ajusten a llenar ciertos vacíos en nuestro interior.
Estos paradigmas solo pueden ser tomados de acuerdo al ambiente en que nos encontremos, no podríamos tomar como referencia algo con lo cual no estamos relacionados.  Todos esos paradigmas es la siguiente fuerza en la que basamos nuestras conclusiones. Muchas de nuestras ideas religiosas, políticas, morales, educativas, no son más que una repetición de paradigmas aprendidos.  Solo a partir de la voluntad de un ser humano a aprender otras cosas y a sacar sus propias conclusiones, podrá entonces cambiarlos.

3.  Las personas de autoridad como puntos de referencia.

A medida de que el ser humano va creciendo y va siendo más consciente, entonces empieza a buscar puntos de referencia para sacar sus propias conclusiones. Del mismo modo que creyó en sus padres, buscara creer en otra figura de autoridad cuyos conceptos se acomoden al todo el contenido mental que tiene.

La forma en que elegimos esa figura de autoridad está basada en ciertos patrones que surgen a partir de necesidades, de miedos, de respetos. Me explico; si un hombre vive en constante necesidad, hambre y sed, entonces tomara como referencia externa a aquellos conceptos que vayan a satisfacer estas necesidades.  Quizás esa sea la razón por la que algunas personas con necesidades básicas que no encuentran otras soluciones, tomen como referencia conceptos que tienen que ver con la violencia como solución.

Dependiendo del nivel en que una persona satisfaga sus vacíos, entonces la ubicara en una jerarquía en donde será primeramente verdad lo que esa persona dice y lo demás será verdad en la medida que concuerde con ello.  Entre más se aleje otros conceptos de este punto de referencia, entonces será tomado como mentira.

4.  Las impresiones y el ambiente.

Constantemente nuestro cerebro se está alimentando de impresiones externas las cuales sirven para aprendizaje.  Si por ejemplo usted suele ir a su trabajo por un camino y en ese camino le roban, entonces usted tomara ese aprendizaje y evitara para la próxima vez ese camino, ya que ha aprendido y lo ha asociado como algo que atenta contra sus necesidades básicas.

El conjunto de aprendizajes particulares difiere enormemente de los otros. Si por ejemplo, otra persona está acostumbrada a viajar por esa ruta donde a usted le han robado, pero jamás ha experimentado ningún peligro, entonces nunca lo asociara como peligroso.  La verdad acerca de si ese lugar es peligroso o no, es algo muy relativo, ya que son cientos de circunstancias que pueden suceder, como por ejemplo de que casualmente un ladrón pasaba ese día por ahí, o que los ladrones que mantienen en ese lugar tienen preferencia por cierto tipo de personas, etc.

Esas impresiones que alimentan nuestra mente están condicionadas por el ambiente en el que normalmente nos movemos.  Si crecimos en un ambiente violento, entonces todo lo que alimenta nuestra mente, está llena de resentimiento, de agresividad.  Todo lo de nuestro entorno nos va forjando inconscientemente, es si no mirar como el acento y la forma de hablar, es debido a donde vivimos, y así como sucede con el acento, también sucede con la mayoría de las cosas.  A medida de que la persona va creciendo, entonces se va trasladando a otros ambientes, de los cuales aprenderá nuevas experiencias.

No solo el ambiente alimenta nuestro cerebro si no toda actividad, entre ellas tenemos la música, la televisión, los libros, etc. Ya hemos visto como nuestros vacíos pesan a la hora de seleccionar estos gustos.

5. La jerarquía de los pensamientos.

En la vida real, en donde todo está ubicado a través de jerarquías, en nuestra mente también. En la cima se encontrara lo que represente aquello que llena esos vacíos.

En un pueblo lleno de hambre, subirá al poder aquel que prometa saciarlos.  En un pueblo lleno de problemas de seguridad, subirá al poder el hombre que prometa mano dura.  En un pueblo que haya pasado por largos y fuertes episodios de violencia, entonces subirá al poder el que prometa la paz.  Del mismo modo, nuestros pensamientos se posicionan subconscientemente de acuerdo a nuestras necesidades.  Si nos falta confianza, entonces buscaremos doctrinas, personas y lugares, que alimenten esa confianza que no tenemos.

Es por eso que hay creencias para cada ser humano, en donde cada una alimenta sentimientos y deseos particulares.  A medida de que los vacíos internos dejan de ejercer tanta presión, entonces puede empezar a aceptar otros tipos de creencias y ubicarla en una escala de referencia diferente a la que tenía antes.

Acerca de la imposibilidad de seguir las doctrinas de otros.

Es muy difícil que un autor pueda ser capaz de expresar todos los argumentos que quizás quiera expresar, las ideas no es algo que estén todas ordenadas y archivadas de tal manera que se puedan hacer uso de ellas como quieran.  Es muy normal que el autor haga omisiones de algo porque sencillamente al momento de escribir no se acordó, o que incluya ideas no muy relacionadas debido a la influencia circunstancial.  Si eso es en la escritura, mucho más cierto es en lo que se habla, ya que a través del dialogo no pueden surgir con precisión todos los conceptos requeridos en ese mismo instante. Del mismo modo que la ausencia de una coma, o el cambio en el orden de una oración puede alterar el sentido de la frase, del mismo modo la omisión de un concepto o el orden en que se expresa puede alterar lo que el autor quiere decir.

A esto también debemos sumarle, que aquello expresado por un autor será posicionado en forma diferente, de acuerdo a los preconceptos individuales.  La forma en que una persona dura y una persona sensible interpretan el amor, son completamente diferente, así que las cosas que leemos, aprendemos y como las interpretamos, pueden variar completamente incluso respecto a las ideas que tiene el autor que leemos y aceptamos.

De este modo, podemos decir que aquellos que siguen exactamente cualquier creencia o doctrina de alguien, o aquel que exprese que el verdaderamente a entendido lo quiere decir cierta persona, realmente se está engañando a sí mismo y está engañando a los demás.  Por supuesto que hay que aceptar que existe punto de referencia más acertados que otros, e interpretaciones más acertadas que otras; pero de ahí de hablar de una exactitud, es algo muy incierto.

¿Cuantas veces no hemos visto a alguien morir o atacar a los demás por las ideas de otros?

La razón por el que tenemos miedo a las ideas de otros.

Cuanto más hemos colocado en la cima a ciertas ideas, mas regirá nuestras acciones. Entre más llene nuestros vacíos, más las defenderemos hasta las últimas consecuencias.

Las ideas que más se alejen en concordancia con respecto a las que tenemos en la cima, más atacaran a nuestros intereses y a nuestros vacíos, y por tanto serán más atacadas por parte de nosotros.

La mejor manera de entender cómo podemos atentar contra las ideas de otros, es con el siguiente ejemplo:
– En una parte puede haber el hombre más pacífico del mundo, ha decidido invertir todos los ahorros de toda su vida en el campo, ha formado una granja de arroz debido a que es algo que sabe hacer muy bien por herencia de su abuelo.
– En otra parte existe una persona que estudio negocios, y que es algo por lo que siente afición, se ha visto involucrado en una labor de comercio en donde importar productos del exterior, y alrededor de esto ha formado su vida y de esto depende.

Se acercan las elecciones, y existen dos candidatos,
– El uno promueve el libre comercio entre naciones para así poder gozar de más variedades y precios más bajos.
– El otro promueve el apoyo a los productos locales.

Lo más seguro es que cada uno de estos hombres sienta amenazado su bienestar y su futuro por las ideas del otro, y entre más peligro se ponga su subsistencia a causa de estas ideas, entonces más agresivo se volverá.  Es por eso que cada uno por su parte apoyara al que le conviene, y si en algún momento debe participar en episodios violentos en contra del otro, puede que lo haga, todo depende de que tan amenazado se vea su subsistencia y también sus vacíos.

Así como este sencillo ejemplo, podemos hablar de muchísimas cosas más, ya sea de política, religión, deportes, filosofía, moral, etc.  Y esta es la razón por la que a veces defendemos nuestras opiniones con tanta fuerza.

CONCLUSIÓN

Podríamos perder la mayor parte de nuestro tiempo discutiendo con otros acerca de lo que es la verdad y el otro jamás nos la aceptaría; en primer lugar porque no está en sus preconceptos y por otra parte porque puede atentar contra sus vacíos internos y necesidades más urgentes. El imponer nuestros conceptos a otros como si fuera la verdad, es quizá irlo a ofender porque puede agredir directamente sus preconceptos y necesidades.

Nuestras ideas pueden estar en un nivel inferior respecto de alguien que ha solucionado más vacíos, o pueden estar en un nivel superior respecto a aquellos que están atados a muchos prejuicios.  El sugerir verdades a alguien con más nivel de consciencia y con una mentalidad más clara, es algo que al otro puede parecerle menos viable.  El sugerir verdades a alguien con una mentalidad menos clara, es ponerlo a manejar cosas para las que quizás no esté preparado y a la larga se le vuelve una carga o le haga mucho daño, ya que puede atentar contra sus creencias y necesidades más profundas.

El saber qué nivel de claridad tenemos es relativamente difícil ya que nadie puede calificar con objetividad sus propios preconceptos a partir de sus preconceptos.  El identificar en otros quien es el que está más en lo cierto también es relativo, ya que eso también estará afectado por nuestros deseos más profundos.  Las buenas y malas experiencias particulares con respecto algo pesan enormemente en nuestro juicio de las cosas.

A la larga solo es aprender a vivir con lo que sabemos, aprender cada día más, y respetar la forma de pensar de otros.  A larga de eso se trata la vida, de saber convivir con otros y de aprender de las nuevas experiencias.