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En esta época ha surgido un fenómeno de masas en la que todo el mundo quiere ser emprendedor y montar su empresa. Muchas veces no les queda más remedio dada las escasas posibilidades de trabajo, empleos que no les deja tiempo de disfrutar la vida, y la mala remuneración que no alcanza para hacerse a un estilo de vida que se ve en la televisión.

Hay cientos de libros y frases en Facebook que son muy positivas y bonitas, que hinchan las ilusiones de los emprendedores soñadores haciéndoles proceder de manera incauta. Este artículo es realista, no pretende ser negativo, ya que aparte de mostrar los tropiezos en el camino, mostrará las respectivas soluciones. Ante la pregunta de si vale la pena emprender, la respuesta es 1000 veces sí. Solo a través del emprendimiento una persona se ve obligada a superar sus fragilidades y a desarrollar talentos que de otra forma no lo puede hacer.

Algunos ya saben que tengo una agencia de marketing y publicidad digital, y por eso a veces el poco tiempo que le puedo dedicar a este blog. Como alguien que ya ha logrado atravesar muchas etapas del emprendimiento, les puedo hacer notar con que se pueden encontrar y además cómo puede proceder para superarlas.

De cómo nosotros mismos saboteamos nuestros esfuerzos, de los problemas de introducir tus productos en un entorno competitivo, de los clientes, el asunto de los empleados, y 8 recomendaciones puntuales para tener éxito, es de lo que hablaremos hoy.

4 factores detrás del fracaso de los emprendimientos

a. Los problemas internos del emprendedor

Montar un negocio requiere tener un conjunto de circunstancias como tiempo, dinero, habilidades de venta, habilidades administrativas, habilidades estéticas en la comunicación, y a falta de muchas de ellas, deberá tener los populares “cojones”, término muy español, pero muy descriptivo. Al momento de emprender el incauto no alcanza a medir todos los factores que aparecen en el camino y que los libros no le decían, por tanto, se encontrará en medio de circunstancias que no sabe cómo solucionar. Hablando desde nosotros mismos, estas son las más comunes.

  1. Las falsas expectativas, visión irrealista de las circunstancias y falta de experiencia del emprendedor

Todo desde afuera se ve fácil, por eso cada vez que hay un partido de fútbol todo el mundo es técnico, cuando hay noticieros todo el mundo es político. Nadie se sienta a pensar acerca de todos los factores que involucra una actividad. Esta visión irrealista y de pensar que todo le saldrá como piensa, es en gran parte causa del fracaso. Sobre todo, cuando la persona es inmadura, y no ha solucionado muchos problemas a nivel de su personalidad.

Muchos emprendimientos salen de entusiasmos por ver una conferencia a la que le invitó un amigo, o por ver que el explotador jefe gana mucho dinero con lo que hace, o porque tenía unos ahorros y un vecino le esta yendo bien en un negocio. Frente a las cosas desconocidas, solo podemos tener dos tipos de emociones: temores o ilusiones. Al momento de un proyecto tenemos una visión romántica de las circunstancias.

De las cosas que no tenemos en cuenta cuando tenemos una idea son todas las cosas que surgen a nivel administrativo, a nivel de ventas, a nivel de imagen, y sin experiencia en estos temas, se verá obligado necesariamente a enfrentar imprevistos. Mi recomendación es que un emprendimiento se hace más fácil cuando se tiene experiencia en estas áreas, o por lo menos tener un familiar o un amigo que esté dispuesto a brindarle una asesoría.

  1. El factor humano de todo emprendedor

Si existe una visión irrealista de las circunstancias, estas no se acercan ni a una esquina cuando se refiere a una visión irrealista de nosotros mismos y los demás. Para los que leen este blog, saben que siempre les he hablado de enfrentar la vida con nuestras propias fuerzas, y no echarle la culpa a los demás, de este modo, la solución no vendrá de los demás, sino de nosotros mismos. Forma parte de nuestra cultura el sentirnos los más guapos, los más inteligentes y ver siempre los errores en los demás. A los seres humanos nos falta mucho, demasiado, para formarnos a nosotros mismos.

Ya he hablado en muchos de mis artículos de como las malas experiencias, la ignorancia de nuestros padres y el estilo de vida que nos enseñó la cultura, genera una gran cantidad de patrones de conducta que están detrás de todas nuestras decisiones erradas. Por otra parte, no debemos olvidar que los seres humanos somos mamíferos, es decir animales con un poco más de iniciativa que un chimpancé, y por tanto estamos llenos de instintos, egoístas, intereses personales, y mala actitud, generalmente estas actitudes surgen como una respuesta del cerebro instintivo para prevenirnos contra un entorno que creemos es hostil. Todo este factor humano, hará tomar malas decisiones, muchas veces llevadas por las emociones.

El otro problema está en la motivación y deseos. Los seres humanos solo actuamos movidos por los deseos. Deseo de dinero, deseo de comodidades, deseo de ser respetado y admirado. Entre más fuerte un deseo, más motivado nos vamos a sentir a actuar y enfrentar circunstancias para poderlo lograr. El problema es que el deseo se apaga con facilidad y por eso no pasamos de entusiasmos momentáneos, ante la primera dificultad nos desalentamos. Sin motivación no hay fuerza para dedicarse con esmero a las labores. Es decir, nos llenamos de pereza. A parte de eso cuando trabajas por tu cuenta el entorno está lleno de distractores que ofrecen un placer inmediato que tu proyecto no te ofrecerá en años. Así que cedes a entrar al Facebook, a ir a la nevera a comer algo, y a aplazar tareas.

Mi recomendación es que consigas una oficina (Para empresas de servicio), y si no tienes la manera de conseguir una oficina, entonces ve a trabajar de manera responsable a una biblioteca. Te levantas, a la misma hora, y luego en la biblioteca te dedicas a las labores diarias. Por supuesto no falta los que van a las bibliotecas a hacer amigos, no les pongas atención y dedícate a tu proyecto. Cualquier cosa que atente contra tu disciplina, cambia de biblioteca.

  1. El dinero para invertir en tu negocio

Ya hemos hablado de las falsas expectativas, de las decisiones erradas, del problema de la motivación y la falta de disciplina, de la poca experiencia en muchas áreas como las ventas. La buena noticia es que todo esto se puede solucionar con dinero, muchísimo dinero. Si tomas una mala decisión, entonces tienes dinero para volver a intentarlo. Si nos sabes de ventas, entonces contratas al mejor vendedor, generalmente el más costoso, si te da mucha pereza contratas a alguien que lo haga por ti. Así de sencillo. El problema es que nadie tiene tanto dinero para botar. Del presupuesto que tu hagas para un negocio, auméntale dos veces, siendo generoso, porque muchas veces gastarás mucho más.

Si no tienes dinero, entonces deberás tener mucha fuerza de voluntad y mucho tiempo para probar una y otra vez hasta lograr resultados. No solo eso, deberás estar dispuesto a renunciar a todas las cosas que te quitan tiempo, y huir de todo lo que te haga gastar dinero, el cual deberás acumular para invertir en tu negocio. Actuar de esa manera por muchos años. Es así de claro, sino estas dispuesto a hacerlo entonces consigue el dinero.

  1. Familiares y socios del emprendedor

Muchos a falta de dinero se asocian con otras personas. Esas personas suelen ser familiares y amigos, con los que suele tener contacto. Mala idea, porque se les olvida que los otros también tienen el factor humano que les hable en un punto anterior. También tienen sus complejos, sus faltas de orden, su falsa percepción de la realidad. Cometerán sus errores, tú te darás de cuenta, perderás dinero por ello y no les podrás decir salvo que quieras perder la amistad. No es fácil aceptar que alguien que está al mismo nivel te venga abrir los ojos como si fuera tu jefe.

Mi recomendación es que emprendas tu negocio solo, y si necesitan ayuda busca alianzas y asociados. Si vas a hacerte a un socio, mejor que sea alguien experto en un tema que tú no sabes manejar y que ambos se dediquen a los suyo sin interferir el uno con el otro.

5. El factor tiempo

Para el emprendedor elt iempo es literalmente oro, ya que todo tiempo aprovechado significa negocios y dinero, y todo tiempo desperdiciado significa metas más lejanas. El problema es que tenemos muy malas costumbres, nos interrumpimos mucho, perdemos el tiempo en actividades que no valen la pena, no terminamos lo que empezamos, tenemos muy mal método de trabajo. Entonces, los días se pasan y no hemos hecho nada significativo. Eso sin contar con que a veces nos dedicamos a un proyecto que creemos saldrá muy bien, y a la larga no sale nada. Cada herramienta que aprendes, cada correo que leer, cada persona que contactas, todo eso quita toneladas de tiempo que al mirar el día, te ha robado el tiempo que necesitabas para avanzar en tu proyecto.

Por otra parte para tus amigos y familiares, ser emprendedor significa estar de vacaciones, y por tanto siempre te invitan a algo, siempre te piden un favor, siempre creen que tienes tiempo para atender una llamada y escuchar, y como son amigos y familiares no te niegas, pero que contemplas como has perdido días enteros en tales actividades.

6. Solo puedes crecer perdiendo dinero

Todos sabemos que el dinero en el bolsillo pica, da comeson y por eso te debes deshacer de el. Somos muy antojados y cuando tenemos dinero del cual disponer, nos entusiasmamos por cualquier cosa, y somos susceptibles a invertir el dinero en algo que se vea muy bueno, pero que no necesitamos. Solo después de invertir el dinero, nos damos cuenta que esa no era una necesidad. El problema es que para crecer, necesitas invertir dinero, pero por cuestiones de que ese es novato, siempre se cometerá errores en dicha elección.

Lo otro es que cuando haces negocios por primera vez, siempre sueles gastar más tiempo del necesario, cometes errores y tienes que volver a hacer, eres muy lento, etc, lo cual hace que pierdas necesariamente dinero.

7. ¿Y ahora qué hago?

Cuando se trabaja en una empresa está todo claro, tienes que cumplir unas tareas que tienen unos propósitos fijos y que debes entregar en un tiempo determinado. Para el emprendedor no hay nada de eso, ya que puede hacer lo que quiera y cuando quiera. Esto lleva a que se distraiga con mucha facilidad y se puede dar unos permisos que en apariencia no quitan nada. Por otra parte, el emprendedor no sabe de muchas cosas, entonces cuando se trata de realizar algo, generalmente no sabe por donde empezar, que hacer, cuanto tiempo se demora. Esto lo lleva a perder tiempo en cosas que no tienen que ver con la labor, a entretenerse con otras cosas, le produce ansiedad. Si no tienes claro que hacer exactamente, puedes pasar días sin hacer nada, interrumpiendo y haciendo de todo un poco.

b. El producto, el mercado y la competencia en los negocios

Una vez hemos solucionado nuestros conflictos internos, somos disciplinados o tenemos el suficiente dinero, entonces el otro tema para preocuparte es el producto.

  1. Nuestros productos no interesan a nadie, negocios que fracasan

En la vida todo son gustos, a alguien le gusta algo mientras a otros no les gusta para nada. Por otra parte, hay gustos que son de la mayoría, y otros gustos que son de la minoría. El problema es cuando vamos con nuestros gustos particulares a la mayoría, entonces a nadie le interesa. Eso es lo que sucede cuando creemos que nuestras ideas son buenas, pero al ponerlas en marcha, a nadie le llama la atención.

Imaginen que alguien tiene un gran dinero para invertir, cree que tiene la mejor de las ideas, entonces le invierte en diseño, producción, personal, publicidad, y más, pero como era una idea particular, entonces nadie compró y todo ese dinero se perdió.

Mi recomendación es hacer varios tipos de productos relacionados a nuestra idea, y hacer pruebas en varios tipos de mercado, con esto se dará uno de cuenta que lo que uno creía que menos le interesaba a la gente, es lo que más se vende. Suele suceder.

  1. Todo es ventas, necesitas publicidad para tu negocio

Una vez tienes tu producto, el otro problema a solucionar es que tienes que venderlo, y para venderlo tienes que saber vender, así de sencillo. Es el mismo que inventor del producto que tiene que saber llegar a las personas y convencerlos de que su producto es bueno, sino es capaz de convencer a otros, será difícil que pueda llegar a conseguir cliente en un inicio.

Eso, o contratar al mejor vendedor con experiencia y que le guste hacer su labor. Muchos deciden contratar personas por comisión, pero dichas personas no son vendedores, son solo gente que están desempleados, y que aceptan cualquier cosa, pero que no tienen idea de cómo ofrecer un producto y tratar al cliente.

Mi recomendación es que de ser posible consigas un local en un lugar por donde pase variada persona, esto llevará cierto público hasta tu empresa. Si no tienes un local, entonces has una investigación del mercado, diseña una página web y promociónala por internet, si no sabes cómo hacerlo, entonces nosotros te ayudamos y puedes ponerte en contacto conmigo para ayudarte.

  1. La despiadada competencia para los emprendedores y sus negocios

Uno no lo cree, pero la idea que uno ya tuvo, a cientos de personas ya se les ha ocurrido hace mucho tiempo. No solo eso, por allá en Europa o en el mercado chino, hay una multinacional con mucho éxito en varios países y que pronto llegará a tu ciudad, con mejores precios, mejor publicidad y más calidad. Eso en el mejor de los casos, porque el peor escenario es cuando hay un programa o incluso un robot que hace lo mismo, mucho más rápido y económico.

Ya cuando uno empieza a promocionar su negocio, entonces empieza a aparecer la competencia que uno antes no había tenido en cuenta. Va uno caminando por el lado de ese negocio, y ve que tienen mejores locales, más publicidad, y llevan más años en el mercado. Digo esto porque cuando se emprende un negocio son muy pocos los que hacen una investigación de la competencia.

c. Errores cometidos con los clientes o que ellos cometen con tu empresa

Esto es otro universo con una cantidad de cosas que hay que tener en cuenta.

  1. La imagen de la empresa y la comunicación con el cliente

El mundo está lleno de empresas que venden humo, y de clientes decepcionados. Es por eso que muchos optan por contratar empresas que llevan muchos años en el mercado siendo reconocidos por tal labor, lo cual es una mala noticia para quienes apenas están empezando, pasará mucho tiempo antes de que alguien confíe en dar su dinero a un desconocido.

Se dice que casi todos los problemas son de comunicación, y cuando se trata de interactuar con quien tiene la intención de comprarte, los cometemos todos. Para el emprendedor que apenas está empezando, entonces comete errores de los cuales no es consciente, pero que el interesado notará. Pequeños detalles que generan desconfianza en aquella persona que tiene que sacar su dinero obtenido con mucho esfuerzo para entregarlo a un desconocido.

Si no tienes experiencia, especialízate en un producto o servicio, lleva ese producto a un micronicho, un sector específico de personas o industria que lo puede necesitar. Haz todo el esfuerzo posible por generar confianza, muestra un grupo de resultados previos para que la otra persona confíe en ti.

  1. El cliente no tiene tiempo para ti

Hay que tener en cuenta que todo el mundo está ocupado, a menos que el príncipe o princesa de determinado país llegue hasta su puerta. Cuando una persona contrata los servicios de tu empresa, piensa que te vas a encargar de todo, y que con una sola vez que hable contigo será suficiente. Entonces cuando necesitas información para poder completar la labor, el cliente no la suministrará, siempre estará ocupado haciendo cosas para su empresa, y así puede pasar meses sin que recibas la información para completar tu trabajo y dar resultados.

La recomendación es que tengas todo muy planificado, y en la primera oportunidad pidas todo lo que necesitas, ya que hacerlo a lo largo de un periodo, corres el riesgo de no recibir nada.

  1. El cliente problema, quien cuesta mucho a una empresa

Este tipo de clientes existe para toda empresa, y hay que saber identificarlos. Son un problema desde el principio, se identifican porque nunca tienen tiempo, siempre piden rebaja, y exigen mucho. Siempre están haciendo algo por lo que no pueden atenderte, tu precio no es lo suficientemente bajo, y siempre te pedirán algo más. Es muy común, ya que sus características es exprimir al máximo la utilidad de algo y ahorrar al máximo. Es bueno ser así en términos económicos, pero no es para nada interesante que te toque un cliente así.

Si una persona empieza a darte muchas vueltas, empieza a exigir unos cambios, te llama en todo momento, entonces no te dejes arrastrar. Es importante tener un manual de procedimientos, al cual debes aferrarte para que así no tomen desprevenido, y empieces haciendo mucho más de lo que te pueden pagar. Por más que te insista en que hagas algo más, no te salgas de los procedimientos. Por supuesto tampoco seas un insensible.

  1. La calidad, ese extraño término

Los seres humanos tenemos mucha autoestima, creemos que somos más buenos de lo que realmente somos. Nadie se dice así mismo: “vaya que malo soy”, todos nos consideramos unos expertos en algo, y cuando hacemos algo, creemos que es lo mejor.

La verdad es que muy difícil encontrar la calidad, porque la calidad cuesta demasiado. Un producto que alguien hace en un día para que quede de calidad, otro más avispado lo hace en una hora con apariencia de que es muy bueno, y el resto del tiempo lo gasta en promocionarlo como si fuera algo de primera. Y como todo el mundo se deja llevar por las apariencias, entonces finalmente el producto de menor calidad puede vender más. Esas empresas consiguen muchos clientes a diario, la mitad es conformista y la otra mitad más exigente queda defraudada y buscará nuevas empresas, pero será mucho más exigente y desconfiado.

Este tema es un problema, porque a quienes les gusta demasiado la calidad, puede pasar demasiado tiempo puliendo, planificando y organizando para que todo salga bien; mientras que al que no le importa el tema, desde el primer momento estará generando ventas. Mi recomendación es que hagas un producto los suficientemente bueno para satisfacer a un cliente, pero que no te quedes toda la vida perfeccionándolo. Establece unos plazos para hacer cada cosa.

d. El manejo de los empleados en la empresa

Ja y doblemente ja, este sí que es un problema, porque el progreso de tu empresa está en manos de tus empleados. Unos malos empleados arruinan a cualquier empresa, espantan clientes, se llevan todo tu dinero que tienes para invertir, te consumen todo tu tiempo enseñando y probando.

  1. La necesidad de tener empleados para encargarte de gerenciar

Uno de los principales errores que comete un emprendedor es encargarse él mismo de las tareas, manuales, lo cual no le deja tener visión del negocio. De forma rápida hay que apartarse de ser un trabajador para convertirse en gerente. Solo desde el punto de la gerencia se puede empezar a crear nuevas oportunidades para crecer, mientras que si te quedas como trabajador, será muy difícil crecer.

En un inicio hay que ser un todero, encargarse de lo administrativo, de los clientes, de las ventas, de la contabilidad, pero poco a poco deberás asignar estas labores a personas preparadas para ello. Un error que se comete en un inicio es contratar a alguien que haga de todo, error que deberá ser cometido conscientemente, porque una persona que hace de todo desgasta mucho y no hace las cosas bien, pero será una buena ayuda para iniciar mientras se tiene mejor capital para contratar más personal.

2. El proceso de selección de empleados, separando lo sutil de lo espeso

Cuando lanzas una convocatoria, tú escribes unas condiciones para poder aplicar a la oferta y aun así la mitad de hojas de vida será de personas no aptas para el puesto. Entonces pides un diseñador, y no falta el contador desempleado tirando lance. Pierdes una gran cantidad de tiempo en medios de perfiles no calificados para el puesto.

Luego viene el otro gran problema, te ilusionas con algunas hojas de vida, miras que tienen muchos estudios en un tema, o que tienen mucha experiencia, y luego cuando te das cuenta, todo era puro humo, mentiras, no saben hacer nada de eso. Luego decides cambiar de empleado, buscas más personas, eliges otro y en cambio resulta que el nuevo tampoco es bueno. Es ahí cuando agotado te das de cuenta todo el tiempo perdido probando gente, que decides quedarte con uno medio bueno. Eso sin contar que a todos esos vende humos les tienes que pagar, así sea que hayan estado días sin hacer nada.

3. El empleado perezoso, mentiroso, lento e inexacto

No lo digo como algo en contra de alguien, esto es una continuación del factor humano del punto anterior, todos a la larga cometemos los mismos errores. Solo que cuando el dinero sale de tu bolsillo para otra persona, entonces te duele cada peso, sobre todo cuando pagas por cada error. Te dan ganas de hacerlo todo por ti mismo, pero no puedes, necesitas que alguien lo haga, tú lo harías más rápido y quizás mejor debido a tu experiencia y entendimiento del negocio, pero no puedes hacerlo todo.

Entonces notas como tienes que estarle diciendo a cada rato a la otra persona que haga algo, tienes que ver como hacen las cosas mal y cada mentira que tienen para justificarse. Además pierdes el doble de tiempo porque hay que revisarles todo. Las personas que entran a una empresa lo hacen por físico y puro dinero, no les importa para nada tu negocio, suena duro; pero es real, todos hemos ha entrado a empleos solo por el dinero. Para muchos, entrar a un trabajo solo es un acampadero, mientras sueñas con una multinacional en Europa que les contrate para así ganar millones, y mientras ellos piensan en los huevos del gallo, cometen errores. Sin contar que hoy en día el empleado se distrae con mucha facilidad, no pueden vivir separados de Facebook y el WhatsApp. Como no les importa nada de lo que hacen, entonces hay que revisarles todo, absolutamente cada cosa que hagan, hasta que con el tiempo ya se acostumbren a hacerlo bien. No esperes que el empleado común piense: «me voy a esmerar por hacer este producto de la mejor forma, estaré atento a no cometer ningún fallo», su mente estará pensando: «cuando será la quincena», «cuando me subirán el sueldo. Y es que es un fenómeno común que son muy pocos los que se consideran bien pagados.

Por otra parte, ay de aquel empresario que contrata a alguien en una labor sobre la cual el mismo no tiene idea, por ejemplo un administrativo que contrata a alguien contable. Como el no sabe de finanzas, entonces deberá creer en todo lo que le diga el empleado, y el empleado puede mostrarle cifras falsas, pérdidas como si fueran ganancias, te dirán que algo demora un día, cuando realmente demora una hora, etc. Pasado los meses e incluso los años, el empleador notará que algo falla, querrá reclamar, pero ese empleado que le hizo toda esa gestión mala, estará trabajando en otra empresa, a la cual había entregado una hoja de vida mientras trabajaba contigo.

Entonces la pregunta es, ¿existen buenos empleados?, si existen, pero son muy escasos. El empleado bueno es el que no solo lo hace por el suelo, si no que le apasiona la labor, o que es tan inteligente que puede montar su propio negocio. Suelen ser muy costosos, además, con estos empleados hay una trampa de arena. Si son muy inteligentes, observan todo lo que haces, para luego montarle competencia. Si no les interesa su propio negocio, entonces son muy orgullos, no se les puede decir nada, porque saben que pueden encontrar trabajo y se irán de inmediato. También suele ser rebeldes y poco obediencia a la autoridad, a veces te pueden retar para saber si eres capaz de echarlos.

4. Los tipos de empleados que hay, y a cuál contratar

Empecemos por hablar que la calidad de un empleado está en el dinero que estás dispuesto a invertir. Por lo generar un emprendedor no tiene suficiente dinero para pagar a un experto, así que tiene que contratar a un estudiante o a alguien sin experiencia. Lo cual es un gran problema, porque estas personas debido a su falta de experiencia cometen muchos errores, son lentos, se distraen con mucha facilidad en Facebook, y hay que estarles diciendo que hagan todo. Mi recomendación es que contrates estudiantes para labores muy mecánicas que no necesitan creatividad.

Luego tenemos otro sector que es relativamente económico, y son las personas de edad, son geniales en cuanto a responsabilidad, son relativamente rápidos y buenos en lo que hacen; pero son muy lentos al aprender. No entienden con facilidad, cosas que un estudiante puede aprender por sí solos. Mi recomendación es que, si contratas a alguien de edad, lo pongas exactamente a hacer algo sobre lo cual tienen experiencia.

Finalmente tenemos el término medio, alguien con experiencia y capacidad de aprendizaje, personas por entre los 30. El asunto es que son más costosos, no suelen tener mucho respeto por la autoridad ya que saben que pueden encontrar otros puestos, y en cualquier momento te pueden abandonar si resulta algo mejor. Mi recomendación es que contrates a estas personas cuando estés seguro que puedes pagarle bien.

8 recomendaciones para que el emprendedor triunfe en sus proyectos

Es una realidad que el más del 70% de las personas que emprenden un proyecto fracasarán, siendo generoso con las cifras. Si quieres triunfar debes tener en cuenta lo siguiente.

  1. Tener un gran capital monetario y de talentos

Sencillo, si tienes mucho dinero, un buen local, contratas buena publicidad y empleados con experiencia, entonces tienes muchas posibilidades de que el negocio salga adelante.

A falta de dinero, deberás compensarlo con una tenacidad que no se rinde ante nada, que es capaz de hacer esfuerzos prolongados por años, y que no cambia de idea, sino que es constante en lo que hace hasta lograrlo.

  1. Buscar el golpe de suerte, una empresa grande

La mayoría de las empresas son pequeñas, se sostienen con unos cuantos clientes, que les van llegando de a poco. Eso le da al dueño para darse unas vacaciones en una playa con la novia o esposa, comprarse un televisor más grande, y poco más.

Todo cambia significativamente cuando encuentra una empresa grande que le contrate sus servicios de manera mensual. La clave es aprender a ser paciente, y después de un tiempo con clientes chicos, enfocarse en conseguir uno grande. Una vez logrado esto, las cosas cambian drásticamente para bien.

  1. Lánzate con un producto estrella

Es un error el tratar de vender todo a todos, y más error cuando tratas de vender algo que no interesa. Ubica tu producto más popular y abandona por el momento otros servicios que te dejan poco, y concentra tus esfuerzos por promocionar un producto mínimo viable e interesante. De esta manera aumentarán las posibilidades de conseguir nuevos clientes. En este punto, recomiendo leer mi artículo: “Mis 11 estrategias de marketing online para emprendedores

Existen muchas estrategias para lograr resultados, pero mientras miras una y otra, pruebas una y otra, entonces se te va todo el tiempo del mundo. Todas las estrategias son buenas, el problema es que no le dedicas tiempo a su aplicación, y no eres paciente en la obtención de resultados. Evita al máximo hacer varias cosas al mismo tiempo, vender varios productos al mismo tiempo, porque cada cosa requiere su atención, su tiempo, y no podrás desarrollar con agilidad algo. Huye de las ideas nuevas, por lo menos mientras llevas al éxito una sola de las que tienes en marchar.

4. Administra bien tu tiempo y dinero, trabaja con medidas

Para una empresa pequeña que se medio sostiene, el tiempo es oro, así que debe de ser capaz de convertir cada esfuerzo en una ganancia. Los errores, el volver a empezar son lujos demasiado costosos que hace que la recompensa se demore más años. Además debe ser un sabio para saber invertir el dinero en algo que le va a regresar ganancias. El mundo no solo está lleno de empleados vende humos, sino de empresas y proveedores vende humos, en los que inviertes tu dinero con ilusión, pero ese dinero se perderá. Eso sin contar con el factor humano, cuando contamos con dinero, empieza a surgir ideas romanticas y fantasiasos, se nos da por ampliar la oficina, comprar unos mejores muebles, sentimos que el computador va lento, y en esas pequeñas cosas se va todo el dinero.

Trata de no dispersarse en nuevas ideas. Una idea puede sonar fantástica en la mente, pero la aplicación puede llevarse tiempo, dinero, el cual necesitas para dar éxito a la idea anterior. Ten mucho cuidado con las ideas. Se lo suficientemente inteligente para escoger la mejor idea, porque eso implicará invertir una cantidad de recursos que no puedes perder.

Para evitar que se te fuge el tiempo y el dinero, siempre ponle medida a todo. Define tiempos para hacer cada tarea, entonces si vas a hacer algo, ponte un plazo por ejemplo de 20 minutos y ojala con cronometro. De este modo te verás obligado a hacerlo con esmero para cumplir en ese plazo. Respecto al dinero, amarra, amarra y amarra. No inviertas un solo peso, a menos que estés cien por ciento seguro de que eso va a generar un retorno de inversión.

5. Evita las distracciones

Evita las distracciones, mientras desarrolles una labor, apaga las notificaciones. Hoy en día tenemos que estar pendiente de el correo electrónico, de las redes sociales, del WhatsApp. Siempre están sucediendo cosas sobre las cuales debemos tomar decisiones. Muchas de esas decisiones deben ser tomadas de manera inmediata. Sin embargo, como todo en la vida, todo siempre puede esperar. Mi recomendación es que mires el correo y demás, en la mañana antes de empezar a laborar, al medio día después de almorzar, y en la noche después de salir de trabajar. Solamente.

7. Evita las pequeñas tareas

Lo otro es que las pequeñas labores cotidianas quitan mucho tiempo. Cosas como consultar algo en google, comprar unas papitas, divagar acerca de la vida, probar un nuevo programa, leer una noticia. El día está lleno de cientos de estas labores, que son devoradores insaciables de tiempo. De esto ya hablé en mi artículo: Factores inconscientes que producen ansiedad, claves para controlarlas y dejar de comer las uñas. Mi recomendación es que las suspendas absolutamente todas, y déjalas para por la noche, para cuando tengas un tiempo libre, y sino se hacen, entonces no pasará nada, no eran importantes. Esas pequeñas tareas dices, es solo 3 minutos, pero sumadas a las otras, te quitan enormes cantidades de tiempo.

7. Siempre trabaja sobre un plan y ten un objetivo.

Otra cosa a tener en cuenta, es que trabajes sobre objetivos, siempre debes tener un plan, nunca hagas nada a la deriva, o cosas nacidas de entusiasmos. En la medida que tu tienes claro lo que debes lograr y cómo hacerlo para tener éxito, entonces habrá posibilidades de lograrlo. Toma tu tiempo para pensar bien qué es lo que vas a hacer.

En las mañanas, mientras te organizas y antes de empezar a trabajar, piensa sobre las cosas que harás en el día y como lo harás. Anota todas las tareas que tienes por hacer, pon en orden, y empieza una a una a ejecutar. El objetivo está por encima de lo importante. Así sea algo muy importante, primero está el objetivo.

8. Evita las tareas manuales, concéntrate en generar ideas y vender

Las tareas manuales consumen demasiado tiempo. Quitan ese tiempo que puedes dedicar a la parte creativa que es la que necesitas para pensar cómo aventajar a la competencia. Para las tareas manuales no necesitas a alguien con muchos estudios, sino a alguien necesitado y responsable. Las tareas manuales no necesitan creatividad. Libre de tareas manuales que te absorben el tiempo, podrás dedicar tiempo a la optimización de los recursos en tu empresa, a mejorar las estrategias y a conseguir clientes.

Llegado un tiempo, cuando has desarrollado varios pilares de tu empresa, entonces deberás pasar más tiempo buscando clientes y convenciendolos de comprar tu producto, con el tiempo lo harás cada vez mejor. En la medida que hagas esto bien, tu empresa avanzará. Por supuesto no descuides a tus clientes, esmérate por tenerlos satisfechos, ya que ellos se encargaran de encontrar nuevos clientes para ti.

Recomendaciones finales para emprendedores

Igual que muchos renuncié a mi empleo para empezar desde cero con un tema completamente diferente a lo que estudié. Me hubiera podido dedicar de lleno a este blog, pero como lo he dicho en muchos de mis artículos, no hay nada como enfrentar los retos de la vida diaria y confrontar tus ideas para así no tener una visión irrealista de la realidad. Pasar mucho tiempo escribiendo y poco aplicando, puede hacerte ver las cosas con una visión poco práctica, y ser emprendedor ha sido de lo más instructivo.

Es por eso que también quiero ayudar a los que estén empezando proyectos, no lo hago gratis, por las razones que ya hablé en mi artículo: “la importancia de no aceptar las cosas gratis y pagar favores”. Si necesitas una asesoría en tu emprendimiento no dudes en escribirme al correo, si necesitas marketing y publicidad para tu empresa, también puedes contratar los servicios de mi empresa: Neuromarketing y tecnología.

Estoy seguro que te gustará y les ayudará leer mis otros artículos:

Mis 11 mejores estrategias de marketing digital para emprendedores.

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La diferencia está en hacer cosas importantes.