Quizás de las cosas en la que todos estamos de acuerdo, es que nadie le gusta los problemas y todos queremos muchas cosas buenas para la vida.

En el desconocimiento de las causas que producen los problemas, esta lo que hace que quedemos atrapados en los conflictos y que no logremos nuestros objetivos. Es el autoconocimiento una herramienta valiosa que nos ayudara en todo este proceso.

Somos mayormente la causa de lo bueno y lo malo que nos pasa. 

¿Porque habría de ser de otra forma?, sería injusto vivir en un mundo donde somos la víctima y quedamos al amaño de la voluntad de otros. Es esperanzador saber que por nuestras propias fuerzas podemos conseguir lo que queramos, y es de responsabilidad responder por las cosas que no supimos manejar. Por lo menos eso nos gustaría decirles a nuestros hijos.
En la naturaleza existe la causa y el efecto, y esto se aplica a cada instante en nuestra vida. Por ejemplo: Si no estudiamos cuando jóvenes, es poca la probabilidad de conseguir un buen empleo, si estamos en una relación y somos posesivos es probable que nuestra pareja nos abandone, si llegamos a un círculo social y empezamos a buscarle problemas a la gente es probable que estos se pongan en nuestra contra.

Es aquí donde alguien me dirá: “pero es que yo estudie mucho y aun así no consigo un buen empleo, trato súper bien a mi pareja y aun así me engaño, me comporto bien con los demás y la gente me trata mal”, bueno eso es lo que creemos y todo por falta de autoconocimiento, porque si se conociera así mismo; entonces sabría de las cientos de razones que pueden estar detrás de cada cosa que sucede. Se daría de cuenta que no ha podido conseguir un buen empleo porque quizás no sabe venderse así mismo o porque al hacer su trabajo no lo hace con la mejor calidad, y también se daría de cuenta de que la pareja le abandono porque no supo inspirarle pasión o porque usted es muy desorganizado, y también se daría de cuenta que la gente entra en conflicto con usted quizás por su conducta tan permisiva que permite que se aprovechen de usted.

Seguramente muy pocos son conscientes de todas esas causas detrás de cada cosa que no logramos.  Eso es muy normal, ya que todas ellas se encuentran en las profundidades del subconsciente.  Por otra parte no es un tema en lo que mantenemos reflexionando, aparte de que es muy duro aceptar la responsabilidad de nuestros actos.

El origen de nuestras acciones está en el subconsciente. 

La razón por la que dijimos que éramos en su mayoría responsables de lo que nos sucedía, es porque una pequeña parte la pone aquello con lo que nos educaron y el ambiente en el que crecimos.  Las carencias emocionales e intelectuales de nuestros padres se vuelven abismos en nuestra personalidad, y los conflictos que hayamos vivido en nuestro entorno, nos dejan heridas abiertas, temores y vicios que no se solucionan con facilidad.  No faltará el que diga que la culpa de todo esta entonces en el ambiente en que nacimos… tal vez, pero quizás eso sea un efecto de una causa anterior, ya que en la naturaleza todo es una sucesión de causas; pero dado que ya entraríamos a hablar de temas que por el momento no entran es este artículo, entonces profundizaremos en otros artículos.
El hecho es que a pesar de las cosas que nos hayan sucedido en el pasado, fuimos nosotros los que sacamos las conclusiones y tomamos las decisiones que hoy nos ubican donde estamos.  Esos temores, esos vicios, esas inseguridades, y también toda una cantidad de talentos que nos faltan, son los que están detrás de esas acciones no acertadas.  Es muy difícil darnos de cuenta cual es esa actitud que no nos deja progresar, cual es el autoengaño que nos tiene atrapado, porque no somos capaces de abandonar cierta situación, que hace que los hechos se repitan una y otra vez.  Todo esto se logra saber al descubrir nuestro subconsciente y al enfrentar nuestras responsabilidades que tanto buscamos evadir.

Enfrentar la vida como una manera de conocernos mejor.  

A la mayoría nos gusta ser como niños grandes, es decir, nos gustaría que alguien más solucione nuestra vida, que si cometimos un error entonces que por arte de magia desapareciera, o quizás nuestros padres lo solucionaran, o que el gobierno se encargara, o que algún santo haga el milagro, pero es que ya somos mayores, y papa no vendrá a ayudarnos.

El facilismo consume nuestra vida, esperamos que un golpe de suerte cambie nuestro destino, pero las cosas que valen la pena no caen en manos que no tienen la suficiente fuerza para luchas por ellas, para merecerlas. No busque que el candidato por el que usted voto en las elecciones le vaya a solucionar su vida, tampoco espere que un ser superior, un extraterrestre, su hermano, de un momento a otro te diga: «listo, ya solucione todos tus problemas». Es mejor acostumbrarnos a ganar nuestras propias batallas, esto nos vuelve fuertes, mientras que si nos acostumbramos a esperar soluciones, a que alguien más lo haga, entonces nuestra personalidad será cada vez frágil.

Es el autoconocimiento por donde debemos comenzar para solucionar nuestros conflictos. En la vida diaria, en su vida actual, mire cuales son los conflicto, no los evada, pregúntese porque sucedieron, y como sus decisiones están atados a estos.

Conocernos a nosotros mismos es nuestra primera responsabilidad.

Todo en la vida requiere un conocimiento, si usted quiere aprender a manejar carro debe inscribirse en un curso para saber cómo funciona, si quiere cocinar, debe aprender acerca de los ingredientes y a que temperatura va a estar la comida, es decir, cada cosa requiere un conocimiento para poder operar sobre ello. El problema es que sabemos de tantas cosas, sabemos tanto de la vida de los demás, pero muy poco sabemos de nosotros mismos. Más fácilmente sabemos del escándalo de alguna estrella de cine y que porque se separó, que saber cuál es la razón de algún conflicto que nos pase.

Para poder operar sobre nuestra vida debemos conocernos a nosotros mismos, primero aprender a identificar que está sucediendo en nuestra vida, y segundo descubrir de qué manera la estamos produciendo. Esto es algo que debemos hacer nosotros mismos, porque es el centro de nuestra actividad, ya que a cada momento estamos tomando decisiones, o viviendo situaciones que cambian profundamente la manera de pensar, y eso es algo que nadie puede entender y hacer mejor que nosotros. Es nuestra responsabilidad aprender a discernir bien lo que nos pasa, solucionar nuestros vacíos psicológicos y descubrir nuestros autoengaños.

Los psicólogos pueden ayudar a solucionar conflictos graves, pero el origen de nuestras decisiones particulares, es algo que concierne a cada uno, ya que es algo que tiene que ver con la vida misma, y eso no lo enseña nadie.

Autoconocimiento aplicado a encontrar la causa de nuestros conflictos. 

Conflictos no resueltos es lo que tenemos, todo es cuestión de ser consciente de ellos: Una pena de amor, un despido laboral, un conflicto con un familiar, un bajo rendimiento en el estudio, un hijo malcriado, unos padres controladores, una enfermedad, etc.  Sea lo que sea, sucede por algo.

Tomemos el ejemplo de un mal de amor, en el que nuestra pareja nos engañó. Si una persona nos ama mucho, nos admira, nos necesita no es fácil que nos engañe. Si alguien nos engaña, en la mayoría de las situaciones es porque no le brindamos todas esas cosas, que hace que la persona se esfuerce por no perdernos. Es como cuando tienes el empleo de tus sueños, no te atreverías a hacer nada por perderlo, y lo mismo sucede con cada cosa buena de nuestra vida, nadie es tan tonto por no cuidar lo que considera que es lo mejor o más valioso de su vida.

Muy bien, si has aceptado que el problema quizás no está en el otro, entonces viene el otro difícil proceso de saber qué cosas en ti, hace que la relación no dure, o que otra persona se aleje. Hay muchas razones, por ejemplo eres una persona posesiva, que persigue y no deja tranquila a la otra persona, o quizás eres una persona que no se cuida lo suficiente, o quizás eres un manojo de nervios y mal genio. Son muchas las razones y debes descubrir que es lo que hace que una relación no funcione.

Una vez descubres que fue lo que hizo que la otra persona buscará en otro lado, debes descubrir porque actúas así. Si por ejemplo eres una persona posesiva, es que eres insegura, y esa inseguridad viene de la falta de autoestima. Ya sabes entonces que debes trabajar en tu autoestima y esto se logra, haciendo crecer tu confianza a partir de lograr pequeños triunfos.

Son varios las capas que debes a travesar antes de encontrar la solución. Primero debes aceptar que tienes un problema, luego aceptar que el problema nace de ti, luego descubrir el hecho que origino el suceso, y finalmente saber porque lo hicistes, para así enfocarse en solucionar ello, y que no se vuelva a presentar. Si bien los otros tienen sus problemas, los únicos que tenemos dominio sobre nuestra vida, somos nosotros, y por tanto en nosotros esta la solución.

Si esto ha sido con un solo conflicto, imagínate todo el esfuerzo que hay que hacer para solucionar cada cosa en nuestra vida. Porque bien difícil que es encontrar las causas de cada uno de nuestros problemas, y luego viene la otra parte difícil que es la de aplicar la solución.

El precio de ser conscientes es descubrir como generamos las situaciones que vivimos, el precio de nuestra libertad es responsabilizarnos de nuestros actos. La consciencia y la libertad son premios demasiado grandes, y es nuestra decisión si luchar por ellos, o dejarnos arrastrar por la corriente de la vida y del destino.

El precio de ser conscientes es descubrir como generamos las situaciones que vivimos, el precio de nuestra libertad es responsabilizarnos de nuestros actos. La consciencia y la libertad son premios demasiado grandes, y es nuestra decisión si luchar por ellos, o dejarnos arrastrar por la corriente de la vida y del destino.

En este blog tratamos de ayudar a descubrir esas causas y a buscar soluciones, y te invito a que sigas leyendo.