Las relaciones interpersonales son parte vital de nuestra supervivencia, en ella está el secreto del éxito o el fracaso.  Muchos de nuestros problemas surgen de los malos entendidos con los demás, y la raíz de esto está en la mala interpretación.

Mal interpretamos lo que otros dicen, hacen o dejan de hacer y lo mismo sucede de los demás para con nosotros, la causa de estos problemas de interpretación, esta en los condicionamientos mentales.  En este artículo veremos 7 razones por las que interpretamos mal a los demás, que puede hacer, que les caigamos mal, o nos caigan mal.

1. Nuestras primeras experiencias de vida, forman los preconceptos.

Los preconceptos son las asociaciones que asigna nuestra mente a determinado objeto, para entenderlo e interpretarlo. Esa asociación, dependerá del tipo de contacto que hayamos tenido con dicho objeto.  Si es bueno, entonces la asociación al objeto es positiva, mientras que si tuvimos una mala experiencia, entonces la asociación es negativa.

Nuestras primeras experiencias determinan como interpretamos algo. Por ejemplo; al visitar una ciudad, si en ella conocemos al amor de nuestra vida; entonces la asociación es placentera y hablaremos bien del sitio.  Si por el contrario al llegar a la ciudad nos roban, entonces la asociación será negativa. Estos tipos de asociaciones se hacen con todo lo que nos rodea. Nadie puede definir algo a partir de algo que no conoce, de esa manera; solo podemos entender algo en función de nuestros preconceptos.

2. Asociar a una persona a un determinado grupo.

Imaginemos que usted conoce a alguien muy rico, esta persona es petulante y engreída y a usted ese hecho hace que los ricos le caigan mal, calificando a todos los ricos por igual. Igual sucede con la fobia que muchas personas le tienen a los gringos, calificándolos a todos de igual, como una especie de raza del mal. Esta generalización está presente en cada interpretación que hacemos de las personas, porque a cada uno siempre lo estaremos asociando a un grupo.

Nuestras malas y buenas experiencias que hayamos tenido en las relaciones con los demás, son los lentes con lo que veremos al prójimo.  Jamás vemos a las personas como son, si no que solo vemos la impresión que se ha formado nuestra mente a partir de nuestros preconceptos.

3. Ver a la otra persona del modo que lo queremos ver.

Si no hay peor ciego que el que quiere ver.   Y nuestros deseos, hacen que veamos a las personas en función de lo que queremos ver.

Cuando usted está enamorado de alguien, lo más seguro es que interprete todas sus señales como una muestra de seducción, cuando lo que la otra persona puede estar pensando es lo contrario.  Cuando al estar enamorado, creemos que todo cuanto hace esa persona es maravilloso, y si la persona no nos pone cuidado, entonces podemos llegar a creer que se nos está haciendo el indiferente y eso lo podemos ver como una virtud y nos fascina.

Ahora bien, hablemos de alguien que nos cae mal, porque está en un puesto que debía de ser para nosotros. Entonces empezamos a ver que llega tarde, que no delega bien las funciones, que no cumple con todas las responsabilidades. Le empezamos a ver toda una cantidad de cosas malas, cual la realidad dicha persona es igual de eficiente o malo como cualquiera. Cuando alguien nos cae mal, entonces nos cerramos, y no queremos ver las cosas buenas que pueda tener la otra persona.

4. Quienes atacan nuestros vacios inconscientemente.

Los vacios son carencias emocionales, que buscamos llenar de uno u otro modo, y las demás personas quedaran ubicadas como alguien que nos lo llenan, o como alguien que nos lo atacan.

Cuando conocemos a alguien, y esa persona llena directamente alguno de nuestros vacios, entonces la asociación que le hacemos es la de alguien que nos cae bien. Supongamos que tenemos graves problemas de seguridad, entonces es si no que alguien nos diga que si podemos, que confía en nosotros, y lo asociaremos como alguien que nos cae bien. Por el contrario, si los actos de los demás agreden alguno de nuestros vacios, entonces lo asociaremos como alguien que nos cae mal.  Por ejemplo, si sufrimos de falta de afecto, y necesitamos que nos estén contemplando; entonces las personas duras y severas, nos caerán mal.

Del mismo modo nosotros podemos andar por la vida lastimando a otros, sin la menor idea de que sucedió. Hay gente muy sensible que todo les lastima, nosotros podemos ser muy sensibles.

5. Quienes atentan contra nuestros intereses personales.

Nuestros actos, nuestras palabras, pueden despertar admiración u odio en los demás, sin que alcancemos a medirlo.  Cada cosa que hacemos en algún momento tiene que afectar para bien o para mal, alguno de los intereses de los demás, ya sea respecto a lo económico, a sus creencias, o a la tribu social a la que pertenece.  Así, que por este lado quedamos como buenos o malos, según favorezcamos o no, los intereses de los demás.

Alzar banderas (A nivel de creencias, música, deportes, política) en algún momento nos hará chocar contra las banderas de otros.  Consiguiendo la simpatía de los que piensan como nosotros, y quedando con el rol de malos por aquellos que no.  Usted está en todo su derecho de pensar como quiera y expresar lo que piensa; pero digamos que usted está en una reunión con muchas personas y en un momento usted lanza un comentario ateo; entonces eso atentara contra quien es muy creyente y usted se hará de un enemigo sin darse cuenta.  Lo mismo sucede en el caso de un creyente que lanza su comentario, esto puede alterar y molestar a un escéptico que se encuentra en el fondo y usted no sabe de él.

Imagine que usted es miembro de una junta en su unidad. Hay un nuevo presidente en la junta y el propone algo que va a beneficiar a la unidad y que le perjudica a usted. Por más razón que tenga, esa persona le va a caer mal, muy a pesar de todas las virtudes que tenga.

6. Nuestra visión en blanco y negro.

Para nosotros los seres humanos la visión es en blanco y negro, es decir que una cosa es buena o mala, que una persona, nos cae bien o nos cae mal, y que cuando alguien hace algo malo; por extensión todo en el es malo, y cuando hace algo que nos agrada, por extensión todo en el es bueno.

Aun no hemos aprendido a ver en colores, a mirar la vida desde múltiples facetas, y mirar todos los tintes de la personalidad de alguien.  Es por esa razón que no sabemos aprovechar ni convivir con las demás personas. Mirar las cosas en colores es miran sus ventajas, sus desventajas, lo que me beneficia a mí y a otros perjudica, lo que me perjudica a otros y me beneficia a mí, lo que es aprovechable y lo que no es.  En fin, pero es algo que no podremos lograr, si no empezamos a ver a los demás como son, a conocerlos realmente, libre de preconceptos. Una de nuestras principales luchas internas, debería de aprender a ver a las personas como son.

7. El que las hace se las imagina.

Nadie puede imaginar algo que no está dentro de sí mismo. Solo aquellas personas llenas de patrañas, de trucos, de vicios, de rencores, etc.  Son los que siempre esperan lo peor de los demás. También puede suceder que dicha persona a sido víctimas de tanto trucos, de tantos abusos, que está demasiado lastimada como para ver las cosas como son.

Una persona con el alma muy lastimada, o demasiado llena de cosas malas, que es muy prevenida, temen caer en trucos tan sucios como los que ellos ejecutan o le ejecutaron.  Generalmente se nos presentan muy prevenidos, y uno nunca sabe qué cosa de la que hagamos puede llegar a ofenderle.  Mantienen tan prevenidos, tan paranoicos, que cualquier acto lo ve como agresivo y malintencionado.

Una persona ingenua, que en su mente no está ninguna de estas patrañas, y que no le ha pasado nada, siempre es confiada, y tiene muy buena disposición, puede suceder que no atraiga este tipo de conflictos, ni los provoque, o puede suceder que se aprovechen de él.

 ¿Porque somos tan intolerantes?

Lo que hace que tengamos tantos problemas en la percepción de los demás, es la falta de autoconocimiento, de conocer nuestras verdaderas fragilidades. Cuando conocemos que débiles y frágiles somos, y cuán fácil es equivocarnos; entonces seremos más tolerantes con los demás.

Por otra parte una persona inmadura, con poca experiencia de vida, que no ha vivido tantas cosas que nos presenta esta pida, que no ha llegado a límites o a encierros que la vida a veces nos plantea, que no es capaz de imaginar las cosas que otros pueden vivir, y lo que les motiva a veces a actuar de manera desagradable. Quien ha vivido mucho, a probado de todo y sabe porque el otro actúa como tal, y le comprende.

 CONCLUSION

Debemos aprender a ver más allá de nuestros intereses, temores, y deseos, para así tener un percepción real de los demás.  Haga todo el esfuerzo por no engañarse a sí mismo, vea con claridad a los demás, con sus cosas buenas y malas. Haciendo esto, usted no sufrirá decepciones, y tampoco verá a los demás como enemigos.

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