Cada uno de nosotros somos un cumulo de fortalezas, algo en lo que realmente somos bueno, y un cumulo de debilidades que hacen que las cosas se salgan de control. Normalmente, no hay estado en el que seamos pura fortaleza y ninguna debilidad, y por tanto a veces el éxito no es más que sacar el mejor provecho de las fortalezas que se tienen, y saber manejar aquello en lo que somos débiles.

El correcto manejo de nuestras actitudes es lo que más importa, ya que un hombre con talento en esto puede lograr gradualmente lo que quiera, mientras que la ausencia de talento para manejar nuestras actitudes, puede hacernos perder muchas cosas.

Como hace 7 años cree este artículo cuando empecé el blog, entonces esta algo incompleto, y por eso hice un vídeo para completarlo con nuevo contenido.

https://www.youtube.com/watch?v=wq-ELIk8UEo

Cómo podemos identificar las fortalezas y debilidades que tenemos.

Una fortaleza es cualquier cualidad o atributo en lo que destacamos. Son casi innumerables todos esos atributos y debilidades, y es una gran dificultad primeramente saber cuáles poseemos y en segundo lugar cultivar los primeros y suprimir los últimos.

En base al siguiente ejemplo podremos clasificar nuestras actitudes. Si nosotros fuéramos a comprar frutas en un supermercado, el criterio para escogerlas sería primeramente el color, el brillo, lo saludable, y luego nos fijaríamos en el estado de madurez, el olor, el sabor. Estas son las fortalezas de esa fruta.  En un hombre serían consideradas como fortalezas a primera vista, la forma de vestir, el trabajo que tenga, si la persona es alta o no. En una inspección más detallada, nos fijaríamos en atributos como la seguridad en sí mismo, la fuerza de voluntad para cumplir lo propuesto, el sentido del humor, la inteligencia, la honestidad. Respecto a las debilidades; es si está desempleada, si tiene mal gusto al vestir, y en una visión más profunda, calificaríamos como puntos débiles su arrogancia, si es celoso, inmaduro e indeciso.

1. Utilice todas esas pequeñas actitudes en la que es bueno, no espere a tener todo lo bueno del mundo.

Muchas personas dejan pasar por alto, o dejan de luchar por ciertas cosas porque piensan que no son capaces. El estar pensando en las cosas grandes que no tenemos hace que pasemos por alto muchas cosas buenas que si poseemos.

Un hombre enamorado de una mujer podría evitar acercársele por el hecho de que no tiene cosas como suficiente dinero para darle detalles, y que tampoco es muy atractivo. Se concentra tanto en ello que termina aislándose. Lo peor es que se acostumbra a ello. No piensa que puede aprovechar cosas como por ejemplo: el saber bailar muy bien, el ser alguien con sentido del humor. Si alguien se pone a pensar: “si tuviera esto; entonces lograría tales cosas”; muy seguramente termine sin nada, porque no hay hombre que sencillamente lo posea todo. Hay que sacarle provecho a lo que tenemos.

Para empezar a darnos cuenta de lo bueno que somos, debemos dejar de pensar tanto en todo lo que no poseemos, debemos de evitar estar comparándonos con los demás, de estar mirando en lo bueno que tienen, eso es falta de autoestima. Seguramente el otro también tiene sus debilidades, sus carencias; pero no es algo que anda diciéndole a todos, ni es algo que le detiene su marcha.

2. Aproveche todas sus actitudes negativas en ámbitos donde pueden ser positivos.

Todo en la vida es dual, funciona por extremos. Miremos por ejemplo algo tan sencillo como el clima; el frio y el calor son necesarios, son opuestos de la misma cosa y su exceso puede ser muy dañino. Lo mismo pasa respecto a nuestra personalidad, una misma actitud puede convertirse en un defecto o una virtud. La sinceridad es buena, pero a veces puede llegar a herir los sentimientos de otros. El ser independiente es importante; pero le hace perder facultad para trabajar en equipo.

Todo es cuestión del uso que le demos. Por ejemplo; una persona agresiva puede aplicar toda esa ira en deportes de lucha y sería exitoso; pero mal haría utilizarlo en cosas como la atención al cliente. Una persona muy habladora, puede usar ese atributo para las ventas; pero puede llevarle a cometer errores en actividades de concentración como una oficina de diseño. Demasiada seguridad en sí mismo puede llevar a la persona a ser arrogante, y una persona tímida puede ser alguien en que se puede confiar una labor que requiere discreción. Un vendedor demasiado sincero se muere de hambre, y por ejemplo el sentar una persona muy activa a un trabajo de concentración, también es inadecuado.

Debe de aprender a sacarle provecho a todas sus actitudes cultivadas. Tanto las que considera buenas como malas. Debe de identificar en que ámbitos puedes ser aprovechada sus conductas más marcadas. Si lo hace, entonces aquella conducta que tato le perjudico, lo puede ayudar a salir adelante.

3. La confianza en sí mismo es la clave para convertir una fragilidad en un poder.

Siempre les he hablado en este blog de la confianza en sí mismo, de tener autoestima, de valorarnos, ya que una persona que no se valora puede convencerse a sí mismo y a los demás que no tiene nada de bueno. Incluso sus mejores potenciales pueden verse como algo nocivo, y es precisamente por esa dualidad que tienen las cosas, que hace que si la persona tiene una referencia negativa de sí mismo, entonces todos sus atributos, sean vistos desde la parte negativa. Entonces si la persona tiene estética para hacer las cosas se verá como alguien que lo único que hace es perder el tiempo, si suele ser alguien serio, entonces lo pueden calificar de amargado, etc.

Las personas que tienen enferma el alma y que a causa de su infelicidad sienten placer lastimando a los demás, son expertos en mostrar el defecto de las virtudes, e incluso hasta la persona más segura de sí mismo le pueden hacer creer que su virtud es su principal defecto. Respecto al egocéntrico, esa persona que sabe mostrar lo bueno que es, y explica de una manera convincente como cualquier cosa que hace resulta siendo algo sorprendente y que quizás solo él lo podía hacer. 


Con esto les quiero mostrar que a veces ciertas personas que admiramos no son ni tan fuertes como pueden hacernos creer, y que a veces no somos tan débiles, sino que hay personas que no lo pueden estar haciendo creer. Debemos mantener una confianza en sí mismo, no dejarnos apabullar por los demás ni por nosotros mismos, y cuando la debilidad surja, saber mostrarlo como si fuera una fortaleza.

Foto vía: pure9