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Todas nuestras acciones se basan en la comunicación y en la relaciones con los demás, es decir que en el saber comunicarnos con los demás se basa gran parte de nuestro éxito social.  Cualquier cosa que hablemos con los demás deberá tener buenos argumentos para que así nuestras ideas valgan.  Por otra parte deberemos aprender a defendernos de toda clase de trucos sucios que se suelen usar, cuando otros tratan de que hagamos lo que ellos quieren.

De cómo defendernos y hacer valer nuestro punto de viste es el siguiente artículo:

  1. Siempre de un argumento sólido de porque hace cada cosa.

Ante cualquier evento de comunicación debemos entrar con buenos argumentos, hay una razón para hacer cada cosa, y esta debe estar bien justificada.  Un vendedor al convencer a sus clientes, un jefe al asignar las tareas, un empleado al dar informes de lo que está haciendo. Si por ejemplo decimos: “Te voy a asignar este proceso”, “no voy a hacer la actividad”, “el lanzamiento de la campaña será aplazada”, etc, son cosas que no pueden ir solas, si no que tienen que ir acompañadas de un buen argumento. Debe mirar cuál de sus argumentos esta flojo y llenarlo de ideas sólidas, porque por donde usted más dude, por ahí ingresa el argumento del otro para vencerlo.

Entrar a cualquier tema sin un buen argumento es entrar en desventaja sometido a hacer lo que el otro diga.  El ir con buenos argumentos es como ir a un campo de batalla, o el manejar un tablero de ajedrez, en el que cada frase es un soldado que debe vencer en fuerza a otros, y que cada uno debe estar cumpliendo una función específica, para evitar que otros bien armados de argumentos nos apabulle.

Un truco para hacer más fuerte un argumento es volverlo una historia bien interesante, que sea graciosa, llamativa, novedosa. Si lo que tú hablas es interesante de escuchar, entonces seguramente tienen la razón, además si cuentas algo bueno, ganarán el apoyo de quienes te rodena.

  1. Escoger un buen escenario y arme una buena estructura argumentativa.

Antes que nada, el tema de conversación debe de liderarlo usted si es que quiere ganarlo.  Para ello debe de escoger el mejor momento (Cuando no haya predisposiciones en contra), el mejor estado de ánimo (cuando la persona está dispuesta a escucharla), el mejor lugar (donde estén las personas que lo pueden apoyar).   Debes diseñar los argumentos que vas a exponer tal y como lo haría un buen constructor; el cual va armando pieza por pieza, ajustándola al mejor lugar, y procurando que cada argumento sea lo suficientemente sólido como para que este no sea blanco de ataques, y evitar que por ahí se derrumbe todo. Un buen argumento es claro, sencillo y no tiene flancos débiles.

Cuando armes tus argumentos evita que estos sean predecibles, no lleves la argumentación hacia algo que se sabe en qué va a terminar todo. Esto te deja en clara desventaja por que el adversario necesariamente ira pensando en cómo derribar tus argumentos más adelante. Aunque es importante definir lo que tratas de defender, también debes evitar ser predecible cuando estés argumentando, si saben lo que vas a decir, entonces ya sabrán que argumento poner en contra.

Otra cosa importantes es que no debes saturar la conversación, entre más liviana mejor.  Mejor deja tus otros argumentos para sacarlos en momentos de emergencia. Otra cosa importante a la hora de convencer a otro es no dar una sola elección, si no que en lo posible darle a escoger varias cosas; solo que en todas, tú ganas. Por ejemplo si quieres salir con alguien, dile: “Podemos salir entre semana o el fin de semana”, lo cual es muy diferente a preguntar: “¿salimos?”, ante lo cual hay una respuesta en la que tú puedes perder.

  1. Aleja la conversación de tus puntos débiles, y llévala hacia los flancos débiles del otro.

Debes tener claro en que partes eres débil.  Por ejemplo si hay momentos en los que te puedes volver muy emocional, o muy nervioso, o pierdes la calma, evita por todos los medios que una conversación en algún momento se dirija a este punto, y si hay muestras de ello, entonces invalida desde la raíz dicho avance.  Si por ejemplo alguien va a utilizar el tema de tu separación, entonces como es algo que te desestabiliza, deja claro que no quieres hablar del tema.  “Ni me toques ese tema, que me molesta bastante”, o simplemente interrumpe y pones otro argumento.

Evita en lo posible decir mentiras, ya que estas son cosas que tarde que temprano pueden quedar en evidencia, y para cubrirlas habrá que decir otras mentiras, y finalmente tu habilidad será el decir mentiras y no el saber argumentar.  Luego este el hecho de que alguien que te descubre una mentira se pegará de ella para debilitarte.

Respecto a los demás, la mejor manera de invalidar el argumento de otros, es utilizar sus propios argumentos en contra, debes tener muy claro todo lo que el otro dice, y mirar como puede ser usado en su contra, que las cosas en las que tiene gran ventaja las vayas convirtiendo en desventaja. Toda cualidad tiene su lado positivo y negativo. Mirémoslo con ejemplos: Si una persona es detallista y cuidada en lo que hace, entonces se puede convertir en algo negativo al decir que dicha persona es poco productiva.  Si una persona hace de todo, entonces necesariamente debe dejar cosas a medias, etc. Esta es la manera por la que la cualidad de alguien queda como una debilidad y también el medio por el cual podemos convertir nuestras fragilidades en fortalezas.

Otra cosa importante para hacer; es el manejo de las recompensas y castigos respecto a lo que dicen los demás. Si algo de lo que el otro dice te agrada y te favorece; entonces prémialo con un halago, una aprobación, etc.  Si lo que dijo no te conviene, entonces castiga ese argumento con decir algo que deja en clara desventaja al otro. Esto subconscientemente hace que las conversaciones vayan gradualmente tú tomes el dominio de la conversación.

  1. Actúa como si ganaras la discusión, como si tuvieras la razón.

La actitud y la confianza con la que habla una persona es más del 50% de la ganancia en una conversación.  Dado que cada cosa de la que hablamos es basada en cosas que suponemos, que a nadie le consta, entonces ante la falta de hechos, lo único que convence es la seguridad con la que se diga.

Hay personas que sin tener la razón, y a aun ante la clara evidencia de su error, permanecen en su posición con tal firmeza, que nos hacen dudar de las propias evidencias que estamos palpando. Por supuesto no se trata de usar este truco sucio pero efectivo.  Si vamos a infundir seguridad, que ojala sea sobre argumentos sólidos.

Cuida tu postura, tu vestuario, tus gestos. Estos deben de apoyar todo lo que dices, deben mostrarse seguros. Viste como un ganador, haz gestos que refuerza lo que dices, hablar con tono firme y sereno.

  1. Aprenda a asociar los argumentos según la necesidad.

Hemos hablado varias veces de que el cerebro con el fin de economizar procesos y energía, ejerce algunos sesgos en la percepción externa.  Si el cerebro procesará cada porción de información que recibe, entonces durarían largos periodos analizando cada cosa desde todos los ángulos.  Las asociaciones mentales es uno de esos procesos en la que la mente se engaña fácilmente, ya que ella por lo regular cuando asocia una cosa a otra cosa, la suele tomar por su igual.  Esto lo entendemos fácilmente cuando hay detalles que nos enamoran de una persona, entonces suponemos que todo lo demás es igual de maravilloso.

Esto lo podemos usar a favor en una discusión, o al tratar de convencer a alguien de algo, o al invalidar los argumentos de otros. Por ejemplo si usted asocia sus argumentos a algún suceso que se tiene por grande, por verídico; descubierto científicamente, entonces esto automáticamente valida lo que tú dices.  Si asocias el argumento de otro a un grupo, una persona, una ideología que es repudiada por todos, entonces esto automáticamente invalida dicho argumento.  Entre más asociaciones positivas tenga un argumento, entonces mucho mejor.

Otra cosa que debemos hacer es asociar el argumento de otros con algo general.  Ya que las cosas generales siempre se prestan a muchas interpretaciones que terminan por invalidar el argumento.  Respecto a tus propios argumentos; siempre asócielos con algo específico, ya que este de esta manera será más difícil invalidarlo.

  1. La manipulación emocional que debemos evitar.

Todos somos decentes cuando estamos bien, pero en momentos de caos, siempre solemos sacar nuestra peor parte, ya que a mayor desesperación; el cerebro activa mecanismos de defesa más instintivos. Así que es muy normal que alguien utilice toda clase de trucos sucios para ganar una discusión.

El más usado de todos es la manipulación emocional, ya que es muy efectiva.  El problema está en que al usarlas entramos en terrenos desconocidos de la personalidad que quizás no seamos capaces de manejar. Cosas como dejar en clara evidencia un error que otro haya cometido, el amenazar con un escándalo, etc, pueden ser efectivos al principio, pero pueden surgir cosas desagradables.

Hay personas que para ganar una discusión se concentran en atacar a la persona y no al argumento. Esto hace que la conversación caiga cada vez en niveles más bajos, y se pierda toda decencia.  Una persona inteligente debe evitar caer en tales juegos. Los odios, las ofensas es algo que nunca se olvida, y a nivel subconsciente siempre se estará buscando el momento del desquite. Se trata de ganar una discusión, no un enemigo, no lo olvide. Al ganar una discusión te van a respetar, pero al ganar un enemigo, cultivarás problemas para el futuro. Mida que sus argumentos no vayan a ofender al otro, o lo dejen como tonto, y cuando suceda aliviane la conversación.

  1. Escoge una válvula de escape en los que otros salven su dignidad y termine la discusión.

A nadie le gusta perder una discusión, así que no los ahogues,  no los lleves al borde de la desesperación, no hagas ver una injusticia, no lo hagas quedar como tonto, porque las personas en momentos de desesperación se convierten en otras muy diferentes, en donde pierden todo respeto y compostura, es entonces cuando todo termina en peleas, difamaciones, burlas, etc.

Por eso es importante dejar algo en el que otro quede bien, pero ese algo es lo que tú decides y te da ventaja.   Súmate a un argumento fuerte de la otra persona, algo a lo que claramente se ve que tiene razón, con esto ambos quedan bien, y alivia tensiones.

Al igual que en cualquier venta se debe de hacer un cierre, en un dialogo cualquiera también, y eres tú, el que lo debe proponer.  Cuando las conversas son tensas entonces desvía la atención, aproveche cualquier eventualidad del momento.  “creo que está claro que es mejor hacerlo el lunes, me gusto lo que me propones, dejémoslo así, ahora ve voy, quede de encontrarme con mi novia”. Respecto a cuándo queremos dejar un punto claro, es mejor cerrar la conversación cuando este fue aprobado, y salir corriendo literalmente.

También es importante que cuando te dirijas a alguien lo hicieras como si fuera un amigo, tratarlo de manera amistosa. Esto automáticamente baja las defensas del otro.

8. Mantenga la serenidad y el respeto en todo momento

La violencia engendra violencia. La violencia es sinónimo de debilidad. Alguien con un arma y que la usa, está tan aterrado, que no es capaz de andar sin algo que sea capaz de hacer el suficiente daño al otro. La violencia es un mecanismo instintivo que usan las especies animales cuando ya están en las últimas. Los seres humanos al ser inteligentes, no necesariamente debemos irnos a los golpes, con personas inteligentes podemos solucionar las cosas con argumentos y llegar a unos acuerdos.

La clave esta en que nunca pierda la compostura, y que por sobre todo, siempre respete al otro, ya que si usted empieza a insultar, activará los mecanismo de defensa del otro. Cuando eres seguro e inmutable, entonces tienes el poder. Si el otro empieza a perder la compostura, entonces abandona la discusión y deja claro, que tu no tienes nada personal;  pero dado que la situación toma otros tintes, es mejor dejar hasta ahí.

9. Tener la mayor cantidad de argumentos de todo tipo

Debo confesar un placer culposo, y es la de irme a discutir a YouTube con el único propósito de entrenar mis habilidades de argumentación. Enfrento cualquier tema, así sea que no sepa mucho, así sea que incluso esté de acuerdo, y todo con el único fin de aumentar mis habilidades.

La clave está en tener mayores argumentos que el otro, tener mayor conocimiento de todo, y en el caso de que no sepas de un tema, entonces utilizas los argumentos de otro tema. Me he enfrentado a discusiones de economía, sin ser mi área, y he salido victorioso, gracias a mi conocimiento amplio en otras áreas de la historia, la psicología, la ciencia. Esto es similar a cuando tú enfrentas a un boxeador y no sabes nada de boxeo, pero tienes mucho conocimiento de todo tipo de artes marciales: Karate, taekwondo, kung fu, etc. Entonces es muy probable que ganes, incluso si no sabes boxeo. Si eres una persona que sabes de muchas cosas, entonces  podrás desviar la conversación y enfocar desde estos puntos de vista.

10. Mucho sentido común

La lógica es la base de todo, cualquier cosa siempre se puede ver con claridad bajo la óptica del sentido común. El sentido común está en las cosas cotidianas, si tu eres capaz de trasladar cualquier tema a las cosas que suceden a diario, entonces podrás mostrar verdades irrefutables, ya que has trasladado la discusión a cosas que todo el mundo sabe, como lo es la propia vida. Aprenda a ubicar su punto de vista, dentro de un ejemplo común, mostrando las consecuencias de aplicar algo en la vida cotidiana, y se hará a entender mejor.

11. Use ejemplos, da un aspecto real

Cualquier cosa vale poco desde la teoría, pero si puedes  trasladarlo a la realidad, entonces cobrará mucho valor. Si tienes las capacidad de sustentar tus palabras con hechos reales, con cosas que están sucediendo, entonces mucho mejor. Serás más creíble si puedes contar algo que sucedió. Si la otra persona no tiene ejemplos, entonces no tendrá manera de ganar.

Por ejemplo una discusión sobre fútbol, y de repente alguien dice: «Miren que en la copa mundial, en el partido de alemania contra italia, el técnico alineó a sus jugadores con esa táctica y ganó el partido después de ir perdiendo 3-0», contra eso no hay modo de discutir.

12. Uso puntos de referencia que sean percibidos como autoridad

Todos obedecemos y respetamos algo. Por ejemplo cuando eramos niños, algo era aceptado  y no admitía discusión, simplemente porque lo decían nuestros padres. De igual manera en la vida cotidiana, hay entidades y persona de referencias que nadie se atrevería a discutirlo.

Por ejemplo la ciencia, el gobierno, los psicólogos, personalidades como Einstein, y en general cualquier institución y autoridad, es algo que nadie discute. Si en medio de una discusión dices: «Pero es que el gobierno ya desaprobó esa medida», entonces  ya por defecto esa propuesta de la otra persona, ya queda desaprobada.

13.  Lleve a la persona a  enfrentar las consecuencias de sus opiniones

Es importante que la otra persona dimensione lo que está diciendo de una manera visual, práctica. Ofrezca un escenario extremo en donde la otra persona sufre a causa de esa opinión. Por ejemplo una vez me enfrente en una discusión a alguien que insistía en unos acuerdos de paz y hablaba del perdón, entonces como argumento le dije que definitivamente yo no le daría a cuidar una familia, de que entonces si un ladron violaba a su mujer, de seguro él no haría nada. En el caso contrario, también puedes ganar la discusión diciendo que definitivamente no le confiarías la diplomacia de un país, porque de seguro terminaría en guerra con miles de muertos.

Ya lo he dicho, las discusiones no importan mucho, todo está en la habilidad del argumentador.

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foto vía:  bubbo.etsy.com