El budismo tiene sus cosas positivas y negativas de las cuales vamos a hablar, pero no hay que negar que ha hecho uno de los principales aportes a este tema de la gestión de emociones que es tan difícil, y que muy pocas personas han dado un aporte tan significativo.
El esfuerzo que hizo el personaje conocido como buda es de reconocer y admirar. Miremos cómo sucedió y qué enseñanzas del budismo podemos aprender.
Se dice que Buda era un príncipe que nació en la antigua India, alrededor de los 600 años antes de Cristo. El nació en medio de la opulencia y su padre el Rey se preocupaba por que no tuviera ningún padecimiento, lo cual le mantenía alejado de los sufrimientos de su pueblo.
En algún momento en su salida a la ciudad, se dio cuenta que había gente enferma y que padecía, esto le generó mucha curiosidad, y quería saber porque. Su padre no le dejaba salir, así que esta obsesión por conocer porque la gente sufría, se empezó a apoderar de él, así que finalmente huyó del palacio, y empezó a recorrer diferentes lugares para así llegar a descubrir por qué la gente sufre y cómo pueden dejar de sufrir. Estuvo en toda clase de doctrinas, hasta que finalmente en sus actividades de meditación llegó a sacar unas conclusiones.
El hombre decía que la raíz del sufrimiento era el deseo, ese deseo irrefrenable por hacer cosas que le hacen daño, una persona puede pensar que una cosa le perjudica o que debería actuar de otra manera, pero termina siendo esclavizado por sus deseos y pasiones, siendo arrastrado irrefrenablemente ante aquello que le hace daño. De aquí nace lo que llaman la ley del karma. El karma en el budismo es que toda acción lleva una reacción.
La solución que encontró Buda, era que todo estaba en controlar la mente, la cual debido a que es irrefrenable y caprichosa, nos hace hacer cosas de las que nos arrepentimos.
La mejor manera para controlar los pensamientos caprichosos según Buda, era la meditación. De tal manera que a través de ella, podemos frenar los pensamientos y deseos y entrar en un estado libre de estos, para así actuar de una mejor manera. Por eso una de las principales costumbres del budismo es la práctica de la meditación.
Si nos ponemos a analizar, se puede decir efectivamente y de una forma muy básica pudo encontrar una de las causas del sufrimiento y una de las posibles soluciones.
Hay que tener en cuenta que en esas época, la gente no sabía leer y era un poco más salvaje, así que no había espacio para tecnicismos raros, aquí eran soluciones básicas y prácticas.
Alguien arrastrado por la desesperación, el odio, el estrés, puede recurrir a la meditación y así aliviarse de dichas emociones. Es una solución sencilla y muy efectiva, que casi nadie le presta atención, seguramente por el aura místico y religioso que tiene.
El budismo, como solución definitiva de vida es bastante incompleto, ya que no se concentra en descubrir las causas de las acciones ni de entrenar la voluntad. Lo cual por supuesto era muy difícil para esa época, y que hoy en día gracias a todo lo que sabemos del comportamiento humano, podemos abordar con un poco más de profundidad.
De todas maneras tenemos que estar más que agradecidos con Buda, con su sacrificio, por su nobleza, y por dar uno de los mayores aportes respecto a aliviar el sufrimiento, nos habló de la importancia de la meditación, y debemos unir su descubrimiento a tantas cosas que aprendemos día a día.