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Ser responsable es una gran virtud, todos lo saben; ya que eres una persona más consciente, eres capaz de medir consecuencias y además puedes evitar ciertos hechos; pero esto puede generar puntos ciegos en la personalidad, que a la larga les puede ocasionar problemas, y es por eso que un responsable se puede sentir incomprendido y abusado, veamos que sucede.

La diferencia entre los tipos de personalidad, el responsable y el relajado.

Si bien hay muchos tipos de personas, unas de las más destacadas son estas dos, por un lado, están las personas que llegan a tiempo, que cumplen con lo prometido, y por el otro lado tenemos a las personas que son incumplidas y aprovechadas.

Las personas responsables trabajan mucho, siempre tienen el tiempo ajustado, mientras que el relajado, pese a la cantidad de trabajo, se saca su tiempo, y no le importa que las cosas le sobrepasen, ni las consecuencias que pueden venir de no terminar algo.

Si hay una reunión y todos tiran al piso la basura, el responsable es el que no las tira al piso, y muchas veces termina recogiéndolas.

Cómo se forma la conducta de un responsable, y que les hace ser así.

Las personas responsables generalmente son más conscientes de las demás personas, de su entorno y de lo que puede suceder. Esta consciencia generalmente está asociada a la educación de los padres y a duras experiencias que tuvo que enfrentar y necesariamente superar, lo cual le ha quedado grabado como un aviso de lo que sucede si deja que las cosas le tomen ventaja.

Es un luchador, ya que dificultad que aparece, es una dificultad que debe de superar, problemas que aparecen, son problemas que debe dejar solucionado, ya que por experiencia no le gusta verse envuelto en problemas. Tiene temor a los problemas.

Por naturaleza el ser humano le gusta evitar el esfuerzo. El relajado es de personalidad tranquila, ya sea porque no le enseñaron a ser conscientes de ciertas situaciones, o porque no ha vivido situaciones en las que la única solución es enfrentar y superar. Si el responsable es más valiente, el relajado es más astuto (no necesariamente más inteligente), ya que se ha ideado la forma de salirse de situaciones comprometidas, sin recurrir al esfuerzo, ya que no es capaz de esforzarse.

5 puntos ciegos de la personalidad responsable y como superarlos.

1. Las personas responsables siempre tienen más trabajo.

La razón por la que una persona responsable se les ve con más trabajo, es que son conscientes de las tareas pendientes y no les gusta dejar tareas pendientes, les incomoda saber que hay una cantidad de trabajo acumulado, y se esfuerzan por culminarlo dentro de los plazos establecidos. Esto les hace que no se fijen si hay algo que les supera las fuerzas, y por tanto simplemente lo enfrenta, porque para ellos inconscientemente no hay cosas imposibles, sino cosas que hay que superar.

La persona relajada, si ve que hay muchas tareas pendientes, hace hasta donde puede y lo otro lo deja ahí sin importar las consecuencias o sin importar si quedan mal. Llegado el momento de las consecuencias inventa una excusa, le asigna la responsabilidad a otro, o simplemente a través de un acertado dialogo convence al que le señale, de que no se preocupe.

Aquí el responsable se le ha olvidado cultivar esas habilidades de comunicación que son necesarias para convencer a otros de que le ayuden, tan bien debe ser consciente de que hay límites, y que todo tiene un plazo para dedicarse a ello, debe aprender a convivir con cosas pendientes, simplemente no se puede con todo.

2. Las personas responsables son abusadas.

La persona responsable es más resistente, más capaz, y su esfuerzo está enfocado en la acción, en el hacer, en el superar, mientras que los demás no se enfocan en el esfuerzo, no son su punto fuerte, sino que se concentran en la astucia que le evita el esfuerzo, y por tanto no dudan en descargar sus pesos sobre el responsable.

El relajado ve desde la comodidad como el responsable se ahoga en un mar de cosas por hacer, y como lucha y como sale adelante a la final, y la verdad no se entristece, es una persona que ha aprendido a pensar en sí misma y en su bienestar. Aquí la persona responsable debe aprender a ser sensible sobre sí mismo, a no dejarse absorber por la meta. Tiene que aprender a ser egoísta a pensar en sí mismo, y no asumir los problemas de otros como suyos, a no tratar de salvar el mundo, debe de poner por delante su vida, y dejar por detrás los problemas de otros, hasta cierta parte.

El otro problema con el responsable es que debido a su capacidad de acción siempre se quedan en puestos operativos que requieren enormes dosis de trabajo manual, se quejan inconformes de que no les tienen en cuenta, esperan que los demás les reconozcan, pero nadie lo hace, ya que cada cual tiene sus propios asuntos en que pensar. Aquí la frase que dice: “No hay que pasarse de bueno ni de malo”, tiene mucha razón, porque el que se pasa de bueno en algo, termina toda la vida en ello.

3. Las personas responsables no saben decir no.

En general el responsable acepta todo lo que se le ponga enfrente y lo supera, no conoce límites; y decir que no, es decir en el fondo que no puede, cosa que no le gusta escuchar. Claro que esto también tiene que ver con las personalidades complacientes que les da miedo negarse a los demás, quizás por algunos padres de carácter que no admitían un no, así que aceptan todo, aunque solo cumplan la mitad de aquello a lo que se comprometen.

El hecho es que, si un responsable a demás no sabe decir no, entonces se llena de cargas, espera a que los demás comprendan su situación, pero los demás tienen sus propios problemas como para estar pensando que le sucede a cada persona que conoce, así que el responsable acepta esos problemas en su vida por propia voluntad, y el mismo se enreda sin necesidad. En este punto debe aprender a decir que no, sin temer a como pueda reaccionar el otro.

El otro problema es que el responsable es recursivo, sabe aprender a trabajar con lo que tiene, y sin darse cuenta termina trabajando en precarias condiciones. El relajado consciente de sus necesidades exige cosas para su bienestar, y el responsable debe de aprender a ser exigente respecto a las cosas que necesita.

4. Las personas responsables se estresan más.

Ser consciente trae sus consecuencias, el darse cuenta de lo que está sucediendo, lo que puede suceder, y pensar en ello, necesariamente produce estrés. La mente por naturaleza es reactiva, es decir, no podemos evitar sentirnos mal por ciertas cosas, ni tampoco reaccionar de cierta manera. El responsable no es capaz de apartar su mente sobre aquello que no ha sido solucionado, entonces en momentos de descanso, siempre está pensando en los problemas. Además, son cositeros, se pegan de los detalles y una mínima cosa mal hecha, los incomoda.

La persona relajada no carga con todas estas cosas en su mente, no piensa mucho en ello, es capaz de apartar su mente de esas cosas y por tanto su mente no puede reaccionar ante ello. Cuando se apartan de sus labores y descansan, lo hacen sin ningún inconveniente. No se preocupa por los detalles, no cree que merezca la pena preocuparse tanto por ello.

La persona responsable debe de aprender a dejar de concentrarse tanto en los detalles, porque las cosas no siempre son perfectas, y si uno busca entonces encuentra, hay que aprender a apartar la mente de las situaciones, porque si no lo hace, no podrá evitar sentirse mal, estresarse o sufrir alguna enfermedad.

5. Las personas responsables terminan por sacrificar su vida, su salud y su familia.

En definitiva, una persona responsable siempre es dedicada, ya sea en su trabajo, en sus proyectos, y se olvida de su familia y de su propia salud. Es algo que hace sin darse cuenta, ya que no es capaz de evitar el tratar de solucionar asuntos pendientes, y como siempre los va a haber, entonces queda atrapado en un círculo vicioso, luchando. Muchas veces pueden convertir a su familia en su paño de lágrimas y desahogo, los cuales pueden terminar aburriéndose.

Las personas relajadas, son egoístas, se ponen por delante a ellos mismos, a su salud y comodidad, luego a su familia, y finalmente el resto del mundo, siguen un orden lógico que les hace vivir más tiempo, en compañía de los seres queridos. Aunque se debe decir que necesariamente son más conformistas, no tienen muchas ambiciones, y aprenden a vivir con lo que tienen, ya que desarrollan un nivel de adaptabilidad a los problemas que vienen de ser relajado.

Las personas responsables son más ambiciosas, creen que hacer más, implica que en algún momento llegará el momento de las recompensas, quieren tener más, y se esfuerzan por ello, abandonando todo lo demás. En este punto deben de aprender a detenerse, a escuchar las alarmas de su cuerpo y su familia, y saber también que les necesita.

Equilibrar la personalidad.

Retomando la frase que dice que no hay que pasar ni de bueno ni de malo, entonces hay que aprender a equilibrar la personalidad. El responsable tiene una gran ventaja, y es que ha desarrollado una capacidad de acción y de conciencia difícil de lograr, pero en tal logro ha perdido la perspectiva de otros aspectos que le perjudican sin darse de cuenta.

Debe de aprender mucho de las personas relajadas sin perder esa capacidad de acción. Logrando esto, podrá ser una persona con capacidad de logro y de progreso, que además es capaz de vivir tranquilo junto a sus seres queridos.