El exceso de información es un problema con el que vivimos a diario y quizás se puede estar convirtiendo en un factor en contra en el logro de nuestros propósitos. En esta época la superación personal tiene mucha fuerza, debido a que se está dependiendo menos de las creencias y se espera mucho del propio esfuerzo para solucionar nuestra vida. Muchos devoran libros a diario sobre estos temas; pero este cumulo de información que se recibe a diario, poco a poco se vuelve en un hábito en que se quiere aprender más; pero se aplica menos.

La repetición es una solución a esto. La repetición es la forma en que la mente puede llegar a asumir algo de manera automática. Por ejemplo, si miramos la publicidad grandes compañías a pesar de su fama siguen inundándonos sus mensajes. Esto lo hacen para que no nos olvidemos de la marca. Uno solo puede tomar decisiones a partir de algo que se recuerda, y ello solo puede suceder cuando estamos acostumbrados a repetir algo.

Los siguientes principios de superación personal, son cosas que pudiéramos caer a veces en cuenta; pero que por estar leyendo una y otra cosa, solemos olvidarles y por tanto no las aplicamos. La idea no es dejar de leer muchos temas, si no que al menos tengamos fijo en la mente algunos principios que nos puede servir mucho en nuestra vida, y para ello necesitamos recordarlos a base de la repetición.

 

1.  Confía en ti mismo, ten actitud, y ya habrás dado el primer paso para lograr lo que quieres.

La confianza en sí mismo es algo que solemos perder a diario. Nos sentimos incapaces de lograr algo cuando vemos la falta de confianza de otros, cuando percibimos algo como complicado, o sencillamente cuando cualquier situación nos está afectando. Ese sentimiento de impotencia es muy grave, ya que disminuye el esfuerzo personal, la mente se aparta de la solución y suele caer en auto compadecerse. Enfrentar un conflicto con la mitad de nuestras fuerzas aminoradas, sintiéndonos inseguros, es ir inevitablemente al fracaso.
Cuando confiamos en nosotros mismos, entonces a pesar de la situación creemos que vamos a encontrar la solución, y eso hace que la mente y nuestro esfuerzo se enfoquen de manera natural, dándonos mayor probabilidad de éxito. Además una persona con confianza es si mismo intimida e influencia más fácilmente a los demás, que una persona insegura. Si tuviéramos que escuchar alguien, si hay alguien que nos inspira respeto y por tanto le hacemos caso, es la persona que se ve segura de sí mismo.
Respecto a la actitud, si esta es la de un perdedor, la de un sufrido, debido a que una situación lo hizo sentir como un fracasado, entonces dicha actitud genera lastima y en otros caso rechazo. Una persona que se ve tan frágil no es alguien en la que podamos depositar confianza. Por eso a pesar de las situaciones duras, una persona debe de actuar como alguien que tiene todo bajo control, que sabe lo que hace. Sobre todo en un líder, esto logra un efecto de confianza en los demás. En la serenidad que se asume en momentos de caos, se conoce la fortaleza del líder.

 

2.  Piensa en grande, piensa positivo, piensa en calidad, piensa bienestar.

Pero ese pensamiento positivo no es de autoengaño, ya hemos dicho que el positivismo no se debe convertir en una negación de la realidad, si no en un enfoque. Me explico; si usted evidentemente no tiene plata, no se puede mentalizar que usted es millonario, porque la mente subconsciente sabe que esto no es una realidad, y esto de manera inconsciente le genera frustración e inseguridad. Con pensamiento positivo me refiero a la proyección que hace de sus actos. Al emprender un proyecto que definitivamente tiene que hacer, no se esté recordando sus fracasos, no se llene de inseguridades, más bien piense en sus triunfos, en que lo va a lograr.
El mantener nuestra mente llena de pensamientos de vivir con bienestar, de pensar en cosas grandes, hace que nuestra mente subconscientemente busque ese tipo de situaciones. Recordemos que tomamos decisiones a partir de las cosas que están fijas en nuestra mente, y si en ella está un pensamiento relacionado con el bienestar, entonces eso hará.

 

3. Aprende a medir las consecuencias de tus actos según lo que quieres para tu vida. Siempre piense muy bien lo que vas a decir y hacer.

Uno de los principales causas por la que nos metemos en tanto problemas, es que no pensamos bien, antes de decirle algo a alguien, o antes de emprender una acción. Lo que nos impulsa a actuar la mayoría de las veces son las emociones, entonces por entusiasmos, decimos algo que no debe ser dicho, por ira herimos a alguien apreciado, por orgullo tomamos una decisión equivocada, etc.

No actué con la mente caliente y llena de emociones, es recomendable dejar pasar un tiempo prudencial, hasta que la emoción haya pasado. Entonces luego con la cabeza bien fría, debe pensar exactamente en la situación y como la va a afrontar. Defina cada palabra y sus efectos, busque la mejor manera, el mejor momento y lugar. Una vez este claro, entonces proceda sin vacilación.

Nosotros definimos las cosas en base a una interpretación, así que las cosas hechas de manera apresurada o dichas de cualquier manera, no dan muy buena imagen. La imagen es la que nos llevamos de las cosas que las demás personas dicen y hacen. Dependiendo de la imagen que tengamos de los demás, entonces los respectamos, los admiramos, le damos nuestra confianza, o nos burlamos, lo apartamos.
Debemos de crear la habilidad de entender y ponernos en el lugar del otro, conocer las cosas que puede asumir como ofensa, las cosas que le dan confianza, y así sabremos mejor como tratarlo, esto es inteligencia emocional.

Todas las cosas en este mundo para que queden bien hechas requieren una preparación. Pensemos en las cosas que decimos a los demás, como un producto que le estamos vendiendo y que la otra persona en base a ello va a tomar decisiones. Nosotros día a día nos estamos vendiendo a los demás, así que debemos de cuidar nuestra imagen. No se trata con esto de racionalizarlo todo, si no que en las decisiones más importantes en nuestra vida, pensemos muy bien las cosas, para después no arrepentirnos.


4.  Desarrolla diariamente un hábito positivo.

La mayoría de nosotros a veces podemos sentirnos como que perdimos el día, que no se hizo nada de lo planeado, o en el peor de los casos, es que llevamos mucho tiempo estancado.

Solo los actos hacen la diferencia. Así que debemos de pensar de entre todas las cosas que faltan por mejorar en nuestra vida, a cual debemos dedicarle un tiempo. Luego de haberlo elegido, debemos de interiorizarlo, de grabarlo nítidamente en nuestra mente. Y luego proceder en ese sentido hasta lograrlo. Una vez hecho esto, debemos de avanzar y no quedarnos ahí. Si hay algo que lo está estancando, le está consumiendo, entonces abandónele y avance.

Ya vimos en el artículo pasado que la cuestión de falta de dinero y de tiempo, no es más que un desorden y un problema de percepción. Así que esto no debe de ser excusa para empezar un nuevo hábito. La idea es que con el tiempo usted esté lleno de hábitos y potenciales, y no repleto de vicios y malas costumbres.
Deje de vivir para cumplirle a los demás, para cumplir con las obligaciones que el destino le ha impuesto. Empiece a enfocar sus esfuerzos en lograr cosas que usted conscientemente quiere para su vida.

 

5.  Se hombre de palabra. Aprende a centrarte en los resultados.

De las cosas que más vivimos a diario, es que muchos prometen, dicen que van a hacer algo y no lo hacen, se les pide algo y no es lo que esperamos, o no lo hace a tiempo. Respecto a nosotros, nos proponemos algo y no lo logramos, o lo dejamos a medias. Es entonces la cruda realidad, nadie espera nada de nadie, y nadie espera de nosotros nada, porque sencillamente no tenemos palabra. Hoy decimos una cosa y mañana quien sabe. Lo ideal sería que hoy se dijo una cosa y mañana aún se dice la misma cosa, y que si dijo que no, es que no, y si dijo para tal fecha, es para tal fecha. Con esto, la gente nos va a coger confianza, nos vamos a llenar de buen prestigio, porque hacemos lo que decimos. Nos convertimos en personas de resultados, de triunfos, porque todo lo que nos proponemos lo logramos.

Para cumplirle a los demás, debemos adaptarnos a lo que la otra persona piensa que debe ser un resultado, y no a lo que pensamos que sería mejor. También debemos aprender a pensar en cosas específicas, es decir que si nos proponemos algo, no le demos vueltas, y mejor hagamos algo que de resultados. Por ejemplo, muchos quieren rebajar de peso, y se pasan mucho de su tiempo leyendo del tema, teniendo buenas intenciones; pero no hacen nada específico por perder peso. Por ejemplo, si usted sabe que el comer muchas harinas le engorda, entonces decida que a partir de ahora, en todos los desayunos en su casa, y por un mes no va a comer pan. Luego llegada la fecha, coma todo el pan que quiera, pero lo importante es que usted cumpla su palabra. Incluso puede comer pan fuera de su casa, o comer pan por la noche, pero lo importante es que lo que se propuso lo cumpla, y esto le dará confianza para seguir avanzando en el proceso. Es a esto a lo que me refiero con concentrarse en los resultados, y puede ser aplicado a muchos aspectos.

Aprender a ser de resultados también implica aprender a liviana las cargas. Evitemos el sobrepeso en lo que decimos y hacemos. Es decir que no sobrecarguemos a los demás con cosas que no nos están pidiendo, ni con explicaciones largas. Siempre que hagamos algo, pensemos en que le sobra y como ser más concretos.


CONCLUSIÓN

Como ya les dije antes, solo tomamos decisiones a partir de las cosas que más recordamos. Solo nos acordamos de las cosas que mantenemos repitiendo. Es entonces por eso la idea de leer esto a diario, así sea solo los 5 títulos. Ya que cada uno de estos principios de superación personal, aportan mucho a nuestra vida, y si nos lo grabamos en nuestra mente, entonces van a influenciar mucho nuestra forma de actuar, y por tanto mejorar nuestra vida.