Seguro muchos de nosotros tenemos metas, proyectos y deseos que cumplir, y la mayoría de ellos se quedan en las solas intensiones. Todo el mundo quieren viajar, tener el suficiente dinero para dar las mejores oportunidades a sus hijos, pagar deudas, poder dejar un vicio, dedicarse a estudiar. ¿Entonces porque la mayoría no pasa de las buenas intenciones?. ¿Como mejorar estos aspectos?
1. Esa costumbre inconsciente de creer que no vamos a lograrlo.
Estará usted de acuerdo que son muchas las ocasiones en las que no hemos logrado lo que nos proponemos, ya sea porque no supimos hacer algo o no tuvimos la suficiente fuerza para hacerlo. El hecho es que eso queda guardado en el subconsciente y genera una especie de costumbre y de certeza de saber que no vamos a lograr la mayoría de cosas que queremos, y por tanto no lo intentamos.
Logramos superarlo al solucionar esa falta de fe en sí mismo, no somos diferentes a nadie, todos tenemos las mismas dudas, el mismo desaliento frente a ciertas cosas, los problemas de autoestima, etc. Si alguien lo logro, entonces usted también puede. Usted pudo fallar por falta de conocimiento y experiencia, y esto tiene solución.. El negativismo, el miedo, le hacen creer que no es capaz, y la verdad es que usted es capaz de hacer potencialmente cualquier cosa que otro ser humano haya hecho. Esto es lo primero que debe tener claro, saber que puede.
2. Tantos deseos y cosas por hacer que no sabemos lo que queremos.
Nuestra mente esta tan inundada de deseos y cosas por hacer que no sabemos qué hacer ni por donde iniciar. Queremos hacer deporte, estudiar otra cosa, pagar deudas, etc, que a nuestra mente le es difícil saber hacia que dirigir sus esfuerzos. Tantas cosas al mismo tiempo generan un efecto de inmovilidad en la mente, es como cuando estas en la universidad y tienes 5 exámenes el mismo día; entonces esa incertidumbre de no saber por dónde empezar no te deja concentrar y hacer las cosas bien.
Si esto lo decimos de algo que hay que hacer por obligación, entonces el efecto en algo que nadie nos lo obliga a hacer se multiplica por mucho más. Usted puede mejorar esta parte si logra enfocarse. Debe de aprender a tener claro el aspecto de su vida que realmente quiere solucionar. Para ello debe decidirse por algo y una vez tomada la decisión saber que lo va a intentar hasta lograrlo, y que lo otro debe de esperar. Recuéstese y piense que es lo fundamental en su vida, piense que le depara su vida si sigue como esta, piense los cambios que le va traer si hace lo que debe de hacer.
3. No hacemos las cosas simplemente por no recordar el motivo.
Diría que este es el principal, dado que seguramente estamos claros de que debemos hacer algo, y en el transcurso de los acontecimientos diarios se nos olvida. Supongamos que usted le gustaría adelgazar, y sabe que no debe comer a destiempo, y puede suceder que alguien le ofrezca un delicioso pastelillo y usted lo come por el simple hecho que no recuerda su propósito, ni los motivos para hacer o dejar de hacer algo. La solución es repetir hasta que lo interiorice en su mente. Repetirse la motivación para hacerlo. Todas las noches, todas las mañanas, debe de repetirse y recrear en su mente lo que debe de hacer, recordar el motivo porque debe de hacerlo, recordar las consecuencias de no hacer lo que debe de hacer. De este modo cada vez tendrá motivos para hacer lo que debe de hacer y no hacer lo que no debe de hacer.
4. La impulsividad y la vida cotidiana evita que controles tus reacciones.
La fuerza de la costumbre es demasiado fuerte y ella es la responsable por la que no cambiamos. Es decir que usted no puede evitar actuar como siempre ha actuado, ya que la acción vence al pensamiento. Una intensión unida a una motivación no vence fácilmente a la fuerza de la costumbre y más si suceden imprevistos. Supongamos que usted tiene claro que quiere dejar de fumar y que no va a comprar cigarrillos, y por un tiempo usted lo cumple, solo que no le es fácil dejar la costumbre de fumar cuando le sucede un stress, un momento feliz, cuando alguien le ofrece, ya que son tantas cosas que lo provocan que usted sencillamente no es capaz de vencerles a pesar de la motivación. Luego de usted volver a hacerlo, entonces lo retoma con más fuerza.
Aprenda a programar su día a día y esto le ayudará bastante. Aquí debes de extender tu control a todos los aspectos de tal manera que nada se salga de tus manos, sobre todo respecto a lo que te has propuesto. Debes de disminuir los imprevistos, hacer una programación de la manera de proceder en el día. A la hora de levantarse usted debe de programar cada tarea del día y como la va a hacer. Si existen actividades que no le dejan cumplir su propósito, debe de reemplazarlas por unas que si se lo favorece. De este modo al enfrentar el nuevo día usted encontrará un terreno abonado para el fruto de sus acciones, y no una serie de imprevistos que lo llevan de un lado a otro lejos de su objetivo.
5. Multiesfuerzo y multitareas no te dejan acumular fuerza.
Antes de hacer cualquier cosa debemos de tener alientos para hacerlo. Vivimos llenos de pereza, y no es porque el cuerpo este mal alimentado, sino por la falta de buen descanso, y por el exceso de cosas que ocupan nuestras actividades. Es decir que día a día vivimos a medias, y hacemos las cosas e medias. No podemos pretender que nuestra fuerza de voluntad alcance para hacer muchas cosas. Si no quiere mantener con pereza y por tanto bajo de voluntad para hacer lo que debe de hacer, lo primero es dormir bien, hacer el modo de que al levantarte tu cuerpo no te pida descanso. Lo otro es empezar a disciplinar ese cuerpo perezoso acostumbrado a estar recostado, y para ello debes de llevarlo al gimnasio, a clases de yoga, a clases de artes marciales, y cualquier actividad que requiera disciplinar tu cuerpo, de este modo vencerás esa pereza que mantienes por pararte a hacer alguna cosa que requiera esfuerzo.
Evita el agotamiento y ejercítate para mantener siempre con fuerzas. Lo otro es que si el día lo deja agotado, disminuya el número de actividades innecesarias que no tienen que ver con su objetivo y reemplácelas por las que que favorecen su propósito. Mantenga su mente liviana, que sus pensamientos no sean un obstáculo, no se desgaste pensando en lo que otros hacen o dejan de hacer, y enfóquelo en su objetivo. De este modo, un estado anímico idóneo, unido a un cuerpo con fuerzas, podrán realizar cualquier cosa.