El símbolo es una herramienta que se utiliza para sintetizar en unos solos trazos un conocimiento muy extenso.  Empezaremos a hablar en este blog de algunos de esos símbolos de la antigüedad, ya que es importante conocer su influencia en el inconsciente colectivo, como se usan actualmente en la cultura, de donde surgieron, y el tipo de significado que tienen. Si bien la ciencia moderna nos da grandes luces sobre muchas cosas, los antiguos sintetizaban todos sus conocimientos a través de dichos símbolos, y es importante conocerlos.

Breve introducción histórica.

En artículos anteriores hemos hablado de la importante civilización sumeria (Actual Irak), y de cuan avanzados estaban para su época. De esa región surgieron toda clase de mitologías que influenciaron en parte a la cultura oriental, a la mitología griega, y también a la hebrea.  Los arqueólogos han encontrado toda clase de documentos antiguos en esta región, y muchos de ellos son historias que se han replicado en ese texto sagrado de los hebreos; llamado la Toráh (lo que el cristianismo adjunto en los 5 primeros libros de la biblia)

En todo caso; dice la mitología que Abraham salió de Ur de caldea, y luego un ser superior le empezó a entregar el conocimiento de la cábala, el cual sería una tradición oral que se transmitió solo de boca en boca a través de cientos de años, inicialmente entre los israelitas y finalmente entre los judíos. Solo hacia el año 100 d.c uno de esos rabinos empezó a publicar ese conocimiento, y a partir de ahí se haría muy popular en occidente, sobre todo el símbolo del árbol de la vida.

Sobre si esto realmente es así, eso solo lo sabe realmente el que lo escribió; los demás solo especulamos.  Lo importante es que a partir del sentido común y la utilidad de algo en términos prácticos, podamos sacarle provecho en nuestra vida diaria.

El árbol de la vida.

Este símbolo pretende explicar las cosas superiores, como están organizadas, y cómo funciona el desarrollo espiritual de hombre. Cada una de las esferas, representa un dios, un atributo, un planeta, una jerarquía celestial (desde los ángeles hasta los querubines), un plano, una parte del cuerpo humano, entre otros simbolismos más. Como podemos ver, el árbol de la vida sintetiza en sí, todo una cantidad de simbolismos antiguos.

Lo importante y a términos de lo tratado en el blog, solo hablaremos de los atributos asociados a cada esfera.  El triángulo superior representa lo mental, el del medio representa la parte emocional, y el inferior la parte material. Cada triangulo trae consigo un par de atributos opuestos correspondientes a cada plano, y del equilibrio de entre ese par de opuestos, es que se consigue el atributo de en medio, que representaría lo que todos buscamos.

  1. Los atributos de la inteligencia y la sabiduría en la parte mental.

La esfera superior, el sephirah 1 representa la corona de la vida, la cual se consigue a través de la aplicación de la segunda esfera (la sabiduría) y la tercera esfera (la inteligencia).

Esa corona significaría el triunfo en nuestra vida diaria, el logro de nuestro proyecto de vida, es decir coronar lo que nos hemos propuesto para con nosotros, y además de ello tener tranquilidad y cierto grado de libertad.  Esto requiere una aplicación constante de dos atributos mentales opuestos: La inteligencia y la sabiduría.

Cuando hablamos de sabiduría, siempre lo asociamos a un ermitaño, alguien aislado dedicado a la contemplación de la vida, que sabe muchas cosas de la vida (no confundir con alguien que repite lo que ha leído en muchos libros). Mientras que la inteligencia la asociamos a personas muy activas, de mucha participación y logros en la vida diaria.  La sabiduría es ese conocimiento claro y profundo de las cosas desde sus causas hasta sus efectos; y se desarrolla a través del conocimiento y la reflexión.  Respecto a la inteligencia, es el uso efectivo de nuestros atributos y del medio que nos rodea, y se desarrolla enfrentando retos y esforzando nuestra mente en la solución.

Es decir que si se se va tras un atributo, difícilmente se puede desarrollar el otro.  Más en este caso, donde uno se desarrolló del aislamiento y la contemplación, tal y como sucedió con la sabiduría oriental, y el otro viene del enfrentar y triunfar muchas situaciones cotidianas, como es el caso de la cultura occidental.  De la unión de este par de opuestos es que logramos la suficiente claridad mental, para tomar buenas decisiones en nuestra vida, que nos llevara a coronar en buen término nuestros objetivos.

Alguien puede ser muy inteligente para conseguir las cosas, pero no por ello ser capaz de concebir las consecuencias de sus actos en muchos aspectos.  Alguien puede ser un sabio, y darse de cuenta del porqué de muchas cosas que a los demás confunde, pero puede estar arruinado económicamente. El equilibrio estaría en tener claridad acerca de muchas cosas, y a la vez ser alguien exitoso.

  1. La fuerza y la suavidad en nuestras emociones.

El sephirah central, el número 6, es el asociado a la belleza, a la armonía, al equilibrio.  Este es el medio, en donde se equilibran todas las fuerzas. Luego tenemos el par de opuestos que nos permite lograr el atributo de en medio. El número 4 en el hombro izquierdo corresponde a la misericordia, la suavidad, y el 5 en el hombro derecho corresponde a la fuerza, la inflexibilidad.  Es decir que la armonía en cualquier aspecto solo viene de lograr un equilibrio en la aplicación de la dureza y la suavidad.

Este par de opuestos se aplica a todos los aspectos de la vida.  Unos padres muy blandos con sus hijos, genera rebeldes guiados por sus propios caprichos e inmadurez.  Unos padres muy rígidos, generan hijos faltos de criterio propio a los que se les suprime la voluntad para enfrentar la vida.  Si lo vemos desde el punto de vista de una relación, hay que llevar un equilibrio entre dominar la relación y ser dominado, ya que un desequilibrio en esto, termina con el amor.

Del abuso de cualquiera de las cualidades opuestas se generan toda clase de vicios.  Del abuso de la fuerza, nace la brutalidad, la impiedad, la impulsividad, la falta de reflexión en los actos.  Del abuso de la suavidad, nace la flojera, la falta de disciplina, la pereza.  Del equilibrio y el proporcionado uso de estas fuerzas contrarias, es de donde nace la armonía.  Una persona equilibrada y con salud emocional, es aquel que sabe decir que si, y sabe decir que no, que logra un equilibrio entre ser arriesgado y prevenido, entre saber ceder la razón, y saber imponer la propia, entre ser un crédulo y un escéptico, etc.

  1. El fundamento.

El sephirah 9 es conocido como el fundamento, y en el cuerpo está asociado a los órganos sexuales.  Se le dice que es el fundamento porque es el que básicamente sostiene a todos los demás sephirah.  Es decir que este representa el cumulo de toda nuestra energía para hacer las cosas, y de los atributos que tiene a su alrededor dependerá que conservemos las energías, o las perdamos. Si habláramos en términos materiales lo podríamos asociar con el dinero, ya que éste es la base en lo que a lo material se refiere.

Por un lado tenemos a la esfera 8 asociada al planeta mercurio. En la mitología griega mercurio se le conocía como el dios de la comunicación; y es por esas habilidades de la comunicación que también se ganó otros títulos como dios del comercio, dios de los ladrones. El mensajero de los dioses.  Ya en el blog hemos hablado de la importancia de la comunicación, y el manejo de la imagen. Respecto a la esfera 7 asociada a venus, representa los placeres, los deseos.  Basados en las asociaciones a estos planetas podemos conocer varios atributos opuestos que de su equilibrio podemos lograr conservar nuestras energías psíquicas y materiales, o por el contrario perderlo todo. Para ello hay que lograr un equilibrio, entre cualidades opuestas como dar y el recibir, hablar y callar, mostrar y ocultar, etc. Si solo damos y damos, gastamos y gastamos, nos entregamos solo a los placeres, entonces a la final nos quedamos sin nada.  Si solo acumulamos y acumulamos entonces no se podrá invertir en nada, no se conseguirán cosas, y no habría disfrute de los placeres de la vida que tanto nos motivan.

Finalmente está el sephirah 10, que corresponde a la tierra, y a nivel psíquico lo podemos asociar a nuestra personalidad, y a nivel material le podemos asociar nuestro proyecto de vida. Es decir que a través de todos nuestros atributos podemos llegar a tener un manejo de nuestra personalidad y de los eventos que queremos vivir.

CONCLUSIÓN

Si bien el simbolismo del árbol de la vida tiene una cantidad de conocimiento antiguo, y está asociado a toda clase de explicaciones filosóficas que van desde la explicación espiritual del hombre, hasta sus dioses, me ha parecido importante mostrar únicamente la parte de los atributos asociados al árbol, ya que es otro ángulo desde donde se puede abordar la compleja psique humana, y esto junto a a otros tantos temas, nos da mayor claridad respecto a nuestra naturaleza humana.