Definamos el término de consciencia como el darse de cuenta de algo, de la realidad respecto a algo; pero no basado en preconceptos, si no en una percepción real. No es lo mismo hacerse a la opinión de las cosas, que vivirlas. Autoconsciencia es aprender a ver nuestra realidad sin preconceptos externos.

Nuestra realidad como un molde mental y cultural.

Nuestros pensamientos, las cosas que creemos y sobre lo que dirigimos nuestros esfuerzo no es más que un molde cultural, al cual nosotros nos ajustamos. Imaginemos que somos una gota de agua, que cae por una montaña y cuya ruta no la elegimos, si no que son las condiciones del terreno que nos dice por dónde ir, finalmente esta gota cae al agua. Autoconsciencia es la capacidad de reconocernos como esas gotas de agua, saber el terreno que nos rodea, y en que parte de ese terreno queremos estar y como lo vamos a hacer. Normalmente nacemos en unas condiciones de vida, en la medida que esas condiciones surgen, dichas condiciones nos van diciendo que tenemos que hacer, y a la final, no somos más que victimas de las circunstancias, viviendo una vida que no queremos vivir. Ahora a esto sumémosle lo que la sociedad en que nacemos nos dice que tenemos que hacer, si bien las culturas en las que nacemos es el fruto de años de experiencia y mejora, no por eso es la verdad, y debemos tener la capacidad de reflexionar sobre esas cosas que nos enseñan.

Eso que no te enseñaron sobre enfrentar la vida.

En el tema de enfrentar la vida estamos en ceros. En las escuelas nos preparan para ser una maquina de producción, alguien que va a una empresa a dar unos resultados. Nuestros pensamientos están absorbidos por conseguir de eso que las empresas producen y solo pensamos en cómo conseguir más. ¿De este modo, que sabes de la vida, y de lo que te sucede? Como no sabemos manejar nuestra vida, no tenemos ni idea de que es, ni cómo solucionarla, entonces no tenemos más remedio que creer en cuanta idea nueva aparece en algún libro con un titulo atractivo que ofrece soluciones fáciles.

Desde la antigüedad, y en distintas culturas, siempre han nacido hombres con inquietudes, que reflexionan sobre su realidad y lo que les rodea, dichos hombres sacan unas conclusiones algunas veces acertadas, pero no por esa la realidad. Dichos hombres que nacieron en épocas donde no había educación, y la gente era supersticiosa, fueron entonces elevados a mensajeros de los dioses, y crearon religiones con sus diferentes enseñanzas. Dichas enseñanzas de hombres que nacieron en otras condiciones de vida, en otras culturas, en otros tiempos, son las que forman parte de los preconceptos con los que se enfrenta la vida. Siendo tan desadaptados dichos conceptos al mundo moderno, entonces a veces pueden ser perjudiciales, por más acertados que hayan sido en sus épocas. Por otra parte surgen los movimientos del apasionado lector de filosofía y psicología, que escriben libros con soluciones ideales; que pueden ayudar, pero que no aplicamos.

La forma en que el pensamiento te duerme.

El conocimiento a veces puede ser una trampa de arena en la que te sumerges y no puedes salir. Hoy en medio de tanta información, los medios de comunicación, el internet llena tu mente de tantas cosas, que te olvidadas de que es lo que quieres de la vida y que tienes que hacer. Tus pensamientos divagan entre lo que sucede en el trabajo, luego entre lo que sucede en corea del norte, el último tráiler de película para ver, y la nueva funcionalidad de Facebook. Los libros tienen una ventaja, ya que dan una cantidad de respuestas acumuladas desde otras formas de ver el mundo y por eso recomiendo leer; pero los libros no dan la consciencia si no la creencia, es decir que ellos te ayudan con otras ideas sobre lo que puedes hacer; pero no te dan la solución. Es aquí donde ha surgido el otro problema, de que preferimos leer otro libro, que aplicar lo que leímos, ya que nos da miedo enfrentar la vida, y esperamos que al leer el siguiente libro nos dé la solución sin hacer un esfuerzo. De este modo hemos aprendido a mejorar nuestra forma de reaccionar ante la vida; pero no la capacidad de hacer la solución.

En tu pensamiento te encuentras con una cantidad de cosas que puedes hacer, y que a veces solo te sirve para justificar cada cosa que te sucede. Por ejemplo una situación difícil pensarás que es una prueba o que tienes que aprender algo, si alguien te critica; entonces empezarás a analizar sus errores, si cometiste un error, entonces pensarás que fallaste y que te perdonas y que no hay que preocuparse, si explotaste en una ira; entonces pensarás que debes dejar fluir tus sentimientos. Ya que si te aguantas a nivel interno te puede afectar. Con estos ejemplos, espero hacerme entender, todo lo que hemos aprendido solo nos ha servido para justificar cada una de nuestras acciones y lo que nos sucede, para evadir la vida, y no para solucionarla. De este modo en nuestro pensamiento nos creemos especiales, pero si se nos observa desde afuera solo somos unas personas corrientes como cualquier otra.

El desarrollo de la autoconsciencia.

Sumergidos en este mundo de ideas, seguimos siendo los mismos que no sabemos enfrentar la vida, nuestra capacidad de darnos de cuenta quienes somos, que estamos viviendo y cuál es la solución es poca. Debemos de llegar a un estado en el que no justifiquemos lo que vivimos, sino que reconozcamos la situación, y que podemos hacer. Veamos algunas claves.

1. La naturaleza de las cosas que nos rodean.

Debemos aprender a ver la forma en que nos influencia lo que nos rodea. Si leemos un libro preguntemos para que, y que cosas estoy dispuesto a aplicar de ello. Si estoy en un trabajo en qué forma me perjudica, que talento puedo desarrollar. El aprender a ver de qué forma nos afecta lo que nos rodea, hace que nos alejemos de lo perjudicial y nos acerquemos a cosas de verdadero provecho. Cada cosa que te rodea afecta tu vida. Si por ejemplo llega un móvil a tu vida sabes que esto va a cambiar tus costumbres, si llega una mascota, un nuevo amigo, un nuevo libro, un televisor, etc. Reflexiona de qué manera afecta tu vida. Es importante hacerlo porque si no sabes cómo te afectan, entonces no tendrás manera de controlar esas cosas que te suceden, además cada cosa que te afecta pedirá de ti ciertos actos, y si no sabes que es, entonces terminarás haciendo una cosa y otra que no tienen que ver con tus propósitos. Por este modo controlarás las cosas que te suceden.

2. Sobre las consecuencias y propósitos de los actos.

Es importante pasar de hacer las cosas por hacer, a hacerlas porque tienen un propósito, sabes que todos los actos tienen sus consecuencias, y que esas consecuencias son las que tú quieres. Con lo único que cuentas en este mundo son tus actos, aprende a actuar más, de tal modo que tus actos generen una capacidad de cambiar las circunstancias que te rodean. Con la capacidad de hacer con unos propósitos definidos, controlarás tus vivencias. Cada acto implica un esfuerzo y un tiempo. El tiempo avanza sin piedad, y tus energías para hacer las cosas no siempre son lo mejor. Debes tener trazado un mapa de actos que deberán llevar a un triunfo. Debes aprender a cultivar triunfos, porque sin triunfos solo serán crearás fracasos.

3. Reconoce tu realidad.

Es muy difícil reconocer nuestra propia realidad. Esto se debe a que la forma en que te vez es a través de tus preconceptos, tus justificaciones, y tu amor propio, además te estás viendo desde adentro y no desde afuera. Realmente es poca la idea que tenemos de cómo nos perciben los demás. Sabemos muchos de los demás, de sus errores, de sus gestos y muy poco de nosotros.  Acciones como grabar una conversación tuya y luego escucharla, ver un vídeo en el que apareces y como te mueves, reflexionar sobre las cosas que estás diciendo si realmente al otro le interesa y si te está entendiendo. Por ejemplo en mi caso la oportunidad de trabajar en un Call Center me ayudo a darme de cuenta de mi forma de dirigirme e los demás, y de los rodeos para decir algo.  Respecto a tus labores, mirar si el desempeño es bueno, cuánto tiempo te consume el realizar una labor. Define tu perfil, y que imagen estas dando, cual es la impresión que se llevan los demás de ti.

Sobre la importancia de la reflexión de nuestros actos y tener propósitos.

Muchos podrán decir que plantearse este tipo de preguntas es complicarse mucho, y que a veces en la vida en vez de remar con fuerza, lo que debemos es dejar arrastrarnos por las olas y disfrutar del paisaje. Este tipo de pensamiento en el mundo medieval, donde no había escasez de recursos y sobrepoblación, podría ser una opción; pero no en el mundo actual. Porque la realidad es que hay gente que aguanta hambre, hay especies que se extinguen, el planeta está contaminado, y unos se hacen ricos mientras que otros mueren en la miseria, unos tienen el poder y abusan de él, y otros simplemente no tienen modo de lograr nada. La vida es un reto, y es nuestro pensamiento la mejor herramienta para enfrentarla. Mejor que recurrir a hechizos, o esperar que un líder te de la solución, debes aprender a hacer uso del pensamiento, desarrollar cada día inteligencia y talento. Realmente un hombre talentoso puede hacer muchas cosas. La vida de cada cual debe de tener un propósito, como lo tiene el árbol que da frutos, como lo tiene la tecnología, y otras cosas. De este modo, nuestra vida debería servir para algo, así sea el educar a nuestros hijos para ser mejores ciudadanos, así sea representar a nuestro país en unas olimpiadas, o simplemente en nuestro trabajo hicimos las cosas bien, y que el producto que elabora la empresa soluciono la vida de alguien. Si todos hiciéramos de nuestra vida un propósito en el que todos aportamos cosas valiosas, sería un mundo mejor, ¿no les parece?.