Nuestra mente está llena de una gran cantidad de deseos que queremos realizar, eso da sentido a las cosas que hacemos, pero muy pocos deseos se convierten en realidad. Por otra parte nuestras relaciones con los demás las basamos en las cosas que les decimos y que esperan de nosotros, muchas de esos compromisos no se cumplen. Este año si hago deporte, dejare tanta adicción al Facebook, no lo vuelvo a llamar, mañana voy, te lo entrego ahorita, son cosas que se dicen como por deporte que parece que no fuera ningún problema; pero si lo es. Nuestra vida está relacionada con lo que hacemos, y si nuestros actos se apartan de lo que pensamos, entonces no puede haber bienestar, y si no somos cumplidos, no puede haber buenas relaciones con quien incumplimos. Del porque lo hacemos y que herramientas tiene nuestra mente para corregirlo, es de lo que hablaremos hoy.

5 razones por las que no logramos propósitos ni cumplimos promesas.

1. Nuestros propósitos y promesas deben competir con otros pensamientos de mayor carga emocional, y desaparece el sentido de urgencia e importancia.

Está claro que actuamos según pensamos, pero la acción debe de estar impulsada por una fuerte motivación que hace que el propósito este más presente en la mente y además den ganas de hacerlo. Nuestros propósitos tienen una fuerte motivación, pero su recompensa está demasiado lejos, y hay que pasar por una cantidad de cosas que no queremos hacer. Respecto a lo que prometemos a otros, como eso que nos piden otros no genera ningún beneficio personal, entonces no hay motivación para hacerlo. Estamos tan saturados de información y de cosas por hacer más emocionantes e interesantes, que ese propósito es ahogado. Nuestros propósitos deben competir en el día con los emocionantes programas de televisión, las presiones del trabajo, las deudas, o lo que dijeron de nuestra foto en Facebook. De este modo, se nos olvida, o simplemente decimos que lo haremos después. La sobresaturación de información a la que es expuesta nuestra mente hace que tengamos muy poca concentración y firmeza de propósitos. Que hoy es el partido del real Madrid, que hubieron muchos muertos en explosión, científicos descubren agua en una de las lunas de Saturno, que la secretaria se casó, todo es mucha información para la mente. La mente esta tan sobrecargada, que pierde el norte acerca de lo que es verdaderamente importante, terminamos preocupándonos por cosas que no traen ningún lucro a nuestra vida. Con tanta saturación desaparece un norte, lo que realmente es importante, un sentido de urgencia.

2. Procrastinar, el auto-sabotaje de la mente para evitar al máximo esforzarnos.

Sabemos lo importante que es hacer las cosas que debemos hacer, y de cumplir lo que le dijimos a otros, pero como hay cosas más emocionantes para hacer, entonces después me esfuerzo. Un adolecente debe elegir entre pasar dos aburridas horas de estudio o prender el vídeo-juego, un cansado trabajador debe elegir entre descansar viendo su serie favorita o tomar el carro e ir dos horas a hacer gimnasio. Sabemos cuál decisión gana. De todas maneras cuando una tarea no es motivante, la mente crea toda clase de autosabotajes para no enfrentar el esfuerzo. Nuestra mente animal nos ha manipulado por demasiado tiempo, y ahora también. Sabemos que es importante ahorrar el dinero para la casa, aguantar las ganas de comer en exceso, pagar la deuda al amigo, y tantas cosas que debemos hacer; pero como resulta siempre algo más importante para gastar el dinero, ese pastel es solo un bocado más, Luis es buen amigo y el da más plazo; entonces todo esto se aplaza. Después llegado el momento de las consecuencias por no haber hecho lo debido, empieza el autoengaño: Es que el dinero no me alcanza para ahorrar y debo buscar otro empleo que si paguen bien, quien me quiera que me quiere como soy y además yo no soy superficial, este Luis si es intenso e incomprensivo. Hacemos las cosas por emoción o por presión, cuando ninguna de estas dos es lo suficientemente fuerte, entonces es desplazado para darle lugar a cosas más emocionantes. Luego llegado el momento de las consecuencias por no hacer las cosas o que todo ya es muy tarde, entonces nos autoengañamos echando la culpa a los demás, despreciando la naturaleza del propósito, o simplemente no poniéndole más cuidado y aceptar la nueva situación.

3. La desaparición de la religión y el tema espiritual hizo perder la sensación de las consecuencias de los actos.

En los antiguos tiempo la religión rigió el pensamiento de las personas. Como resistir algo tan fuerte como es el paraíso, y como no evitar algo tan pavoroso como el fuego eterno del infierno y la ira de Dios. Tú hacías las cosas que tenías que hacer, porque no querías hacer enojar a Dios. La religión coloco un buen bozal que refrenaba los deseos impuros de las personas. Claro está que al fin y al cabo las personas siempre terminaban cediendo a esos deseos, a través del autoengaño. Por ejemplo en las diversas variaciones de los protestantes (Testigos de jehová, evangélicos, cristianos) se pueden ver asesinos convertidos en corderos; pero también los más sofisticados ladrones y embusteros. Con el desprestigio de la religión la gente ya no siente tanto temor de Dios, y mucho no creen en él, así que básicamente hagamos fiesta, ya no hay castigo para la infidelidad, ya no hay necesidad de poner la otra mejilla y me puedo vengar de quien me haga daño. En tiempos modernos el dogma religioso es asociado a la ignorancia, a hacer sacrificios, y todo es puro aburrimiento, y por tanto su parte asociada que es el tema espiritual, también es asociado a un tema aburrido y de gente tonta. Ahora es más cool hablar de cosas divertidas y materiales, que ese tema del esfuerzo, el sacrificio y la disciplina, el decir la verdad, el respetar a otros. Toda esta libertad de hacer las cosas que quieras sin pensar en un castigo, se ha asociado inconscientemente a que no hay consecuencias de los actos, o simplemente no merece la pena pensar en ello. Este desinterés por temas espirituales y por las virtudes, ha hecho que nadie tome en serio ser una persona virtuosa y talentosa. Hay una frase que dice que: “si el hombre necesita la religión para ser bueno, no es una persona buena si no un perro amaestrado”; pero lo que pasa es que algunos no estamos preparados para amaestrarnos a nosotros mismos.

4. Los nuevos tiempos desaparece el concepto de esfuerzo, porque todo está a tu mano.

En los antiguos tiempo, lograr las cosas que querías llevaba tiempo y esfuerzo. Los deseos de los antiguos eran sencillos, simplemente casarse, tener una buena casa y conseguir un caballo. Para lograrlos había que pasar largos años ahorrando el dinero para conseguir la casa, visitando a la novia y ganando la confianza de los suegros para después cazarse. Es decir que después de muchos años venía la recompensa a todo el esfuerzo. Con las eras modernas, todo lo que tú quieres está a tu alcance. Alguien con quien chatear y matar el tiempo es inmediato, los manjares están en tu nevera. Con el internet y los celulares tienes acceso inmediato a cualquier cosa emocionante en un instante. Antes escuchar una canción de tu artista favorito tenías que conseguir un buen dinero, ir a la tienda y comprar el álbum, mientras que hoy en día lo buscas en YouTube desde el celular y ahí está. ¿Qué sucede?, la distancia que antes nos separaba de las cosas que nos hacía feliz, que nos emocionaba, ya no la hay, ya todas las cosas que te gustan están al instante y además es gratis. Esto ha ido alejando de la mente el concepto de esfuerzo, de responsabilidad, y sin una religión que lo esté recordando entonces simplemente se olvida. El concepto de que hay un punto B, donde hay una recompensa a tu esfuerzo es importante. Sin ese concepto de esfuerzo, tu mente solamente piensa en la recompensa, para después pensar en las consecuencias. En este orden de ideas, la gente se endeuda con su tarjeta de crédito ahora, para disfrutar ahora y luego pasa largo tiempo de esfuerzo pagando la deuda, y eso esfuerzo que queda, ya no tiene recompensa. Vivir nuestra vida en esfuerzos que no traen recompensas la hace tediosa, nos hace sentir una sensación de ahogo del que queremos escapar. La mayoría de los seres humanos vivimos cansados, estresados, y no queremos saber de responsabilidades y esfuerzos, así que nada mejor como escapar de la realidad haciendo algo divertido. Por otra parte el pasar de un dios vengativo a un dios amoroso, que ya no castiga si no que se sacrifica por nuestros pecados, ha hecho todo más fácil. Eso sin contar las nuevas filosofías (sin decir que sea verdad o mentira), en la que todos tenemos un destino en la que terminamos haciendo las cosas para las que nacimos, de todo se aprende así que la situación difícil está presente, es porque hay algo que aprender. Además con el poder de la mente puedes todo, el ser humano es un dios en potencia. Con tanto potencial a quien le preocupa esforzarse por pagar las deudas. Estas filosofías nos generan un panorama muy dulce, y desaparece el sentido de urgencia.

5. Somos lo que nos alimentamos a nivel físico y mental. Lo que alimenta nuestra mente nos está volviendo facilistas y superficiales.

Nuestra vida es el reflejo de nuestras acciones, nuestras acciones nacen de nuestros pensamientos, y nuestros pensamientos surgen de lo que impactan nuestra mente. Nadie puede pensar en algo de lo que no conoce. Las personas nacemos con unos instintos, y el adoctrinamiento de la sociedad nos enseña nuevas cosas. Si naciéramos aislados de la sociedad en una isla, quizás criados por monos como Tarzan, probablemente no podríamos desarrollar todas las posibilidades de un ser humano. Todo lo que aprendemos de la sociedad es importante. Antiguamente la sociedad no tenía tanto acceso a la información y por tanto el ser humano era más instintivo, pero también más manipulable, y es por eso que sigo insistiendo que la religión cumplió una gran labor. Hoy con tanta información, nuestra mente está saturada y por tanto lo que piensa no es firme ni consistente, con el gran problema que ahora con más información tenemos acceso a mayores niveles de autoengaño, y llevamos a nuestra mente toda la información que justifica todos nuestros traumas y vacios. Por otra parte con este tema que les comente de la religión, ya esta nueva sociedad más libre, en la era de los descubrimientos científicos, se ha vuelto escéptica sobre el propósito espiritual del hombre, es decir que todo se reduce a lo que vemos. Sin temas como la reencarnación, el hombre no cultiva actos, ni logros para una próxima existencia. Ya lo importante es lo que podamos disfrutar de la vida ahora, quien se va a poner de profundo ahora. Vídeojuegos, novelas, noticias sensacionalistas, chismes es lo que llena nuestra mente ahora. Este tipo de contenido mental no ayuda al logro de objetivos.

5 formas de ayudar a nuestra mente a lograr propósitos y cumplir compromisos.

1. Ayuno mental, descontaminación de la información, y establecer una rutina.

Al igual que cuando tu cuerpo se llena de alimento se vuelve pesado y le da diarrea. Del mismo modo nuestra mente saturada de cosas por hacer, de información, se estresa, piensa, habla y hace cosas incoherentes. Una mente saturada no sabe lo que quiere, ni tampoco lo que hace, y por supuesto no mide las consecuencias. En mi caso hace 10 años que ni veo noticias, ni me leo prácticamente libros. Ni siquiera lo que publico en twitter y Facebook lo leo (solo copio y pego titulares de interés), ya que me quita el preciado tiempo para hacer tantas cosas. Todo lo que lees te influencia a hacer lo que dice. Recuerdo mis años de enamoramiento de la cultura oriental, sentí esa necesidad de apartarme del mundo y dedicarme a la contemplación interna. Ya por ejemplo trato de no abrir las redes sociales, porque eso implica leer la frase de turno, luego mirar quien la publico, entrar a su perfil para ver que ha hecho, y curiosamente así se le van a uno días enteros. Esto no tiene nada de malo, siempre y cuando no tengas muchas cosas urgentes por hacer. Entre más libres de impresiones estés, menos obligado te verás a interrumpirte. Como humano que somos no podemos evitar reaccionar ante lo que leemos y vemos, y cada cosa que lees puede generar emociones con las cuales puede que tengas que abandonar tus proyectos. De eso hable un poco en mi artículo: “Factores inconscientes que producen ansiedad y vacío”

2. Crea tu propio código moral, tu ética, establece unos principios y valores.

La religión nos abandonó, la ciencia es muy materialista no le interesa el tema existencial, y las nuevas filosofías New Age son demasiado light. No hay algo que nos presione lo suficientemente a mejorar, así que no tenemos más remedio que crear nuestro propio código. No nos sirven los existentes. La religión tenía su sistema de mandamientos, pecados capitales y virtudes, pero es demasiado anticuado, así que no sirve, es decir todo el mundo sabe que no hay que matar, hay que honrar al papa y la mama; pero no hablaba de cosas como los derechos humanos que nos trajo la ilustración. Debemos volver a revivir por nuestro bien, eso de ser una persona íntegra, honesta, con honor, persona de palabra, con voluntad de acero, libre de traición, luchadora. Por ejemplo una regla sería que cada vez que le digas algo a una persona deberás luchas por cumplir tal y como lo dijiste. Una vez tengas tu código moral y ético establecido, deberás leerlo única y otra vez como si de mandamientos se tratara. En base a esto deberás regir tu vida. Si quieres puedes ponerlo en un programa que te los muestre de manera subliminal, como lo explico en este vídeo que hice para ustedes.

Cuando tu mente tiene unos principios muy claros sobre los cuales debe de actuar, y que todos estos te llenan de fuerza para lograr tus propósitos entonces tendrás éxito. Es mejor crear estos principios para que gobiernen nuestra conducta y reemplace esos antiguos patrones de conducta, que funcionaban para complacer nuestros vacíos.

3. No interrumpas y no aplaces.

La mente animal, instintiva, subconsciente, elaborará toda clase de estrategias para que te interrumpas, para que no hagas las cosas, para que dediques tu tiempo a otras cosas, y no deberás hacerle caso. Debes tener en la mente muy claro, que interrumpir es dejar de hacer, y que aplazar es perder toda oportunidad de concluir algo. Debes saber no necesitas nada en tu vida, salvo comer y dormir, y luego de esto vienen tus propósitos. Así que el día de mañana cuando tenías que estudiar inglés, viene la cumbre de presidentes de la ONU a tu casa; pero tú les dices, lo siento tengo que estudiar, el sábado estoy libre. No te interrumpas, ni aplaces por nada del mundo. Es increíble como de interrupción en interrupción, no haces nada y cuando menos lo piensas estas viejo y cansado y no has logrado nada. Es increíble, todo lo que puedes lograr cuando sagradamente haces una labor con dedicación.

4. Hazlo al derecho, primero el esfuerzo y luego recompensa.

Esa palabra esfuerzo nos duele mucho. Siempre hay alguna actividad que estamos haciendo que nos genere placer, sea escuchar música, chatear o comer algo. El pasar largas horas haciendo algo que no produce placer es demasiado tedioso; pero debe hacerse, es el orden correcto. Por ejemplo en el día, primero cumple tus obligaciones y luego en la noche suéltate, relájate, pasa bueno. Si es mucha la obligación, entonces disfruta el fin de semana. En mi caso el domingo que debería dedicar a dormir y ver películas, lo dedico a hacer estos artículos, que a veces me da pereza ponerme a mirar la ortografía y a pulir el escrito, pero bueno, hago lo que puedo por cumplir este compromiso. He dejado de lado otros blog que me genera muchas más visitas, a la gente les gusta más; pero no quiero dejar al lado este blog, que es un tema más espiritual como ya lo hable en mi artículo especial de los 200 artículos. Abandona la comodidad, ya que el cuerpo se relaja, se vuelve perezoso y débil, pero también recompénsate a lo grande. Ten metas más grandes que los demás, que te superen en fuerza, esto hará que en el logro de estas, te transformes y te mejores a ti mismo.

5. Llena tu mente de conocimiento apropiado.

Lo bueno de estar pegado a una filosofía o religión es que tienes que estar pegado del tema, leyendo esos libros y viviendo ese modo de vida. Los comunistas, tienen el libro rojo y las doctrinas de marx, los monjes tibetanos tienen las lecturas budistas, los hinchas de futbol tienen sus camisetas y acceso a todos los partidos, los otakus saben todo y no pierden nada de los animes, los geeks saben todo de tecnología, y los nerds, saben mucho de ciencia y física. Todas estas cosas alimentan nuestra mente, todo esto moldea la conducta, pero no están relacionadas con nuestros propósitos particulares, es mejor hacerlo con algo que moldea la conducta en el sentido que queremos. Deberíamos inundar nuestra mente en base a ese código de conducta particular. Por ejemplo si alguien ve que debe desarrollar ser una persona más honorable, puede entonces irse a la cultura japonesa, leer libros de samuráis, ver animes de samuráis, y todo eso ira orientando de manera subconsciente esa conducta. En mi caso vi por ejemplo que estaba flojo de algo de voluntad, que toco que volver a echar una ojeada al dhammapada de buda, y parece que funciono pues mira que estoy haciendo este artículo. Es importante tener claro que es lo quieres en la vida, y luego de todo a tu alrededor, escoge de las frutas del árbol del conocimiento que pueda ayudar al logro de tus propósitos. No hay conocimiento malo, ni verdadero, simplemente está el conocimiento que te sirve y puedes aplicar de la mejor manera a tu caso. Foto vía: Rituraj64